Me acerqué a ver a mi sobrina, me lleve el coche, por que a pesar de estar enorme y sentir me pesada, me encanta la libertad de poder conducir. Aun que no es lo más recomendable. Al llegar, me abrió la puerta Judith con Lucía en brazos, al verme se tiró en mi cuello. La cogí con dificultad, ya que con la barriga, solo puedo llevar la a un lado de la cadera, y son otros 8kg extra. Pero merece la pena el peso extra si es ella quien me abraza. Me senté con ella en el suelo y me di cuenta que no me podía levantar sola. Y me agobie.
-Anda ven, que te ayudo. -Dijo Judith ayudando me a poner me en pie-. María corazón, no puedes seguir haciendo como si nada, asume que hay cosas que no puedes hacer embarazada, físicamente al menos.
-Pero es que me encuentro bien, pero luego, depende de la posición, me cuesta horrores levantar me. -Ya son casi 38 semanas. ¿Sabes que se acerca el momento del parto no?
-Lo sé, es lo único en lo que pienso ahora mismo.
Me quedé jugando con Lucía desde el sofá.
-Judith, me voy a ir a dar una vuelta ¿Te importa si me llevo a la niña? Te cambio el coche, así no tengo que mover la sillita. Que he venido sin ella.
-Pues mira, me haces un favor, así termino el trabajo que tengo pendiente. Claro, ahí tienes las llaves. ¡No te cargues!
-Genial, no nos esperes para comer. ¡Dale un beso a la mamá! -Le dije a Lucía antes de ir a buscar su mochila, con algunas de sus cosas-.
En el ascensor, Lucía jugaba entre mis piernas. Y yo le hacía fotos. Desde que nació, que tengo millones de fotos de ella, o con ella. Los selfies son nuestra especialidad. Ese vinculo que ambas tenemos,sigue intacto. La subí al coche y fuimos a comprar ropa. Le compré un montón de conjuntos nuevos a Chloe y otros a Lucía. No lleva muy bien eso de probarse lo todo, así que fue un poco a ojo. Espero que le vaya. En una mano la niña, en la otra, las bolsas. Entre medias, me llama mi madre. Cojo a la niña en brazos y respondo al telefono. Me senté en el banco, así puedo dejar a Lucía de pies en mis piernas mientras hablo con ella. Nos pusimos al día y seguí. Cuando me levanté me llamó Carla, y me volví a sentar.
-Hola amor ¿cómo va la mañana? No, no te puedes subir ahí Lu, ven.-
-Buenos días, pues muy bien. ¿Que hacen mis cuatro niñas?
-La mayor, sentada en el banco, hablando por teléfono y gastando dinero en ropa. Lucía que quiere saltar encima del banco, y se va abrir la cabeza y le dicho que no, y me pone morritos de enfadada. Y tu pequeña Chloe, hoy me está dando una tregua. Así que estoy muy contenta. ¿Y tú?
-Pues saliendo ahora de la oficina. Cruzando la calle princesa.
-Espera, que yo estoy cerca. Estoy en plaza España. ¿Te pilla cerca?
-Si, a 10minutos andando creo. ¿Nos vemos? Tienes hueco?
-Claro amor, la pregunta es si tienes hueco tú jajaja.
-Soy mi propia jefa, puedo permitirme un par de horas libres. Luego las recupero. Quedamos en la esquina donde esta el banco. ¡Ahora te veo! Ciao.
Convencí a Lucía para que se le pasara su enfado por no dejar que se abra la cabeza saltando, Vacíe una bolsa, y ledi una bolsa vacía, porque ella quería ayudar, pero no me fio de que lo tire todo o lo pierda, así que le di la bolsa más pequeña que tenía vacía por lo que pudiera pasar. Sujete su mano, y caminamos hasta la esquina donde he quedado con Carla. Por el camino, me paró varias familias para hacerse fotos. La única condición que puse es que sean de cintura para arriba para que no saliera Lucía, ya que no le iba a soltar la mano.

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Cuestión de piel
RomanceHistoria de amor entre dos chicas. Viven al máximo todas las emociones de forma muy visceral. ¿Te atreverías a descubrir más? Sumérgete en este libro, cada capitulo te enganchará más.