16

336 15 4
                                    

Recordé cuanto tiempo hacía que no tenía tiempo de ir en moto, así que le dije a mi amiga, si le apetecía irse a ver la alhambra , como era de esperar, Juana, que tengo la suerte que se sube al barco de todas mis locuras, se vino conmigo. Cuando voy en moto siempre me parece curioso una cosa. Es cuando mas desprotegida vas y a la vez, cuando más pasas desapercibida. Pasear por las calles sin que la gente te reconozca es maravilloso. Quiero decir, me encanta pararme con mis fans, pero al final llevar una vida pública acarrea no poder pasear un día tranquila sin que nadie te pida una foto como mínimo. Alquilamos una vespa. Y nos prestaron los cascos.

-¡Vamos sube Amparo! -Le dije aguantando la moto-.

-¡Dale gas!

Entre risas arranqué y comenzamos a rodar, Juana grababa con el móvil la cómica situación. Nos recorrimos gran parte de Granada, pasando por Albaicin, Sacromonte y ya al casco antiguo. Acabamos en un mirador, en medio de una carretera con vistas a la Alhambra. Si de día es bonita, de noche alumbrada más. Al rededor había un par de parejas jóvenes dándose cariño.

-Tía, les estamos cortando todo el rollo ¿No? -Decía Juana aguantando se la risa-.

-¿Tu los estás viendo? Que están magreándose ahí, como si no hubiera un mañana..

-Ya ya, te recuerdo que nosotras a su edad.. hacíamos lo mismo.

-Hombre lo mismo no, nos dábamos cuatro besos. Pero.. Que la chiquilla esa esta sentada encima de él moviéndose como si se lo estuviera tirando.

-Peting

-¿Eso que es?-Le pregunté curiosa-.

-Pues eso es como se llama ahora, ponerse cachondos con la ropa puesta. ¿Te suena?-Decía riendo-.

-Ja-ja que graciosa, no sé para que te cuento nada. Pues esta noche cuando llamé a María se lo cuento.

Nos quedamos unos minutos en ese mirador, sin quitarnos ni el casco. Mirando para la Alhambra y escuchando los niños intercambiar saliva. Está claro que las generaciones de hoy en día no les da vergüenza nada. Pero a nosotras si. Vergüenza ajena. Así que levantamos el chiringuito y nos fuimos. No sin antes dejar caer una bomba.

-Niños, escucharme una cosa, no corráis, ya tendréis tiempo de hacer estas cosa, aprovechad y disfrutar como niños que sois. Que todo tiene su tiempo.. Dicho esto, adiós.

Los niños me miraron con una cara, como diciendo.. "¿Y a mi qué? Yo voy locx por follar". Que no les culpo, por que.. ¿A quien le amarga un dulce? Por no decir, que yo llevo todo el día pensando en lo mismo, por culpa de María, que se me sube encima pidiendo guerra para luego decirme que mejor nos quedamos con las ganas. Yo soy más de hacer, no me gusta quedarme con las ganas de tomarme una copa de vino, de una conversación, de ir al cine, de hacer el amor.. Las típicas cosas mundanas que te alargan la vida.

De camino al hotel, Juana me iba guiando ."Ahora gira a la derecha, ahora a la izquierda, ahora recto, tira tira" . Me metí por una boca calle muy estrecha pavimentada con piedras. Cuando llegué al final de la calle, en el crucé hice el stop. Mire varias veces a ambos lados y cuando me incorporé, en unos 50 metros como mucho, un coche se salta el ceda y nos tira al suelo.

-¡Carla! ¡Carla! ¿¿Estás bien??

Cuestión de pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora