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—No me mires. No me mires. No. No.

Rusia se detuvo cuando notó que USA empezó a hiperventilar, porque lo había acorralado, pero se estaba arrepintiendo de eso. Se quedó quieto y trató de serenarse.

—Necesito saber.

—Vete —suplicó mientras se aferraba desesperadamente a su camiseta e intentaba colocársela.

—América...

—¡Que te vayas! —jadeó.

—¿Por qué tienes un tatuaje con el símbolo comunista?

Fue por eso que lo persiguió, porque era una incógnita enorme, que en un inicio le dio una pequeña sensación de esperanza.

Pero no.

USA tembló, ya ni le importaba estar totalmente empapado de café y que su piel ardiera. Sus memorias fueron mucho más pesadas y empezó a entrar en crisis.

—Ya no... —se sostuvo la cabeza por el dolor—. Ya pasó. Ya pasó. Ya no... Ya no.

—¡América!

—No. No. No —se inclinó y poco después se deslizó hasta sentarse en el suelo—. No. No.

Eran sus pesadillas volviendo.

Era su infierno mental.

—¡Responde! ... Por favor.

USA estaba fuera de sí, y en cierto punto, empezó a ahogarse en medio de sus lágrimas. Rusia no pudo hacer nada, ni siquiera ayudarlo, porque si se acercaba era peor... Y tuvo que llamar a OMS y a Canadá para socorrer al americano.

No fue bonito.

Así como no lo fue, enterarse que esa marca no era un tatuaje... sino una cicatriz.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora