Destino Inesperado [Shadamy]

Capítulo 63

Día tras día pasó, y una semana nueva había llegado, a lo que Enero estaba en su segunda semana ya. Tanto los invitados de Shadow como los de Amy aceptaron en ir a la reunión de ambos erizos, quienes serían padres en unos meses. Pero había algo que Shadow no sabía, y era que Blaze hará que Sonic también esté allá presente para ver cuál sería la reacción del erizo negro tras ver al cobalto el cual le tomó la púa y lo vaciló; sólo esperaba Blaze que no se haga tremendo escandalo por una broma de Sonic.
Dicha reunión tomaría lugar un Jueves, a lo que Amy pensaba en qué podría preparar de postres para ofrecer a la poca cantidad de personas que han sido capaces de invitar.

Aunque, después de todo, Rose no se podía concentrar muy bien para poder pensar; así habían sido los últimos días para Amy. El dolor en em vientre que había estado sintiendo de una manera leve se había intensificado en ella, haciendo de sus días débiles y apagados. Ahora se dio cuenta que era hora de ir hacia Sally Bellota, pero cuando la llamó, no se hallaba presente para poder reservar una cita con ella. Así que decidió en sólo esperar al día de la reunión para poder preguntarle por alguna razón por la que ha estado teniendo ese insoportable dolor.

Rose se hallaba viéndose en el espejo, y sólo pudo ver a una Amy delgada y con ojeras notables que la hacía ver terrible. Aquellas descripciones hacía también a Shadow preocupar, y es por ello que este mismo se había ido a comprar un pastel para que Amy pueda comer. Toda la comida que Shadow le preparaba con amor y cariño, ella misma lo rechazaba por la falta de apetito.
Ahora mismo, el erizo negro estaba en una pastelería comprando un pastel tanto para él como para Amy y el pequeño Silver Scott; pensó que tal vez con postres haría a su eriza comer, porque realmente su preocupación incrementaba al verla adelgazar.

—¿No tendrá tarta de manzana o pay de limón? —preguntó Shadow a la mujer mayor la cual atendía a los clientes y clientas.

—Tenemos de todo, así que sólo pida —respondió la señora.

—Entonces quiero el pastel de chocolate, la tarta de manzana, pie de limón y galletas de vainilla —pidió Shadow mientras buscaba el dinero en su billetera.

—¿Tendrá fiesta o qué? —preguntó la mayor con un tono bromista.

—Es para mi mujer; ella está embarazada —respondió.

—Vaya, ¿tantos postres?

—No ha estado comiendo nada.

Empacando los pedidos de Shadow en bolsas de papel, la mujer, la cual ya había tenido experiencia en ser madre, se quedó pensativa tras escuchar la respuesta del erizo respecto a su eriza rosada. Terminó de empacar, y le dio a Shadow sus compras después de haberle dado a conocer la cantidad de dinero que debe pagar por ellas. El erizo asintió, y le pagó sin problema alguno a la mujer, quien decidió en darle un consejo a Shadow.

—¿Sabe? Debería llevarla al ginecólogo —comentó la mujer con un tono de preocupación.

—En eso estamos. Ya llamó a su doctora privada, pero parece que está ocupada porque no recibe las llamadas —respondió Shadow preocupado.