Capítulo 23

452 76 32
                                    

Las horas se fueron lentas para el erizo negro quien estaba preocupado y asustado todo el tiempo por la señora Vainilla a pesar de que decidió olvidar el supuesto odio que ella le tiene a este. Su novia y su madre se encontraban conversando sobre el trabajo de la joven, pero este no escuchaba nada ya que realmente estaba nervioso; a cada rato este miraba el reloj, para ver en qué número estaba el horario apuntando, y no se dio cuenta que ya era mediodía.

Ni las risas fuertes provenientes de Mary y Rose podían retirarlo de sus pensamientos, pues este se encontraba buscando y descifrando algunos actos para poder lucir como un buen novio cuando estén en la casa de Rose. "Papá, tengo sed"; avisaba Silver dándole leves golpes a su papá ya que no le hacía caso desde hace minutos. Rose seguía hablando a gusto, pero al ver que Shadow no respondía, se preocupó un poco.

La eriza se acercó a su pareja, y lo empujó un poco más fuerte que Silver, haciendo al erizo negro volver a la realidad. Shadow miró algo nervioso a la joven Rose quien esperaba alguna respuesta de su raro comportamiento, a lo que este sólo se puso de pie.

—¿Qué pasa, pequeño? —preguntó este al darse cuenta que Silver lo llamaba.

—Tengo sed, papá, ¿Me das jugo, por favor? —pidió el pequeño.

—Claro, déjame ir a la cocina. —avisó Shadow sonriéndole a Silver, y luego a Rose.

Entonces, el erizo se retiró de allí, dejando a las dos chicas y al niño en la sala. Mary tenía curiosidad al ver cómo su hijo se comportaba; quería saber la razón de ese acto. La eriza estaba a punto de sentarse, pero no lo hizo debido a su decisión de ir a la cocina, y preguntarle a Shadow por qué se veía preocupado.

Al llegar al lugar mencionado, esta lo vio buscando el producto mencionado en la nevera. Su mirada se fijó en la cola del erizo, y esta sonrió de manera maliciosa. Rápidamente, esta se acercó a él, y le jaló de la cola mientras aguantaba la risa. "¡Ay! ¡¿Quién es?!"; fue lo que exclamó el erizo al sentir su cola siendo tocada por alguien quien quizá no era su novia, pero al oír las carcajadas de su Rose, se alivió un poco, pero luego dejó el alivio ya que quería vengarse.

—¡Qué tonto!

—¿Por qué hiciste eso, Rose? Me asusté un poco. —dijo este apenado y ruborizado de la vergüenza.

—¡Ups! Lo siento mucho, cariño, pensé que sería divertido. —se disculpó Rose sentándose en la isla de la cocina.

—No te preocupes, linda. —dijo este sonriéndole coqueto a la joven quien movía sus piernas como una niña.

Este se acercó a la eriza quien seguía sentada en la isla, y la besó tiernamente en los labios, a lo que Amy correspondía mientras rodeaba sus brazos en el cuello de su pareja, y el erizo la tomó de la cintura, de esta forma profundizando más aquel acto que estos repetían cientos de veces en un día. La escasez de aire llegó a los erizos, y se separaron del tierno beso.

—Será mejor que le des al bebé su jugo de una vez. —avisó Amy, y Shadow asintió riendo—. Pero antes de que te vayas... —volvió a hablar, y su pareja se detuvo—. ¿Por qué estabas nervioso? Como si habría algo que te preocupase, ¿Qué pasa, Shad? Sabes que puedes decirme cualquier cosa. —dijo acercándose al erizo.

—No es nada, cariño, es sólo que tu mamá me da miedo. —confesó Shadow nervioso mientras sostenía un vaso con jugo.

Las ganas de reírse estaba aguantando Rose, y decidió no burlarse de Shadow ya que este se veía muy nervioso. Un suspiro exhaló Rose, y lo miró tiernamente.

—Le caerás bien, tenlo por seguro. —dijo Amy acariciando la mejilla de su novio quien la tomó de la mano.

—¿En serio?

Destino Inesperado [Shadamy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora