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—América, ya estoy en casa.

—Rusky~ My love~ Debes estar hambriento. ¿Quieres comida china? ... ¿o a mí? —en menos de lo pensado ya se había quitado la camisa y guiñaba coqueto.

—Pasta... quiero pasta.

—Qué grosero eres —hizo un puchero—... pero ya me dio hambre también. ¡Ok! ¡Pediremos algo a domicilio!

Rusia no puso objeción a ese plan...

Pero no esperaba que USA saliera a recibir su pedido sin camisa...

Ni que se pusiera celoso porque el repartidor miró a USA...

Pequeños detalles inesperados.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora