Destellos [USA x Rusia]

23.

Había escuchado rumores sobre eso. Tal vez, sin querer, captó una plática cercana a su puesto en las juntas.

Pero verlo en primer plano fue... demasiado. 

Tanto que se le cayeron los documentos.

—Ey, comunista.

USA se mantenía colgando del tubo de pool dance, con uno de sus brazos estirados y su pierna enroscada en el metal.

Usaba unos shorts, un top y nada más. El resto de su piel estaba descubierta y Rusia podía ver los detalles de esas piernas y las caderas.

—¿Necesitas algo?

Rusia diferenció la voz de Canadá, pero no pudo despegar sus ojos de USA.

—¡Ey, niño! —la estadounidense no dejó su rutina y empezó a balancearse para adquirir otra pose y colgar de cabeza—. ¡EY! ¡TÚ! —enfureció—. No me ignores, pequeño macho comunista.

—Sí.

—Sí, tú —frunció el ceño y colocó sus manos en las caderas—. O tienes algo importante que decirme o te largas, porque necesito concentrarme.

—Yo... —Rusia boqueó.

—¿Esos documentos son para mi hermana? —susurró la canadiense que tomaba un pequeño descanso—. Puedo guardarlos si gustas.

Rusia entonces se mordió el labio y asintió. Se obligó a apartar su mirada de USA y dejó los documentos en manos de Canadá.

—Oye... Si tanto te gustó —USA se bajó del tubo y miró al eslavo—, deberías intentarlo —señaló el tubo libre.

—¿Qué?

—¿Te interesa el pool dance? —Canadá le sonrió—. Pareces interesado.

—Es un buen ejercicio —sonrió antes de aceptar la toalla que le dio Canadá.

—No... No Gracias.

Entonces se fue. Porque no podía mantener la visión de USA en su cabeza, por más hermosa que le pareciera. Era incorrecto.