DIA 11 YO PUEDO

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DIA 11

Necesito controlar la furia. Estoy enojada y de tanto callarlo estoy furiosa. No se que hizo él en todo el día, pero no vino a almorzar, ni siquiera tuvo interés en saber de mi viaje, de mi conferencia, nada. Hace tantos años que estamos juntos y me siento un mueble. 

El amor es el amor, mas allá de la relación de pareja, es pensar que al otro le pasan cosas, que le duele cosas, que tiene sueños frustraciones, miedos sobre los cuales esta bueno preguntar de vez en cuando.

Creo que nunca me vio, creo que no sabe quien soy. O creo que no se quien es. 

Algo está pasando, las cosas que hace, quiebran mis fuerzas, me desdibujan las ideas y me desconcierta la mente. 

No se ni que decir, ni que pensar, ni que proyectar, ni siquiera sé si vale la pena proyectar. 

Llegó a las siete p.m con el semblante desencajado y la infelicidad tatuada en la cara. 

En los últimos años adquirió todos los males de quien vive comulgando con el exceso de la llamada "buena vida". 

De tanto habano, ronca más. 

De tanto champagne tiene más panza. 

Y de tanta desesperación por comprar más habano y champagne, tiene esa cara.

 Ahora está en el living, carraspeando, señal de que esta nervioso, muy nervioso. Ha tenido muchos periodos así en los cuales se aisló y se refugió en su soledad, bajo el miedo que a los otros le inspiran sus ojos. Y luego pasa. Pasará.

 Valentina esta mejor, creo que mi llegada ayudó. Mañana iré a trabajar y todo tomará su ritmo. Y un día se le pasará. Estoy acostumbrada. 

La costumbre es la mayor herramienta humana de supervivencia a factores inmodificables. 

No va a cambiar. Tengo que acostumbrarme y cambiar yo. Yo sí puedo cambiar, yo tengo la inteligencia, la emocionalidad y los recursos para poder cambiar. 

Yo me puedo callar, puedo guardar silencio y con eso minimizar la confrontación. Yo puedo seguir adelante y traer regalos aun cuando me dejaron plantada dos días antes de viajar, yo puedo resolver el tema de Valentina a la distancia, yo puedo continuar brindado risas al hogar, aun bajo las sombras de ese rostro inanimado. Yo puedo. 

LA DESVENTURA DE AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora