Capítulo 48

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En la ciudad de Mephiles, el presidente de la aerolínea Venus, se encontraba este mismo mientras llamaba por teléfono a su mejor amigo Manic, quien ansiaba hablar con él para poder ya encontrarse en el aeropuerto de Mary. Estaba el erizo algo nervioso mientras hablaba con Manic, no se sentía tan seguro de usar el aeropuerto de Mary para aquellos planes brillantes del erizo verde. Pero era tarde para arrepentirse debido a que los hermanos Rougues ya tenían a sus amigos interesados en aquella situación. Así que, Mephiles no tenía otra opción, pero deseaba en no encontrarse con Mary en ningún momento, porque sabía muy bien que el antiguo cariño que le tenía a la eriza rubia crecería otra vez en él.

—¿Entonces cuándo vienes a la ciudad? Necesitamos hablar de algo que le pasó a Rotor con la señora Mary —preguntó Manic ansioso.

—Hoy mismo voy. Me hospedaré en un hotel, y no diré nada de mi salida. —Mephiles pensó, y prosiguió—. Ahora mismo iré a hacer negocios con el dueño de una fábrica de aeronaves, ya sabes, 1970 se aproxima, y he de decir que todo en la aerolínea está incrementando. -explicó.

—Yo te espero en la noche, amigo, ¿bien? Y recuerda, no hables con nadie —dijo Manic a través del teléfono.

—Claro —Mephiles se encontraba pensando en Mary, y se sentía nervioso en tan sólo pensar en ell—. Sí o sí me verás en la tarde quizá.

—Está bien. Adiós, y suerte en tus negocios.

Entonces, Mephiles colgó, y salió de su casa después de tomar un abrigo y su sombrero, luciendo ya un señor de alta edad. Este sale de su residencia, y sube a su vehículo para dirigirse hacia la casa de aquella persona con quien hará negocios; era el hijo del fundador de tal fábrica de aeronaves. Este pensaba en palabras exactas y convincentes para que la persona acepte hacer un negocio con él, y fabricar de aeronaves únicamente para su aerolínea, mas no para otras; quería hacer la competencia con otras aerolíneas.

Aquélla era una fábrica la cual había sido conocida desde la primera guerra; de hecho, la fábrica hacía biplanos para los soldados de la guerra, lo que hizo de tal compañía una muy prestigiosa y respetada pese a que, en la década del cuarenta, estuvo a punto de fracasar. Pero, el hijo del fundador no lo permitió, e hizo cualquier cosa para hacerlo resucitar, convirtiéndolo en un ejemplo a seguir, sin saber la gente lo que realmente había hecho para rescatar aquella compañía. Pero esa es otra historia, y volviendo con Mephiles, este ya estaba llegando a la casa del con quien iría a hacer contrato.

Era una inmensa casa, algo que no hizo sorprender a Mephiles ya que este vivía en una mucho más grande. Este bajó del vehículo, e ingresó por el muro vivo que rodeaba la propiedad. Nadie de la seguridad detuvo su caminar ya que conocían muy bien que quién se trataba; de hecho, hasta lo saludaban, a lo que este devolvía los saludos de manera seria. Y cuando llegó a la puerta, se abrió rápidamente por la persona la cual estuvo buscando y esperando durante su camino.

—Señor Mephiles —dijo Sonny seriamente mientras le daba el permiso; era el hijo del fundador de la fábrica.

—Buen día, señor Sonny. Es un gusto verlo —dijo Mephiles quitándose el sombrero.

—Menos palabrería, y vayamos a mi oficina de una vez para escuchar sus peticiones —mandó Sonny, y Mephiles estuvo de acuerdo.

Algo en Sonny pudo sentir Mephiles, y era que tal vez haya sufrido alguna pérdida familiar; él era muy serio, mas no renegón, pero siempre mantenía sus facciones graves ante cualquiera. Pero Mephiles podía sentir que Sonny ha sufrido lo mismo que él, la pérdida de alguien a quien quierd demasiado, como le pasó con Mary, cuando le dijo a este que no quería contraer matrimonio con él. Este se vio obligado a salir de sus pensamientos tras ver que Sonny le dijo que entre a su oficina, a lo que obedeció al instante.

Destino Inesperado [Shadamy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora