Capítulo 29

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La diversión y las risitas de dos chicas muy guapísimas estaban presente en una de las esquinas de una tienda. Rouge y Amy habían estado conversando mucho desde que Shadow dejó a Rose ir con la murciélago a pasear o pasar el rato divirtiéndose. Rouge le contaba a Amy los hechos que esta vivió todas las veces que ha asistido a un crucero sólo por su prometido el cual trabaja allí como capitán. La joven Rose formaba un brillo resplandeciente tras escuchar lo tan divertido y vivaz que sonaban las vacaciones de Rouge en un crucero, y también lo tan refrescante y romántico que podía ser estar allí con Shadow; así que, Amy lo puso como un plan de vacaciones para ir con su novio y estar juntos.

Hablaba sin parar la murciélago; ella era muy genial y a veces hacía chistes de doble sentido haciendo que Amy se ruborizara de la vergüenza ya que Rouge los decía con exclamaciones y en voz alta, haciendo llamar la atención de la gente, y ganándose miradas extrañas y confusas. Aunque, aquella reacción de la gente hacía reír a Rouge a carcajadas, y Rose sólo se unía a las risitas y al momento divertido.

De pronto, cuando estas habían llegado a un restaurante casual el cual tenía tres mesas en el exterior, haciéndolo ver un bonito restaurante sin necesidad de tantos lujos. Rose comenzó a leer un letrerito escrito con tiza de colores, haciendo reír a esta ya que los encargados habían dibujado un árbol navideño y esferas estando aún en Octubre.

—¡Vaya! Esta gente sí que tiene el espíritu navideño; ja, ja, ja. —bromeó Rouge riendo, haciendo contagiar a Amy.

—Tienes razón, aunque los platillos que venden suenan deliciosos. ¿Qué tal si comemos algo? —preguntó Amy sonriendo tiernamente.

—¡Claro! —estuvo Rouge de acuerdo—. Pero luego nos vamos a una tienda de lencería. —le susurró a Rose en la oreja de manera divertida, haciendo a esta ruborizar de la vergüenza, y tosió a propósito.

—Sí, claro. —dijo Rose ya que estaba interesada en la idea—. Quiero sentarme en estas mesas. ¡Se siente muy refrescante! —comentó la rosada.

—¡Claro!

Entonces, ambas se sientan en las sillas color blancas de metal, y se acomodan apegándose más a la mesa, y quedar una diminutiva brecha entre su cuerpo y el borde de la madera. Las chicas toman la carta que había allí, y juntas comenzaron a leer en voz alta los platillos otra vez para darle a conocer a Rouge lo que estaba disponible; y al mismo tiempo señalaban los nombres y los precios.

—Buen día, señoritas. —saludó un joven guapo a ambas, quienes alzaron la mirada rápidamente.

—Buenos días. —saludó Amy mirando a Rouge, dándole señal que ella pidiera la orden.

Tras haber captado aquellas señales, Rouge comenzó a dictar los platillos, y el joven sólo se disponía a escribir lo dicho por la murciélago. Y, una vez que Rouge terminó de ordenar, el joven asintió, y se retiró de allí no sin antes avisar que esperaran por la comida.

Un corto silencio entre ambas se hace presente, haciendo que las carcajadas de otras personas y el motor de autos encenderse y las campanitas de algunas bicicletas sólo sean oídos por ellas. Pero, de pronto, a Rouge se le viene la duda y la curiosidad que tenía en el parque tras ver al erizo negro, novio de Rose, con un niño erizo en sus brazos; tratándolo como su hijo.

—Oye, Amy. —llamó Rouge curiosa, teniendo la atención de la rosada.

—¿Sí?

—Ese niño que tenía el señor Shadow, ¿Es su hijo? —preguntó esta muy interesada en el tema.

—Sí, es su hijo. ¿Por qué? —respondió Rose con una sonrisa por recordar al hijo de su novio.

—¡¿En serio es su hijo?! —dijo esta sorprendida, haciendo a Amy asentir, pero con confusión por su reacción—. ¡Vaya! Eso absolutamente nadie lo sabía. Qué guardadito se lo tenía. —comentó esta, a lo que Rose rió—. ¿Y eso no te incomoda a ti? —hizo otra pregunta.

Destino Inesperado [Shadamy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora