a l g o c o n c r e t o

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Cuando el azul del cielo cayó sobre nosotros, encerrándome en un momento en el tiempo, un momento en la fantasía artística de Gerard, parecía como si nada fuese real. Se sentía como si todos fuéramos tan falsos como las manchas de plomo que se filtraban por nuestros poros, creando algo imposible de limpiar. No tenía sentido para mí, en ese momento, pero todavía estaba demasiado asombrado por todo. Me sentía atrapado dentro de un óleo, sin posibilidad de salir. Pero la peor parte era que mientras sentía la pintura endurecerse en mi piel, encarcelando a mi seca carne, sentí que no quería escapar de ese cuadro. Quería vivir en esa obra de arte que Gerard había creado porque me parecía lo más seguro que he conocido. Era demasiado, especialmente sumado al shock inicial de las bombas azules de las que todavía nos estábamos recuperando.

Cuando nos recuperamos, había 3 emociones que quedaron haciendo eco: confusión, ira y asombro. Sólo que en lugar de todos sentirlas al mismo tiempo, nos habíamos dividido la tarea, cada uno tomando el sentimiento que más se adecuase consigo mismo.

Sam por supuesto, estaba jodidamente enojado. Se había ahogado con la pintura que se había deslizado por su tráquea. Fue su culpa por empezar a gritar tan pronto la pegajosa sustancia cayó sobre él. Terminó tosiendo y escupiendo mientras expulsaba vomito e insultos en la acera. Cuando había terminado, o al menos estaba lo suficientemente recuperado como para continuar con su furia, Sam miró hacia arriba a Gerard quien aún estaba mirándonos, admirando su arte desde un ángulo seguro.

-"Voy a matarte, homo hijo de puta,"- gritó Sam agitando su brillante puño azul al aire, hacia donde estaba Gerard. El artista apenas le dio una larga calada a su cigarrillo y sonrió para sus adentros.

-"Vas a tener algunas dificultades subiendo hasta aquí"- Sonrió nuevamente Gerard, soplando una nube de humo alrededor de su radiante rostro. A pesas de la suciedad del acto que estaba haciendo -aspirando un cilindro de alquitrán y amoníaco- se veía como un ser angelical. La forma en la que los rayos de sol golpeaban la parte trasera de su cabeza, iluminando su rostro como si fuese un querubín. Pero Gerard no era un ángel, y continuó burlándose de los pobres chicos que se encontraban debajo, especialmente del que estaba más azul: Sam.

-"Y además,"- agregó Gerard, su sonrisa tomó el ancho de su rostro hasta sus orejas. -"Si me matas ahora, dejarías azul por todas partes. Sólo tendrán que encontrar al chico salpicado con excelente haute couture."-

El rostro de Sam se torció en una mueca inmediata con la mención de palabras que desconocía. Sam tenía un vocabulario muy limitado en español, ni hablemos del francés. Lo único que sabía eran diferentes formas de insultar, y era un maestro en eso. Te podía llamar 'idiota' en una gran variedad de idiomas y dialectos. ¿Pero esa mierda francesa que Gerard estaba diciendo? ¡Joder, no! Eso sólo provocó más al chico de azul. En realidad esa fue siempre la intención de Gerard.

-"¿Estás llamándome marica?"- Sam le gritó al artista, quién soltó una carcajada entrecortada. No pude evitar sonreír. Para alguien que estaba tan seguro de ser heterosexual (Sam me había confiado que no había forma que le gustaran los hombres porque "le encantaban demasiado las tetas") pensaba que la gente lo llamaba gay demasiado seguido. Vi un breve destello de debilidad en Sam, no sólo sobre su sexualidad, sino también sobre su capacidad de luchar. Podría haber intentado batir sus puños a Gerard, pero el hombre estaba en un balcón, demasiado lejos como para golpear y a una distancia segura como para amenazar. Sam estaba encogido y asustado y necesitaba de su potente voz para sobrevivir. Probablemente yo le hubiese tirado todas mis falacias. Puta madre, yo hubiese hecho lo mismo que Sam.

Gerard pareció notar esa debilidad, y volvió a hacer lo impensable: arrugó sus labios y le hizo una mueca de un beso a Sam.

-"Vete a la mierda"- Sam gritó de nuevo, sin molestarse en levantar su puño esta vez, pero continuó haciendo arcadas en la acera, vomitando sus miedos sobre el suelo.

1. the dove keeper (frerard) *traducción*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora