r e s p u e s t a s - t e r c e r a p a r t e

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-"¿Conseguiste lo que querías?"- pregunté mansamente.

Me miró y sonrió. -"Creo que ."-

Nos besamos brevemente, y mi mente se mudó a otros temas, aunque todavía vagamente se basaba en Raymond.

-"¿Alguna vez quisiste tener hijos, Gerard?"-

-"No"- respondió casi de inmediato, sin duda en su voz. -"Me gustan los niños. Son puros e inocentes, no están corrompidos por nadie ni por nada. Son maleables, como la arcilla que a veces utilizo para hacer arte. Ellos mismos son obras de arte, lienzos frescos con pintura esperando. Algunas personas vienen y joden su imagen, manchando la pintura, pero si tenemos suerte, todos salen como posesiones preciadas."- Sonrió, orgulloso de su analogía.

-"Si te gustan tanto, ¿por qué no tienes uno?"- Pregunté, sintiéndome un poco más valiente en este territorio.

-"Porque siento como si ya hubiera tenido el mío."- calló, respirando hondo, continuando su historia sin que tuviera que preguntar. Estaba empezando a ser bastante bueno en mi habilidad en ese punto. -"Ya te dije que mis padres eran unos imbéciles. O al menos mi padre. No dejaron a mi hermano y a mí solos, y como yo era el hermano mayor, tuve que cuidar de Mikey la mayor parte del tiempo. Quería cuidarlo. Él sacó ese instinto paternal en mí que no tenía ni idea de que estaba ahí. Era tan pequeño, mucho más pequeño que yo, y quería protegerlo."-

Rio, a pesar de la melancolía en su voz. -"A veces, la gente no pensaba que fueramos hermanos, nos veíamos tan diferentes. Mi cabello era más oscuro que el suyo, incluso antes de que comenzara a teñirlo, y él era delgado mientras que yo era el niño regordete al que molestaba todo el mundo. El usaba anteojos, mientras que mi visión se mantuvo relativamente intacta. Se supone que debería usar gafas ahora, sólo para leer, pero no las uso. Me hacen sentirme viejo."-

Le di un codazo a la costilla ligeramente, levantando la vista y dándole una mirada cómica. -"Eres viejo."-

Me chitó y agitó una mano en el aire, rodando los ojos. -"Nos dejaron solos por mucho tiempo. Y me sentía como si tuviera la necesidad de cuidar de él. Fue mi hijo por un tiempo, hasta la preparatoria por lo menos, incluso entonces siempre estaba ahí prestándole dinero y protegiéndolo de cualquier cosa que pudiera hacerle daño. Él fue... muy maltratado en la preparatoria, digámoslo de esa manera"- dijo con delicadeza. Su mirada se dirigió hacia arriba, alcanzando un recuerdo en el que no quería detenerse. -"Mikey era un chico fuerte, sólo que tenía problemas usando su fuerza. Siempre se apoyaba en la gente, esperando en vano que lo guiaran. Fui esa persona para él durante mucho tiempo. De vez en cuando cambiaba de guía, pero esa gente veía a Mikey como débil, y sólo lo usaban para sus juegos enfermos. Yo fui la única persona que realmente se preocupó por Mikey durante mucho tiempo. Incluso cuando encontró a su esposa, seguía necesitandome. Especialmente cuando se enteró de que iba a ser papá. Eso lo asustó mucho, y se aferró a mí, aunque ambos tuviéramos treinta años en ese momento."-

Miré alrededor de la habitación de repente, tratando de comprender la historia de Gerard. Había estado prácticamente viviendo en su casa por un tiempo, y ni una sola vez había visto a su hermano. Había visto y oído más sobre Vivian que de la única parte viviente de la familia de Gerard. No dudaba de su historia, pero algo estaba apagado. Dijo que su hermano se había aferrado a él, pero apenas veía los restos de tal apego.

-"¿Dónde está tu hermano ahora? ¿Qué pasó?"- Expresé mis pensamientos. Gerard se había detenido durante mi propia deliberación, sus dedos acariciaron la parte inferior de su cuello.

-"No mucho, de hecho,"- dijo sin rodeos. -"El mes que me llevó regresar completamente aquí, Mikey ya estaba establecido. Parecía darse cuenta de que podía depender de su esposa, en lugar de mí. Para eso es que estaba ella ahí, de todos modos. Seguíamos hablando, y le ayudé a lidiar con el resto de su embarazo. Me llamaba por teléfono -a veces a horas jodidamente ridículas-, y me rogaba que fuera a tomar un café con él porque estaba que caminaba por las paredes. Ella tenía esos cambios de humor masivos que él simplemente no podía tratar; No mucha gente podría, en realidad. Es una buena mujer y se adaptó perfectamente a Mikey, pero había unos pocos fines de semana donde tenía que dormir en mi sofá porque Janine estaba enojada con él y no lo dejaba entrar. Esos fines de semana eran siempre los mejores -era como si volviéramos a ser niños otra vez. Pero después de que nació su bebé, Mikey se convirtió en un fantasma en mi vida. Tenía ya su propia familia, y bueno, yo creí que tenía la mía."-

1. the dove keeper (frerard) *traducción*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora