27.

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La regla era simple: Se iban a ignorar hasta que sus respectivos hermanos volvieran de su cita.

Y funcionó los primeros quince minutos, al menos para USA, porque dejó al chico ruso en la sala y se fue a hurgar en la cocina.

Porque Cany siempre dejaba algo para comer.

Y después de abrir el refrigerador por cinco veces, al fin se decidió por hacer palomitas. Dejó que el microondas y el botón de pop corn hicieran el resto del trabajo.

—Tres, dos, uno.

Sonido de microondas al terminar, era la parte favorita de USA desde que era un niño, era como su dosis de felicidad y emoción, por eso movía sus hombros y cadera al ritmo del pitido.

—Eres muy adorable cuando quieres.

—¡Ahhhh! What the hell is... —miró al ruso—. Ah... Sólo eres tú.

—¿Qué haces? —sonrió sin poder evitarlo.

—Palomitas —hizo ruiditos mientras sacaba su bolita lista —y no te voy a dar porque eres un comunista —comió una palomita— y no me gustan los comunistas.

—¿Eres un niño o qué?

—Es mi casa, es mi día libre y si quiero ser un maldito niño, lo voy a ser.

Rusia rio bajito, le gustaba ese americano, no lo había negado y no lo haría. Porque a pesar de lo idiota que USA podía ser, también era un encanto con actitudes simples.

—Bien... Ya que estoy atrapado aquí... contigo.

—¿Quieres ver una película?

—Oh, well —se encogió de hombros—. Obvio sí.

—Bien. Será una cita en tu sala.

USA se atragantó con suspalomitas, Rusia río bajito y así empezó su noche juntos. La primera noche queRusia sería niñera del americano.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora