Mía—La habitación 112 , ¿vale? La comida la llevamos allí y si quieres algo solo tienes que decirlo.—asiento nerviosa mirando al señor que me estaba explicando cómo sería mi esencia en el hotel.
Estaba algo mareada y acojonada , me acababan de hacer las pruebas del coronavirus nada más llegar a Barcelona y , aunque era poco probable , me daba demasiado miedo tener algo y quedar expulsada por ello.
—Gracias.—agarro con mi mano , que casi ya se fusiona con mis guantes , las llaves de la habitación y tras dedicar una sonrisa camino hacia el ascensor.
No me podía ni creer un poquito que mañana íbamos a volver a estar en la academia , era todo demasiado perfecto después de tanto drama. En las películas de apocalipsis lo pasan mal de la hostia hasta llegar a un punto regular , sin embargo , nosotros habíamos pasado de uno malísimo a , por lo que parece , el mejor de los casos.
No podríamos abrazar a Noe ni a los profes , pero yo con un abrazo calentito de Flavio , uno de novias con Sam , uno de viejitos con Bruni , otro de hermanas con Nia , uno de padre con Gerard , uno de perrito con Mai , uno de chulas con Anaju y uno de cariñitos con Hugo me conformaba , aunque claro , no poder abrazar a gran Iván Lavanda que me había estado aguantando toda la cuarentena para darme ideas con los vídeos no era lo que más me apetecía del mundo.
Nada más entrar en la habitación , y para variar en mi vida llena de imprevistos , cuando pensaba tirarme en la cama y no volver a saber nada más del mundo hasta que estuviera en una habitación con literas , el teléfono empezó a sonar como si no hubiera un mañana.
La primera sensación era que fuera mi madre para decirme que se me habían olvidado veinte mil cosas , pero no , era Samantha.
—Sam , llevo despiertas desde las seis de la mañana si es muy complicado no cuentes con que mis neuronas funcionen.—no escucho ni una risa sarcástica y eso me da algo de susto.—¿Sam?
—He visto a Flavio.
—¿Cómo?
—Que en la estación de tren nos tenían que buscar a los dos , el en un coche y yo en otro , pero aún así nos hemos visto.
Camino dentro de la habitación dejando atrás mi maleta y guitarra y sentándome en la gran cama que ocupa el medio de la habitación.
—¿Y le has dicho algo o...?
—Él a mí , me buscaba con la mirada y me estaba diciendo hola , pero yo no le he dicho nada , primero porque le pelaron por hablarme y segundo porque , ¿qué le digo? ¿eres un cabrón por dejarme , pero a la vez te quiero mucho por ser tan bueno conmigo?—inflo mis mofletes tratando de decir algo acertado aunque nada lo sea.
—Lo mejor es que lo lleves normal , aunque sea difícil , Flavio es una de las mejores personas que conozco y sé que para él las relaciones son más importantes que temas amorosos , si tú lo tratas como siempre exceptuando pues...muestras cariñosas , él hará lo mismo contigo.—afirmo tratando de convencer a la rubia.
Conocía a Sam y en esta cuarentena nos habíamos unido muchísimo más aún , si entraba ahí adentro con una idea pesimista se encabezonaria con todo , pero si pensaba en positivo todo le iba a ir genial.
—Tienes razón , además , no me puedo amargar por algo que ya está decidido.
—Exacto , pero si que puedes ponerte nerviosa porque , ¡mañana nos vemos!
(...)
—Ve a la pared.—suelto el botón del audio una vez mandando y miro la pared con diversión.