Mía
—Mía , ¿puedes despertar?.—suspiro sintiendo una suave voz en mi oído y la luz en mis párpados.
El silencio es algo de lo que se disfruta poco en esta academia , algo que echaba de menos , por lo que siempre me gustaba disfrutar de él antes de que el desastre comenzara , pero al parecer hoy por la insistencia en la voz de Hugo no iba a poder disfrutar de él.
—¿Qué pasa?—pregunto adormilada abriendo un poquitín los ojos encontrándome al moreno divertido.
—Mira , me da mucha pena despertarte y me quedaría la vida contigo abrazado , pero ahora tienes veinte minutos para vestirte y desayunar.—abro los ojos alarmada.
Las pulsaciones de mi corazón se aceleran al ver que me he dormido y , a la vez , porque Hugo me acaba de decir algo super bonito , algo que nunca sabré responder , ¿cómo se respondía a eso? Ni siquiera tenía tiempo para pensarlo.
—Voy ya a vestirme , ¿me haces el desayuno , porfi?—pido haciendo un puchero mientras me pongo mis zapatillas rosas.
—Ya te tengo puesta la tostada.—sonrío agradecida y sin tiempo a darle un pequeño abrazo salgo corriendo a vestirme , no solo era vestirme , me tenía que maquillar y asear bien.
Cuando llego a vestuarios como me esperaba todo está vacío , ayer para el pase de micros usé toda la ropa bonita que tenía , así que me permito el lujo de ir un poco menos arreglada , no voy a mi armario , si no que voy al de mi rubito.
Río al ver el desorden que tiene , pero ordenado para él , estoy seguro de que si su madre viniera incluso se sorprendería de lo arreglado que lo tiene para lo que él decía que solía ser , río de nuevo al imaginar los chillidos de él y de su madre viéndose , porque si su madre era tan alocada como decía debía de ser un verdadero espectáculo verlos a los dos juntos.
—La negra...—busco con cuidado por el ropero hasta que recuerdo que la sudadera que estoy buscando es la que tenía puesto el chico , así que finalmente elijo una blanca con rayas azules.
Después de vestirme y arreglarme no me queda otra que salir corriendo por la academia hasta llegar a donde están todos mis compañeros casi terminando de desayunar.
—Hombre , Mía , buenos días , estamos en 2045 , ¿qué tal tú por tus sueños?—hago una mueca por lo que dice Bruno que hace reír a todos.
—Déjala , la pobre es que la tenemos sin comer , sin dormir ... Para un día que le damos un poquito de pan y agua se ha tenido que dormir.—suma a la broma Gerard que se lleva la risa de todos y la mía.
—Es que yo he cambiado aquí, pero si recordáis al principio siempre me levantaba tarde.—les recuerdo mi principio en la academia , hasta que me dio el insomnio y después me acostumbré a levantarme temprano.
—Pobrecita , sois más malos.—Sam es la única que sale en mi defensa y se acerca a abrazarme.
—Realmente te quiero demasiado Sam , eres a la única a la que quiero y la única que no se mete conmigo.—digo abrazándola y quedándome en su pecho.
—Oye , que yo tampoco he dicho nada.—interviene Flavio con su voz grave.
—Pero te has reído , no intentes arreglarlo , Mía es mía a partir de ahora , mi novia , mi todo , ¿verdad?
—Claro que sí , mi amor.
(...)
—¿Te puedo enseñar una canción?—levanto la cabeza de mi libreta y sonrío hacia Hugo que entra en la sala en la que estoy sentada en frente del piano.