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—Rusky, no importa lo que pase... dejará de doler.

Aún recuerda el abrazo cálido, el confort de esos brazos, sus sollozos que iban parando, y las caricias en su cabecita.

Recuerda que América lo consoló cuando era niño.

Y ahora era momento de regresar el favor.

—¿Qué carajos crees que haces? —empujaba y luchaba, pero no lo dejó—. Quítate, maldita sea.

—No llores —susurró.

—Fuck off!

—Yo te cuido.

Rusia envolvió en sus brazos a aquel capitalista, lo ocultó del mundo... Y lo dejó llorar en su pecho.

No sabía qué pasaba... Pero no quería dejar a USA solo. Porque no quería verlo llorar, lo prefería riendo y vociferando... Lo prefería siendo luz y no lluvia.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora