Mía
Hoy , por fin , después de una larga semana no despertaba para morirme de pena viendo el 24 horas , ni para pasar el día haciendo el tonto con Anne , aunque eso no queda descartado , hoy era la final.
Habían pasado seis meses desde el día en el que entramos , recuerdo perfectamente los nervios que tenía y no precisamente por qué la gente me viera , si no porque no conocía absolutamente a nadie , me daba pena mirar hacia el lado mientras que Hugo , por ejemplo , me abrazaba como si me conociera de toda la vida , o mientras Anne me constaba sus problemas en el baño , ahora siguen haciendo lo mismo , pero ya no me da miedo mirarles.
Da pena , mucha , se me encoge el cuerpecito en la cama de solo pensar que era el fin y de una de las mejores experiencias de mi vida , decir adiós nunca es fácil , sobre todo cuando sabes que no vas a volver , empiezas a soltar pequeñas legítimas , te moquea la nariz , pero a la vez ríes entre las lágrimas , todo eso es el resumen de lo que va a pasar hoy.
Además de mucho amor , no sabía si iba a poder abrazar a mis compañeros , a mi familia , porque se quedaban a dormir en la academia y durante el programa no podemos abrazarnos ni nada de eso , pero bueno , al menos podría pasar un ratito con ellos y ver , después de diez mil años , quién demonios se lleva los cien mil euros , o sea , quién me va a pagar cincuenta mil por estar seis meses aguantandole.
Quizás no me hagan caso , pero por lo menos al Burguer King me invitaran , sobre todo si es Hugo o Nia , les pondré cara de pena diciéndole que ellos son ricos , aunque finalmente acabaré pagando yo porque no les voy a permitir pagar.
—¿Quieres dejar de mirar a la pared como una iluminada? ¡Mía! Que tenemos que irnos a ensayar.—me exige Sam que está como loca de un lado para otro.
Hoy Anne me había abandonado para hacer el "sin respeto" con Gerard , lo llamamos así porque de esa manera nadie se entera de lo que estábamos hablando , ni siquiera Gerard , era como el idioma de Hugo y mío , pero en versión Anne y yo.
—Sam , ¿eres consciente de que no se pueden ir sin nosotras? ¿Y de que son las nueve de la mañana? —pregunto mirando el reloj de mi mesilla.
No era del hotel , ni nada de eso , pero Hugo tiene una tonta manía de darme cosas suyas cuando vamos a estar separados , no solo me había dado medio armario suyo , si no que también me había dado su reloj , el mismo que tuve en mi casa dos meses y que abrazaba con desesperación cuando lloraba de lo mucho que lo echaba de menos.
Aún no había llorado de nuevo por echarle de menos mientras abrazo al reloj , pero sí que había llevado el reloj conmigo a todas partes , de hecho , ayer en el reencuentro mientras cantábamos "Díselo a la vida" agite mi mano por los aires y él sonrió a más no poder al ver que lo llevaba conmigo aunque sea a través de un objeto.—¿Puedes dejar de mirar el reloj de Hugo?—la voz de Sam suena agobiada , yo frunzo el ceño y la miro.
—¿Qué te pasa , Sam?—pregunto y es lo único que hace falta para que la rubia rompa a llorar.—Sam...—murmuro y corro hacia ella para abrazarle.—¿Qué pasa?
—Flavio es lo que pasa.—dice entre lágrimas.—Ayer me dio el peluche que le dejé y después , en el directo , se escuchaba como lloraba , no me quiere , Mía.
—Claro que te quiere , te quiere mucho.
—No como yo a él , no me quiere como pareja , como para estar toda la vida conmigo , no me quiere coma a Roma , no me quiere como a ti.—las palabras de Sam , en concreto las últimas , caen como un cubo de agua fría y me separo de ella rápidamente.—No me mires así , Flavio y tú tenéis algo muy especial , no es una amistad normal , ni siquiera eso tengo con él , ni siquiera tengo esa conexión que vosotros tenéis , ni la de pareja que supongo que tiene con Roma , no tengo nada , yo le quiero con toda mi alma , pero...no puc mes.—observo con cuidado a Sam , me da miedo tocarla y romperla.