Los dientes de una joven eriza castañeteaban sin parar, pues la temperatura se hallaba muy baja en esos momentos los cuales estaban a una semana de recibir una de las fechas más importantes del año. Amy estaba dirigiéndose a su vehículo, dispuesta a regresar a casa después de largas semanas de trabajo el cual se había tornado un ambiente incómodo para esta debido a que la inundaban de preguntas sobre su relación con Shadow. Esta sólo ignoraba, y seguía con su rutina de trabajo, pero no podía evitar sentirse incómoda ya que cada segundo recibía alguna pregunta. También pudo notar cómo otros pilotos comenzaban a hablarle; eran guapos, como casi todos, pero ninguno se igualaría a Shadow.
En ese momento, sólo ansiaba en volver a casa, y manejar de vuelta a su hogar; quería disfrutar de su tiempo libre con su familia, pero había algo que la ha hecho sentir débil, y es que ha vuelto a sentir aquellos dolores de cabeza, y comenzaba a sentirse un poco cansada; pero no era algo del otro mundo ya que podía con esos dolores, y pensó que era parte de su desequilibrio. Así que, llegando Amy a su auto, se sentó, y se aseguró; entonces se sumergió en sus pensamientos, como ha estado haciéndolo desde que no ha vuelto a tener algún tipo de comunicación con Shadow.
Comenzó a llorar en silencio mientras apoyaba su cabeza en el volante; ella lo ha extrañado mucho, y necesitaba mucho de su compañía, no ha sido un tema el cual lo puede tomar a la ligera. Siempre retenía sus ganas de llorar para el final de algún vuelo, pues no quería que sus compañeras y su madre y Cream la vean de aquella forma sólo por extrañar a su antigua pareja; pues Rose les prometió a ellas que no lo haría ya que Shadow había sido un tonto con ella. Entonces Amy sólo decidió limpiar sus lágrimas, y encender el motor de su vehículo; pero una persona se acercó a su ventana.
—Hola, Amy —saludó Blaze, quien había estado al tanto de Rose y de Shadow.
—Hola —devolvió el saludo sin mucha emoción, pues se hallaba sin ganas de conversar.
—¿Cómo has estado? —le preguntó, mas Amy calló—. Te he visto feliz en horas de trabajo, pero sé que sólo lo has estado reteniendo —dijo la gata.
—¿Cómo ha estado él? —preguntó Amy refiriéndose a Shadow, pues lo había visto hace unos días con Blaze.
—Él te extraña, sólo que suele ser orgulloso, ya sabes... —respondió—. Se ha estado sintiendo mal, y ha adelgazado; quiero decir, está escuálido —Rose se preocupó en ese instante.
—Oh, no; hazlo comer, por favor —Se sentía Rose culpable.
—Amy, no es fácil para él ¿sabes? Se había emocionado mucho, y tener que lidiar con sus emociones está siendo difícil. No pasa tiempo con su hijo ni con su mamá; ha estado llegando tarde al trabajo, y se la pasa encerrado —Contaba la gata lila, y Rose sólo se conmovió—. ¿Cómo has estado tú, Amy?
—Lo he extrañado mucho; a él, a su bebé, su hogar —pensó unos segundos, y prosiguió—. Pero ya lo confrontaré, y Shadow también debe hacerlo —agregó, a lo que Blaze asintió triste.
—Lo sé. ¿Algo que quieres que haga saber a Shadow? —ofreció su ayuda con una comprensiva sonrisa.
—Sí; me gustaría que seamos amigos, como solíamos serlo —respondió Amy agachando las orejitas.
—Bien, ¿segura que nada más? —Rose negó—. Bueno, te veo otro día, y cuídate mucho, ¿sí? Adiós —se despidió la gata lila, y se fue de allí.
Era la una de la mañana en ese entonces, y obviamente era una hora la cual llega a ser escalofriante para muchos. Amy comenzó a conducir, hasta llegar a la carretera; de pronto ve una tienda pequeña de un motel la cual vendía comida rápida y pastelitos. Se sentía hambrienta, y estacionó su vehículo, y salió de allí mientras sostenía su bolso y sus llaves para comprar algo de comida. Por otra parte, como Amy había estado conduciendo por una hora, un vuelo estaba aterrizando en ese mismo aeropuerto; un vuelo el cual había sido piloteado por Shadow, quien había estado malhumorado durante todo el tiempo, tanto que hasta el copiloto tenía miedo de él.
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Destino Inesperado [Shadamy]
FanfictionUna tierna historia romántica basada en el año de 1969, un año el cual forma parte de la época dorada de la Aviación Comercial, y un año en el que cualquier chica deseaba en ser una azafata de vuelo; pero, en el caso de una joven eriza de veinticuat...