Capítulo 43

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Tan concentrada en sus pensamientos se encontraba Amy, quien estaba regresando a casa de la residencia de Shadow; esta se encontraba tan decepcionada, y la tristeza se apoderaba en ella. Pero la rosada optó por no llorar, y no por creerse fuerte ante otros sino porque por poco y sufre un accidente automovilístico debido a la falta de atención que le dedicaba a su camino. Lo que la hacía sentir triste fueron las últimas palabras que Shadow le había dicho; él parecía haber sido sincero, pero el cómo este ni siquiera se dio cuenta de lo que estaba pasando, la hacía pensar que sus palabras sólo eran mentiras y que aquel tono de voz sólo era fingida.

Su casa estaba siendo ya visible ante sus ojos, a lo que suspiró cansada, y estacionó su auto en el garaje. Rose tomó su bolso ya que sería el que llevaría en la tarde a su cita con la doctora, así que se aseguró de tenerla en manos. Amy ingresó rápidamente a casa, y fue directamente a su habitación para poder alistar un vestido y un abrigo para la tarde. Pero cuando ingresó a su cuarto sin siquiera haber ido a ver a Vainilla, se sintió triste al ver una foto suya junto a su novio Shadow, quien estaba sintiéndose de lo peor en esos instantes sin que Rose lo supiera.

Entonces, Amy ve la foto, y sólo se pone a llorar en silencio, sin darse cuenta que sus saladas lágrimas caían sobre el vidrio del portaretrato. La eriza sólo se limpia las lágrimas tras escuchar los pasos de Vainilla fuera de su habitación, y deja el objeto en su velador al lado de su teléfono. "Amy, ¿estás ahí?"; dijo Vainilla en el exterior, a lo que Amy se demoró en responder ya que su voz quebrada se hacía notar con claridad.

—Sí, mamá, ya llegué; sólo fue hace unos minutos. Lo siento si no te avisé. —respondió Rose aclarando su voz.

—Oh, está bien, cariño.

—¿Cream ya se fue? —preguntó Amy.

—Sí, de hace rato. —avisó Vainilla, pero la señora sabía bien que algo le pasaba a Rose ya que ella suele abrirle la puerta de inmediato cuando acude a su habitación; y de repente, piensa en Shadow, y se molesta—. Cariño, ¿pasó algo con Shadow?

Esta sólo se quedó callada para poder pensar en una respuesta que negue a la pregunta, pero con tan sólo ese silencio, fue lo suficiente para que Vainilla se diera cuenta que en realidad algo sí había pasado entre su hija y aquel piloto el cual otra vez se está ganando el odio de la señora coneja. "Amy, abre la puerta"; mandó la mayor, y la joven Rose sólo se molesta con sí misma por haber sido tan tonta de no responder nada a su madre quien la conoce perfectamente.

—No, mamá, me estoy cambiando de ropa ya que iré a tomar un baño. —informó Amy con un tono serio.

—Está bien, Amy, pero sí o sí hablaremos de esto y sobre el imbécil ese de tu novio. —dijo Vainilla, y Amy se entristeció al ver que otra vez las cosas se estaban empeorando—. ¿Te parece bien en la tarde?

—No estaré aquí en la tarde, tengo una cita. —avisó Amy, dejando a Vainilla perpleja.

"Uh, ahora entiendo sus problemas con Shadow"; se dijo la mayor a sí misma en su mente. Vainilla no podía creer que su hija esté saliendo con otro hombre, y ahora se da cuenta que el erizo negro no tiene la culpa de nada; ahora entiende el por qué Amy se ha estado sintiendo confundida en las últimas semanas, sin darse cuenta que ha malinterpretado lo dicho por Amy.

—Está bien, Amy, ya ahí veremos cuándo conversamos de eso. —finalizó Vainilla curiosa, y se fue de allí.

Ahora Rose se sentía tranquila tras escuchar los pasos de Vainilla alejarse, y sólo suspiró con tristeza al recordar a su erizo negro; aquel piloto de quien se enamoró en tan corto tiempo, y le entregó muchas cosas de ella a él tanto como él a ella. Rose lo ama, y demasiado, y no podía sacar de su cabeza cómo él le había respondido sobre el tema anterior; esta pensó que Shadow realmente se preocupaba por ella, y pensar que no era así, la hacía sentir destrozada.

Destino Inesperado [Shadamy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora