Capitulo 1

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    Estaba todo oscuro, no podía gritar, tampoco moverme, estaba sola. Mi padre gritaba y gritaba, mi madre lo unico que hacia era llorar, eso es lo único que no puedo olvidar de esa noche, la noche en la que mi vida se fue a la mierda, la noche en la que mágicamente tuve que entender que tenía que crecer aun teniendo la corta edad de trece años. Esa noche decidí ponerme las pilas y crecer... solo, crecer.
   – Tierra llamando a Eva...,oye  tienes clientes.- Me dijo rápidamente mi amiga Elissa despertándome de mi ensoñación- Ponte a trabajar si no quieres que el Jefe Totoro te despida.
   — Si perdón, perdón. Ahora me pongo, es que...
    Le dije en tono medio empanado medio confusa
   — Mmm... Lo que sea, ¡ARREA!
    Era un día normal en el bar donde trabajaba todos los días a la noche desde hacía años (dos en concreto). No era algo fácil pero pagaban bien, y yo era la favorita de muchos clientes (no preguntéis porqué).
    El bar se llamaba "La Cala", lo se... lo se..., un nombre que no combina mucho con un bar cafetería, pero digamos que por eso me gustaba.
   — ¿Oiga señorita, me pone una cerveza? -Dijo un señor desde la barra.
   — Si ahora mismo señor... -Contestè mientras se la servía y daba en mano.-Serán uno con ochenta por favor.
   — ¡Joder cada vez más caras! -Dijo enfadado, pasándome una moneda de dos euros -Aquí tiene
   — Gracias... el cambio
    Así era cada día de mi vida, bueno aunque los viernes por las mañanas saco a pasear a muchos de mis clientes (Perros). Después los lunes y los miércoles por las mañanas soy camarera en un restaurante bien pagado, el resto de días y tardes me las paso aqui. Y si me preguntáis por el instituto... si voy, aunque algunas mañanas me falte. No era una alumna modelo que digamos...

   Vivía así, de un trabajo a otro desde los trece años, ahí  tenía dieciséis, ya casi diecisiete, aunque la mayoría de personas pensaba que tenía veinte, gracias a mi.
    Aprendí a hacerme carnets falsos desde esa edad de los trece, era eso o morir de hambre. Así que cuando por fin fui un poco experta en ese tema conocí a mi amiga Sarah la cual me enseñó más cosas como hacer certificados falsos gracias a que su padre era policía.
    Estaba lavando algunas tazas y trastos de la barra y de repente Elissa se acercó a mí con su sonrisa de siempre de "Yo no e roto un plato"
   — ¿Te acompaño a casa? -Preguntó una vez se acercó por completo a mí, volviéndome a sacar de mi ensoñación. - Quiero pedirte un favor...
    "Uy, esto suena peligroso" pensé en ese instante.
   — Claro... -No sabía si decirle que sí, porque si esa mujer se ponía así; era que me pedía dinero o era para qué la cubriese en una jornada entera...- Dime entonces.
    Nos fuimos a los vestuarios a sacarnos el uniforme de la cafetería. No dijo ni mu, hasta que salimos después de despedirnos de nuestro Jefe y caminar unos cuantos metros.
   — Ok, quería pedirte una cosa... -Habló entonces rompiendo el silencio.
   — Acorta Elissa, ¿qué quieres? -Le contesté ya que era obvio que algo iba a pedirme.
   — Pues la semana que viene, mi madre me ha pedido que vaya al pueblo. Quería preguntarte...
    "MIERDA..." Pensé con fastidio.
   — ...si podrías cubrirme una semana. -Terminó de decir
    "¡¿Que coño...?!" Me vino a la cabeza
   — Bueno... -"¡¿Esto va en serio?! ¡¿Una semana?!" pensé al instante.- Es mucho tiempo Eli... y no se si tendré tiempo...
   — ¡Por favor! Te daré el dinero de dicha semana, y si eso no te convence te...
   — Mira... -Decidí interrumpirla antes que fuese a más esa mierda- Tengo vida, y otros trabajos, no se si podría organizarme Eli...
   — Solo una semana, mi madre está enferma, no me lo ha querido decir pero mi hermana me lo ha comentado. Necesito estar a su lado, y no puedo pedir vacaciones.
    Se que tendria que haber dicho que no, lo sé... pero lo que se me ocurrió decir fue...
   — Ok, una semana, pagada.
   — Gracias! De verdad...
   — ¿Cuando te vas?
   — El lunes justo, te envio por whatsapp los horarios para organizarte y todo eso
   — Ok... -Le dije antes de llegar al metro para llegar a mi casa- Aquí me quedo.
   — Nos vemos entonces
   — ¡Si, nos vemos después de una larga semana!
   — ¡¡No me lo tomes en cuenta, Adios!!
   — Si, chao...
    La vi irse a lo lejos, y entré al metro pensando en cómo podría organizarme durante todos esos días.

    Al llegar a casa siempre me viene el mismo sentimiento, vacío. No es solo por mi "hermosa" infancia, sino también por mi madre, qué desde qué mi padre había muerto, no hacía  más que beber y drogarse. No es por gusto todo esto de trabajar...
   — ¿Donde estabas? -Me preguntó la mujer que me dio a luz- Pensaba que llegarías más tarde.
   — Vine con Elissa, pude salir unos minutos antes. No había clientes...
   — Ahh, ok
     Realmente estaba impresionada, normalmente ni me saludaba cuando llegaba...
   — ¿Hay algo para comer? -No se porque me molesté si sabia perfectamente que no habia pero..., no perdia nada preguntando- ¿Tu has cenado algo?
   — Hay gofres en la nevera si quieres. Ahora voy a salir
   — Pero... ¿a dónde vas? Si son las doce pasadas...
   — A ti que te importa, son cosas de mayores. -Me dijo antes de abrir la puerta- Me voy
   — Chao...
    Y así terminaban casi todos mis días, en la pequeña y oscura casa de mi infancia sola. Pero eso terminaría, tan solo que... todavía no era la hora

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora