Mía
—¿Me llevas a caballito?
Gerard levanto una ceja y yo levanto otra , los dos nos reímos mirando al otro y seguidamente nos abrazamos.
—Buenos días se dice primero.—susurra en mi oído y yo río.—Venga , sube.
Gerard se pone en el lado contrario de la cama , yo me subo a ella y , como puedo , me tiro literalmente en su espalda causando algunas quejas graciosas de su parte.
—¡Venga! Vamos fuera que hoy hay pase de micros y tengo que decírselo a Bruno para que no me eche de menos.
—Tranquila que Bruno no va a echarte de menos.
—No te pego porque estoy subida encima tuya.—aviso a Gerard que ríe mientras camina a la puerta.
La habitación estaba hecha un desastre porque la noche había sido igual.
No solo teníamos millones de colchones esparcidos por el suelo si no que también las camas estaban todas deshechas , un total desastre , habíamos dormido fatal hasta el punto de que yo tuve que coger una almohada sobrante e irme a dormir al suelo , luego , no sé por qué , Nia tenía puesto dos alarmas a las cinco de la mañana que nos despertaron a todos , o sea que hoy había un poco de cara en mis ojeras.
—Parecen monitos.—dice Anaju sonriente.—Mía es la hija y Gerard el mono papá.
—No , no , Gerard es un pollito.—corrijo pasando mi mano por el pelo rubio del chico.
—¿Y tú qué eres entonces? ¿La pollita mini?—pregunta Bruno vacilante.
—Ella es una hueva.—aclara.—Y no te metas con ella que es mi hija y me lío a picotazos contigo.
—Cuidado , Bruno , que Mía y Gerard juntos , buah...—se cachondea Hugo haciendo que Gerard y yo nos miramos cómplices.
—Tú no saber quién ser yo , yo ser muy peligrosa en madre patria rusa.—comienzo a imitar a mi amiga rusa que llevo en el interior.
—Yo ser gran sicario ruso , yo tener mucha gente trabajando por mí , si tú burlar de mí y de mi hija yo matar a ti con propias manos.
—No , tú no padre , tú no poder matar ni a mosca , tú mejor enviar a Maialen , la mayor sicaria rusa.—la rubia abre los ojos y ríe tímidamente.
—¡Por fin puedo participar en algo! Nunca me llamáis para vuestros teatros.
—Y aquí está la prueba de que realmente ninguno le hacéis daño ni a una hormiga.—termina Sam haciéndonos reír a todos.
—Pues a mí Mía me daba miedo , eh.—le lleva la contraria Flavio que acaba de salir de la habitación y me ayuda a bajar de la espalda de Gerard.
—Yo también te quiero , Flavio.—respondo dándole un pequeño abrazo.—Por cierto , ¡hoy hay reparto de temas!
(...)
—Mía , que yo te he hecho zumo.—suelto la naranja al escuchar a Gerard decir eso y le sonrío.—Pensaba que te lo iba a hacer Hugo , pero es que lleva haciendo recados dos años y medio.
Levanto mi mirada hacia la terraza , hacer recados no era hacer un recado tal cual , así llamaban Mai , Sam , Hugo y Nia a fumar.
—Bueno , seguro que el tuyo está riquísimo.
—Hombre , si tenemos en cuenta que son con las mismas naranjas sería raro que supiera distinto.
