Poco después, el sol de la tarde comenzó a desvanecerse y la noche empezó a escurrir en el cielo. Gerard volvió a la pintura e incluso me uní a él. Y al poco tiempo, yo estaba pintando también, sin la necesidad de tenerlo inclinado sobre mí cada vez que pasaba el pincel, diciéndome en dónde tenía que poner cada cosa. Había empezado a pintar por mi cuenta, probando mis habilidades. Logré pintar una puesta de sol una noche, ambos nos habíamos sentado en el balcón para ver al sol irse por el horizonte de Jersey. De hecho, fuimos capaces de mantener nuestras manos separadas durante esa sesión, sólo concentrándonos en el arte y la belleza que estaba delante de nosotros. La imagen era decente, en realidad parecía lo que se suponía debía ser. La naturaleza era lo más fácil de pintar para mí, porque si lo arruinaba, no importaba. La naturaleza venía en una gran variedad de formas y tamaños y podría adaptarse a cualquiera pasada de pincel. A diferencia de otras cosas, como los muebles del apartamento de Gerard o las imágenes oníricas que se me venían a la mente, eran más difíciles de crear. Todo lo que pintaba que se suponía debía verse realista, terminaba viéndose como una caricatura. Eso había empezado a frustrarme, e inclusive la semana anterior había intentado destruir una de las pinturas que había hecho, enojado porque la mesa que había pintado parecía más un caballo corriendo. Gerard me detuvo sosteniéndome las manos antes de que pudieran seguir haciendo más daño.
-"¿Pensé que tenía permitido destruir mi propio trabajo?"- Le pregunté furioso, resoplando y luchando contra sus brazos.
-"Destruyes las cosas que amas"- dijo lentamente, frotando mi espalda mientras intentaba calmarme. -"Aprendes de las cosas que odias."-
Me hizo conservar la maldita pintura e incluso la puesto en su pared. Lo miré mientras pintaba, esperando que pudiera aprender del desastre que estaba creando en ese momento.
Había estado tratando de pintar, dibujar o hacer algo con Gerard y su imagen desde que había llegado a este apartamento. Me había invitado a aprender a hacer cada uno de los medios; Era natural que quisiera encapsular a mi maestro dentro de alguno. Desde que descubrí que se negaba a pintarse a sí mismo, o a hacer algo con su imagen, me había aferrado a eso. Necesitaba hacerlo ya que él se negaba. Gerard era una de esas personas a las que tenías que pintar; y él sólo lo ignoraba. La forma en que su cuerpo se movía, sus rasgos faciales, sus comportamientos. Era todo un enigma, al que había descubierto, si no era completamente, al menos estaba descubriéndolo lentamente. Sabía que nunca lo conocería por completo; Siempre me sorprendía cada día con algún nuevo secreto o una historia que contar. Pero me encantaba su esencia. Él nunca envejecia, a pesar de su edad. Quería capturar eso en una pintura. O en cualquier cosa. Sería una farsa no hacerlo.
Me costaba mucho pintar narices. Eran tridimensionales y si me costaba retratarlas copiándolas de un página, más difícil sería de la cara de alguien. Siempre me salían como narices de cerdo, o demasiado esqueléticas. No ayudaba en mucho que la nariz de Gerard tuviera una forma peculiar, su extremo era muy prominente y puntiagudo, y dependiendo del ángulo, podía ser totalmente imperceptible. Algunos días, parecía tener una forma triangular, y con sus ojos profundamente acentuados, casi tomaba el aspecto de una calabaza de Halloween. Otros días, su nariz era normal, pero seguía siendo un desafío dibujarla.
Los ojos eran lo que más me gustaba dibujar y pintar, probablemente pasaba una buena parte del tiempo perfeccionando el matiz oliva de Gerard. Me gustaba dibujar su cabello también, ondeados y curvos mechones negros sobre su pálida y blanca piel. Había dibujado su cabello y sus ojos muchas veces antes, y aunque luchaba para que todo se mirara bien al final, siempre conseguía terminar el dibujo. Y una vez lo tenía en mis manos, me daba cuenta de que simplemente no estaba bien. Su nariz salía algo descentrada y sus labios demasiado delgados, simplemente no era él. Una pintura podía ser lo que tú quisieras que fuera, pero esta vez no estaba consiguiendo lo que quería. Probablemente porque no sabía exactamente cómo quería retratar a Gerard. No se pintaba él mismo por esa misma razón. Y yo no estaba teniendo éxito.
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1. the dove keeper (frerard) *traducción*
FanfictionFrank es un muchacho de diecisiete años de edad que no quiere crecer y tiene pequeñas aspiraciones para cualquier cosa más allá de estar parado afuera de la tienda de licores local y emborracharse. Pero cuando conoce a Gerard, el viejo y conocido ar...