Cap.25 "La Cena"

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Lisa y yo llegamos a casa.

— Ma ya llegamos.— dije al entrar.

— Vayan al comedor ya llevamos la cena.— dijo mi madre desde la cocina, Lisa y yo fuimos al comedor y nos sentamos en espera de la cena.

— Aquí está, espero les guste!.— dijo la Mamá de Lis poniendo los platos en la mesa.

— ¿Que es?.— pregunte ya que no lo graba descifra lo que era.

— Es una receta de Norma y mía que creamos en la universidad.— contesto mi madre trayendo los platos de ellas dos.

— Okay, entonces probemos.— Lisa y yo comimos un bocado de lo que parecía lasaña pero no sabía a lasaña, tenía un sabor...— Muy rico!.— Lisa y yo dijimos al unísono.

— Sabíamos que les iba a encantar.— dijo mi madre empezando a comer también.

— Libi hijo, olvide traer el jugo ¿podrias?.— antes de que ella terminará me levante de la mesa y fui por la jarra del jugo y tome dos vasos.

— Que tal estuvo el paseo?.— preguntó la mamá de Lisa mientras yo ponía los dos vasos de ellas dos y volví a la cocina por el de mi madre y el mío.

— Estuvo bien, nos encontramos con Jean y su hermana.— escuché de decir su nombre justo cuando volví con los vasos, miré a mi madre y esta tenía una expresión totalmente diferente a la de antes.

— ¿Jean Carlos Leon?.— dijo ella mirándome seria, Norma y Lisa lo notaron a lo que cambiaron de tema.

— No está rica la comida?.— dijo la señora Norma mirándome.

— Si, lo está.— conteste, mi madre tenía su mirada posada en la comida.

— ¿Y que hicieron?.— mi madre puso el tenedor y el cuchillo en el plato y miró a Lisa.

— Aaa.— ella me miró.— Solo hablábamos y molestábamos entre nosotros.— dijo un poquito nerviosa.

— ¿Como si fueran muy amigos?.— me miró mi madre.

— Mamá no es un interrogatorio .— La mire serio y ella volvió a comer.

La cena fue callada e incómoda, después de terminar despedimos a Lisa y a su madre.

— Lo siento.— se disculpó ella sin saber porque mi madre se había enojado.

— Tranquila, nos vemos mañana.— me despedí de ella.— Hasta luego doña Norma.

— Adió Libardo.— se subieron al auto y se fueron.

— Mamá.— voltee a verla pero ella me ignoró y camino a la cocina.— ¿Mamá podemos hablar y dejar de ignorarme?.— la seguí.

— Para que hablar si tú ya ni me escuchas.— contestó ella.

— ¿Porque no me quieres cerca de Jean?, ya no soy un niño, Jean ya no me molesta, no has escuchado que si no puedes con tu enemigo únetele, bueno lo mío con Jean es algo así.— la miré.

— Libardo, se que ese muchacho gusta de ti.— me quedé sorprendido al escuchar eso.— Me lo dijo el día que supe que él te lastimaba antes.

— ¿Por eso ... no me querías cerca de él?

— Si, no quiero que el té confunda y no tengo nada encontrar de los homosexuales pero no te quiero cercar de él, no quiero que sea una mala influencia.— finaliza ella.

— Y si no quiero mamá.— ella me miró seria.

— Libardo no quiero que me salgas un día conque te gusta ese muchacho!!.— dijo enojada alzando la voz.— la maleza hay que arrancarla desde la raíz y Jean es malo para ti.

— ¿Y si él ya me gustara que mamá?.— ¿Real me estoy seguro de sentir algo por el? — Que puedes tú hacer eh!?— le grité y recibí una abofeteada de su parte.

— Cállate Libardo!! No sabes lo que dices.— grito ella.

— No mamá, siempre eh sido el hijo perfecto y nunca eh tenido la oportunidad de ser yo mismo por ti, desde que murió papá solo me eh dedicado a complacerte y hacerte feliz pero ¿ y mi felicidad donde queda!? Dime!.— lágrimas empezaron a salir de mi madre.— No sé si es que sea gay o que esté confundido como tú dice, pero me gusta estar cerca de Jean, ya no es molesta su compañía y ya no lo puedo negar.— Es la primera vez que lo acepte y es como si yo mismo me estuviera dando cuenta recién de mis sentimientos por el. Mi madre no dijo nada y salió de la cocina dejándome solo, estoy triste por como todo se ha complicado entre mi mamá y yo pero también siento alivio al por fin poder sacar lo que guardaba.

Subí a mi cuarto y me acosté, intenté dormir pero no pude, sentía mi mejilla caliente y un leve dolor empezó aparecer en mi mandíbula, me levante y fui al baño me miré en el espejo y efectivamente estaba roja mi mejilla, entre a la ducha y me di un baño de agua caliente.

En casa de Jean

Mae y yo nos habíamos quedado dormidos en su cama cuando tocaron la puerta, me levante y abrí.

— Jeansito ya está la cena.— dijo Nana nuestra ama de llaves y nuestras segunda mamá.

— Gracias Nana ya bajamos.— le sonreí y ella miró mi mano vendada.— Peleas con la pared.— dije riendo y ella negó con la cabeza.

— No tarden, la mesa ya está servida.— Dijo esto y se fue. Cerré la puerta y desperté a Mae su rostro aún seguía rojo y sus ojos estaban hinchados.

— Parece que hubieras llorado por horas.— la miré y ella me empujó mientras entrábamos al comedor.

— cállate Jean.— los dos nos detuvimos en la entrada del comedor.

— ¿Que diablos es esto?.— dije al ver a nuestros padres sentados en la mesa.

— Esa boca Jean.— me regaño Nana poniendo nuestros platos en la mesa.— haber siéntense.— Mae y yo nos sentamos uno al lado del otro, mi madre estaba sentada en la punta y mi padre a su lado.

— ¿Nana y tu plato?.— la miro Mae.

— ¿Porque debería de haber un plato de más?.— dijo mi madre con la mirada puesta en su MacBook.

— Por que Nana siempre come con nosotros.— respondí serio.

— Los empleados comen en la cocina.— dijo con su tono frío y me miró.

— Nana no es cualquier empleada ella es como nuestras segunda madre por no decir que la única.— Mi padre me miró iba hablar pero fue interrumpido.

— Tengo cosas por hacer en la cocina mis niños y la señora tiene razón.— Nana camino a la cocina. Tome mi plato y me levante.

— ¿A donde crees que vas?.— dijo mi padre.

— A comer en la cocina, aquí se me quita el apetito.— Nana me quedo viendo.

— Siéntate Jean Carlo.— dijo una vez más mi madre sería.— No hagas que despedida a Nana por ti.— amenazó ella, mi padre y Mae la miraron sorprendidos yo apreté mi plato con fuerza, miré Nana y volví a sentarme.

— Que te paso en la cara Mae y a ti en la mano Jean.— pregunto mi padre comiendo.

— Pregúntale a tu esposa.— Dije comiendo igual. Y mi padre la miró.

— Quiero comer tranquila, podrían hacer silencio en la cena.— respondió ella irritada.

— Sus deseos son órdenes, no tengo hambre voy a mi habitación.— deje el tenedor y el cuchillo en el plato, me levante de la mesa y camine a mi habitación. No tenía ganas de comer y menos de estar en la misma mesa que esa bruja, no puedo creer que haya amenazado en despedir a Nana cuando ella a estado desde que soy pequeño con nosotros.

Mi Mala Influencia / Jean , Libardo #Liean #Terminada/ haciendo algunos cambios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora