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Estoy de camino a Madrid, no puedo esperar aterrizar. Llegué en el último vuelo de madrugada. Es raro, pero parece que somos los únicos pasajeros del aeropuerto. Esta todo desértico.. Para colmo, mi maleta fue la última en salir. Tuvimos que coger un carro para poder llevar lo todo, pasamos la aduana y salimos. Crucé la puerta, y por intuición me giré. Vi a la mujer más hermosa de la faz de la tierra, sosteniendo un ramo enorme de flores, si el ramo era grande, su sonrisa lo fue más. Deje la maleta y corrí hasta ella. La abracé con tanta fuerza que me tuvo que pedir que la dejara respirar, entre risas. Me iba el corazón a mil, y podía notar el suyo haciendo eco en mi. Nos balanceamos sin separarnos. No puedo describir como me gustaría lo que sentí al tenerla de vuelta entre mis brazos. Y su olor, cuanto lo había extrañado. Ambas nos emocionamos y dejamos caer alguna lagrimilla, Juana al ver que venía gente, se sumo al abrazo.

-¡Te hemos echado de menos María! -Exclamó-.

-Y yo a vosotras dos.. -Contestó-.

Los acompañé hasta la furgoneta que iba a llevar a la banda a su hotel, de ahí cogimos las maletas de Carla. Ya que no hace falta que se vaya en furgo, estando yo aquí. Juana pasaría la noche en ese hotel antes de regresar a Málaga.

-¿Sabes que iba a ir directa a tu casa no ?-Me dijo de camino al coche-.

-Me anticipé.. llevo todo el día esperando este momento.

Carla se despidió de todos, ya que se queda una temporada en Madrid. Metimos las maletas en el maletero y parte de los asientos de atrás.

-¡Madre mía! Que barbaridad.. ¿Que has traído?

-De todo, luego te lo enseño..

En cuanto me senté, ella me sujeto la cara y la giro hacia ella. Me plantó un beso largo, de los que dicen por si solos.. "te echado de menos". Sonreí y mire a todos lados.

-Mejor nos vamos.. Que nos van a ver..

El camino de vuelta a casa en coche, se me hizo corto. No dejamos de hablar ni un segundo. Que felicidad cada vez que giro la cabeza y la veo ahí. Al llegar a su casa, le dije que dejara las maletas en el coche y le vendé los ojos.

-¿No te vas a esperar que lleguemos? -Me dijo buscando me la boca, mientras le cubría los ojos-.

-Calla -Le dije riendo y con voz de niña pequeña-.

-¿Ves algo? -Por desgracia no.. por que me muero de ganas de verte-.

Camine abrazada a ella, intentado que sus manos traviesas no me metieran mano. Abrí la puerta y le quite la venda.

¡SORPRESA! -Gritaron todos-.

Sé que aparte de extrañar me a mi, echa de menos a su familia. Así que organicé una fiesta sorpresa con toda su familia, sus tíos, sus padres, sus hermanos.. Y por supuesto Juana, que en ningún momento piso el hotel, se vino directa. Carla se llevo las manos a la boca y comenzó a llorar. Reaccionó y corrió en busca de los brazos de su madre. Se abrazó a todos y los besó uno por uno. Los saludó a todos y volvió hacía mi.

-El mejor regalo de mi vida.. -Sujetó mi cara y me besó-.

Todo el mundo empezó aplaudir y a gritarnos cosas bonitas. ¡Vivan las novias! ¡Guapas!

Ella se giró y agradeció a todos que estuvieran ahí, recibiendo la así. Por supuesto que brindamos y celebramos su llegada con énfasis. Eran ya altas horas de la madrugada, y sus tíos se fueron. Poco después, les di las llaves de mi piso a sus hermanos, y fueron a dormir ahí con Juana, Y la supuesta habitación de Juana en el hotel, era para sus padres.

Cuestión de pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora