Un suspiro exhaló una murciélago de ojos turquesas antes de darle un sorbo a su bebida el cual estaba en una botellita de vidrio. El sorbete de su bebida se había manchado un poco con el labial de sus labios, algo que la hizo gruñir levemente. Pero, con tan sólo ver a la parejita de erizos así de empalagosos, le hacía sentir mejor y con alegría tras suponer que su amiga ahora se encuentra mucho mejor; le hizo pensar que irían a escoger de un vestido sin problema alguno o con falta de emociones.
Entonces, esta le había dado a Shadow y Amy ya quince minutos, y decidió acercarse y saludar para irse a la tienda junto con Rose. De su bolso retiró tres dólares, y lo colocó en la mesa de la cafetería el cual era Dulces Pasiones. Agradeció internamente, y se fue del local para que acto seguido, vaya en dirección de la pareja, quienes seguían abrazados y hablando de las cosas que suelen hacer.
—¿Cenamos juntos el día de hoy, mi amor? —preguntó Amy ruborizada, a lo qud Shadow le sonrió coqueto.
—Claro, pero me gustaría que la cena seas tú, nena. —le susurró este al oído, a lo que Amy estaba perpleja, pero decidió por seguirle la corriente.
—¿En serio quieres eso, guapo?
—Mi respuesta es más que obvia, Rose.
—Pues qué lástima porque eso sería canibalismo, Shad. —dijo Amy riendo, a lo que Shadow sólo estaba apenado.
Olvidando todo, ambos comenzaron a reír por la broma de Amy, reviviendo otra vez aquellos tiempos de cariño y comprensión. Terminando ya de su diversión, ambos se miraron a los ojos, y Shadow fijó su vista en los labios de Rose con muchas ganas de besarlos. En un momento inesperado para Amy, Shadow la besó de manera cariñosa y tierna, a lo que ella correspondió muy feliz y sorprendida. Pero, aquel beso fue interrumpido por Rouge, quien tosió apropósito mientras los miraba con una sonrisa pícara; ambos sólo se separaron de inmediato, intentando tapar sus mejillas las cuales tenían un color rojizo notable.
—¿Nos vamos, Amy? —preguntó Rouge intentando no reír por la escena; era como si se tratáse de dos erizos jóvenes.
—¡Claro! —dijo Rose feliz—. Pero, déjame hablar unos minutos con Shadow, ¿Bien? —pidió.
—¡Ve, ve! No te preocupes, los dejo solos por un momento. —avisó Rouge guiñándole el ojo.
Entonces, Rouge se fue yendo del área mientras que el sonido de sus tacos se hacía presente, pero cuando ella se iba desapareciendo de lugar, aquel sonido también lo hizo.
Ni bien Rouge ya no estaba, Amy y Shadow se miraron a los ojos debido a que ambos tenían algo que avisar, pero Amy fue la que decidió hablar primero ya que Shadow suele ser algo tímido al comenzar alguna conversación entre ambos.
—Entonces... ¿Me esperas a las nueve, bebé? —dijo Amy con inocencia, haciendo a Shadow ruborizar.
—Sí, nena, te espero. —fue la respuesta del erizo, quien intentaba ocultar su rubor.
—¡Ay! Bueno, cielo, debo irme ya. ¡Adiós! Te veo en la noche. Te quiero, ¿Sí? —se despidió Amy con una tierna sonrisa, y rápidamente le dio un piquito al erizo.
Un suspiro con aires de enamorado soltó Shadow tras ver a su eriza alejándose del lugar; pero ver a Rose volteándose de medio cuerpo para agitarle la mano a su erizo como forma de despedida mientras mantenía una sonrisa lo hacía sentir algo triste por alguna razón desconocida, se sentía como si se estuviera yendo para siempre. Pero, pensó que tal vez se sintió así después de no haberla visto por otra semana, y aquel sentimiento extraño se fue de inmediato.
Antes de que Shadow vaya en camino de la cafetería, primero se aseguró en ver que Amy llegue con seguridad hacia donde estaba Rouge; tal vez suene algo muy tonto y sobreprotector, pero Shadow no soportaría algún hecho el cual consista que Rose haya sido lastimada. Y, al ver a lo lejos que la eriza rosada llegó al lado de Rouge con mucha alegría, se sintió mejor, y se dirigió hacia la cafetería.
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Destino Inesperado [Shadamy]
Hayran KurguUna tierna historia romántica basada en el año de 1969, un año el cual forma parte de la época dorada de la Aviación Comercial, y un año en el que cualquier chica deseaba en ser una azafata de vuelo; pero, en el caso de una joven eriza de veinticuat...