Mía
El fresco viento propio de octubre entra por la ventana que , Flavio , al despertarse había abierto sabiendo que amo esa sensación.
Abrazo la almohada con fuerza sin muchas ganas de levantarme , hoy le tocaba a él hacer el desayuno así que aún me quedaba una larga temporada en la cama.
—¿Con qué quieres la tostada , Mía?—una voz ronca interrumpe mi descanso y gruño haciéndole reír.
—Son las doce , pequeñita , y tengo una sorpresa.
—Pero Flavio , es domingo y odio madrugar.—me quejo dándome la vuelta y quedando boca arriba para él.—¿Por qué no vienes a la cama?—sonrío subiendo y bajando las cejas lo que causa que él suelte una carcajada en acompañamiento a unas mejillas rojas.
—Te va a gustar más la sorpresa.—avisa saliendo de la habitación.
—¡¿Puedo ir en pijama?!
—¡Sí quieres desnuda!
(...)
—¿Pero a dónde vamos? Esto es un descampado , Flavio.—me quejo haciendo un puchero y dejándome caer encima de él.—Me encantan que organices cosas románticas , pero esto es pasarse no me voy a quedar aquí a hacer un picnic porque...
—¿Qué es eso?—el moreno me mira con burla , sabe que me está molestando mucho que me haya despertado temprano un domingo para venir aquí.—En serio , ¿qué es eso?—giro mi mirada hacia donde el mira y frunzo el ceño al ver a Nia y a Gerard con una caja en sus manos.
—No me digas que esto es una especie de vídeo de Youtube en el que me decís que Nia está embarazada y que depende del color de los globos que hay dentro de la caja se sabe si es niño o niña.—cuestiono haciendo que Flavio arrugue la nariz.
—¿Quieres hacer eso cuando tengamos un bebé?—su pregunta me pone nerviosa así que doy un golpe en su hombro y camino decidida hacia mis dos amigos con Flavio detrás riendo por el momento que me había hecho pasar.
—¿Por qué demonios tanto mister...?
—Miau.—abro los ojos y miro a la caja de donde viene el sonido.
—¿Qué demonios es eso?
—Miau.—se vuelve a escuchar desde dentro.
—No pienso abrir esa caja.—aviso causando las risas de los otros tres.
—A ver , sé que te prometí presentarte a Rubio , pero es que si le tienes miedo es imposible , así que he pensando que si tuvieras un gato ya de antes sería más fácil , así que aquí está , he pensando que se podría llamar Sullivan o Mendes , por Shawn Mendes y... ¿me estás oyendo?
—Pero que me dan miedo los gatos.—me quejo con miedo avanzando hacia detrás.
—Te avisé de que era una cagada.—habla el pollito con tono de risa.—¿Verdad Mía? Flavio te viene con un gatito que no has visto y ya lo rechazas , ¡abre la caja!
Miro a todos con cierta desconfianza , Nia asiente y es entonces cuando abro la caja y un pequeñito gatito gris me mira con ojitos.
—¡Qué mono!—chillo , pero cuando Nia se acerca a mí yo solo puedo dar un paso hacia detrás.
Sabía que los gatos no hacen nada , es decir , Flavio tiene uno y está vivo , una gran cantidad de humanos tiene uno y están vivos , pero yo no era así para nada , de pequeña , cuando aún llevaba chupete y lacitos , un gato bastante blanco me arañó toda la cara cuando tan solo quería darle besitos , desde entonces no me gustan los gatos ni los mimos , soy una ser totalmente independiente que no necesita...
—¡Flavio , abrázame!—chillo cuando veo que el gato se mueve y yo me escondo detrás del chico.
—Mía , tiene como un mes , no te va a hacer nada.—avisa.—Ven , confía en mí , por favor.—su voz me calma un poco , como hace siempre que yo me pongo demsiado nerviosa , él me calma , es algo bonito que he aprendido con él pues nunca nadie lo había conseguido a tal manera, siempre era yo la que tenía que calmar.
—Pero...¿le puedo llamar Gato?
—¿Cómo lo vas a llamar ga...?—Flavio le hace una señal de silencio a Gerard que suspira.
—Sí , es Gato , cógelo.
Y es entonces , cuando mi mayor miedo en vida , tras comer chocolate negro , se me pasa , pues el gatito , Gato , se acomoda entre mis brazos con sus grandes ojos y maulla , pero no hace nada , tan solo frota su cabecita en mis brazos y , ahora , cierra sus ojos y se deja dormir.
—Jope , ¿nos lo vamos a llevar a casa?—pregunto susurrando.
—Sí , ¿por qué susurras?
—Porque Gato está dormido.—los tres sueltas una carcajada.—Venga , vamos a comprarle cosas , que no puede dormir en el suelo....
(...)
—Mía , no hace falta que te tumbes en el suelo al lado de su cama , no se va a ir.—comenta divertido Flavio tumbandose a mi lado.
Llevo aproximadamente una hora tumbada mirando al gatito dormir , o maullar , era muy mono , y era como mi hijo , bueno , y el de Flavio , por eso no podía parar de mirarlo , era como una señal de unión súper guay , porque , yo ya estaba muy unida a él , me hacía ser mucho mejor , me hacía sentirme confiada y , además , me hacía sentir mil cosas bonitas sobre el amor que nunca antes había sentido , me hacía ver qué verdaderamente se puede estar bien con alguien mucho tiempo , él y yo estábamos rompiendo todos esos tópicos que nos había enseñado la vida.
—Es nuestro hijo.—susurro y su sonrisa se hace mayor.—Te quiero , Flavio.—admito , también en susurros.
—Yo te quiero mucho más , Mía.
Y entonces , los dos seguimos tumbados , mirando a Gato , no sé por cuánto tiempo , quizás diez horas más , pero no importaba , estábamos juntos , abrazados , dándonos mimos y dándole mimos , era todo lo que quería , sí , lo eran.
(...)
¡sorpresa!
tenía una parte de esto en borrador y esta mañana , me he despertado y he dicho , ¿por qué no lo acabo? y aquí está :)
