LA DESVENTURA DE AMAR

DIA 51

Él viajó a Miami. Me dijo por mensaje que durante mi ausencia había buscado alguna ropa. Ni lo noté. Le pregunte si había llevado ropa de abrigo, porque hacía frío. Me dijo que no importaba, que sólo iba a mirar el mar y a pensar. Que se iba a quedar adentro. En realidad, el mar no se ve demasiado desde el departamento. Sólo si se hace un esfuerzo muy grande, se logra ver una minúscula parte de lo que permite adivinar que es el mar. Creo que, si va a mirar el mar, tendrá que ir a la playa, y debió llevar abrigo. Quizás esté bien. Quizás le haga bien pensar. Son sólo tres días. Las chicas llegaron hoy a casa. Sol regresó desde la casa del novio, y Valentina, de la casa de una amiga. Me saludaron con alegría. Momentánea, desde ya. Pero traté de evitar reproches, agradecieron los regalos y se preocuparon de manera sincera por el perro. Las noté intranquilas y tristes. Les dije que yo lo sacaría adelante. Ya hoy casi no caminó, pero cumplo con todos los remedios y los tratamientos alternativos. Me duele mucho la espalda, lo baño cada vez que se ensucia, lo tengo con su pelo gris brillante. Cada tanto, me lame la mano. Me agradece, pero no está feliz.

En pocos días es el cumpleaños de él, en algún momento dijimos que sería bueno que igual lo festejara. Y él planea regresar de su viaje el mismo día por la tarde, para que todos podamos festejarlo juntos. Estoy hoy un poco dolida por sus insultos y por lo de la cuenta, pero en realidad no hizo nada. No sacó el dinero. Fui yo quien bloqueó la cuenta. Siempre pienso mal de él. Estuve pensando qué hacer y creo que lo mejor es ir a la cena. Lo festejaremos en un restaurante, y ya los amigos más íntimos están avisados.

Mejor voy igual, aun cuando ni su cumpleaños parece motivo de festejo.

Y también debería comprarle un regalo. O, mejor, que las chicas lo hagan. No sé. Vendrán mis padres y mi hermana y su marido. Fui yo quien insistí para que asistieran a su cumpleaños. Necesito sentarme en la otra punta y que el tiempo pase. No tengo ganas de festejar nada, pero él está solo, y mi familia es su familia. No lo puedo alejar de ellos, nunca lo haría. Sería un dolor grande para él, y para mi familia también. Vale mi sacrificio, por mis hijas, por mis padres, por él. Vale una cuota mayor de esfuerzo. No es tan grave, dos horas, dos horas y media, y todo habrá transitado en tensa armonía.