Los días siguientes si nos tomamos en serio lo de la distancia. Por supuesto nos hablábamos y veíamos casi todos los días, ademas nos mandábamos mensajes y hablábamos por llamada a diario.
Ese día no era como otro, yo había salido del instituto y me había ido al trabajo, y así mismo estaba con Laura tras la barra preparando y repartiendo algunos pedidos.
-Vas a repartir esto a las mesas dos y cinco porfi? -Me dijo entregándome una bandeja.
-Claro. -Le contesté con una sonrisa.
Me fui asta las mesas correspondientes y serví a los clientes de uno en uno hasta que me topé con un idiota torpe que me tiro toda su bebida en el delantal.
-Lo siento mucho! -Dijo mirandome con los ojos como platos.
Claro que jodia que un desconocido te tirara su bebida encima pero ese día estaba de buen humor.
-No pasa nada, después pasaré a limpiar esto, ¿si? -Le dije con una sonrisa amable.
-Lo siento de verdad...
-No pasa nada en serio.
Me despedí de aquel tipo y me fui directa a la barra a indicarle a Laura que me iba al baño a limpiarme un poco ese estropicio.
Llegue al baño, y estaban unas señoras de limpieza en el baño de los chicos, cuando de repente escuché el nombre de mi instituto.
-Estas segura?! -Dijo una de las señoras con tono de sorpresa.
-Que si Dolores, que yo vi a esa muchacha mientras limpiaba por el instituto ese. -Le respondió la otra señora.
-Debe ser de bachillerato, aunque tienes razon que luce muy joven la muchacha.
-Bueno si, la vi entrando a una clase de primero de bachillerato.
Me quede muda, el nombre de mi instituto, y el curso en el que estaba, de repente en ese momento me vino el miedo al cuerpo.
-Pues debe ser que no quiso estudiar en su día mujer, no seas exagerada! -Le dijo la otra señora
-Que no Dolo, que yo a esa no le hecho más de diecisiete!
¿Me estaba volviendo loca o afirmativamente hablaban de mi? En estos momentos pensar en que me hice esa pregunta me hace sentir avergonzada, porque era más que obvio que hablaban de mi.
Me quede helada en ese mismo lugar unos segundos, hasta que recibí un mensaje de Laura:
-Chica! Que hay bastante faena aquí, ni se te ocurra escaquearte! -Decia el mensaje.
Me espabile y decidí salir del baño, afortunadamente las de la limpieza no estaban y no se habían dado cuenta de mi presencia, lo que me dio chance a porder salir de ahí pasando desapercibida.Esa comversacion me dejó noqueada toda la tarde siguiente, no solo porque decían la verdad sino porque si lo sabían ellas, lo podrían saber muchas personas más.
-Puedes contar tu el dinero? -Me preguntó Laura mientras ordenaba la barra.
-Ah si... -Le dije todavía atolondrada.
Termine rápido con la faena, yo quería irme a casa caganado leches soñando que lo que había escuchado era solo causa de mi imaginación o algo así.
De esa manera, sali lo más rápido posible del edificio camino a mi casa, y lo más rápido que me permitió el metro llegue hasta allí.
Estaba llegando, ya veía la dulce puerta de mi casa, pero divisé algo más. Cuando me acerque lo suficiente, lo pude ver bien. Otra puta cajita, pero esta con envoltorio azul y lazo plateado. Me dio miedo de solo mirarlo pero la curiosidad me pudo más y me lo metí a casa.
Estaba duchada y con el pijama puesto, apunto de meterme a la cama, pero volví a ver esa dichosa caja, y me acerqué a abrirla. Se que una persona normal, la hubiera dejado fuera y nisiquiera la miraría, pero yo simplemente no podía, sentía la necesidad y curiosidad necesaria como para metérmelo a casa y habrirlo. Así que ahí estaba yo, habriendo la dichosa cajita y mire el interior.
Vi una foto dentro, de yo misma saliendo de casa con la mochila, y con una frase detras: Yo te advertí.
Se me heló la sangre y por puro reflejo volví a cojer el bate. Me levante hasta la puerta de salir y le puse seguro y una silla para atascarlo, no era la gran cosa pero me sentí increíblemente segura con eso.
Quería llamar a Trey, pero algo dentro de mi me lo impedía, no solo por lo que me había dicho la última vez que había pasado algo así, sino que no quería preocuparlo, así que me metí en la cama y intenté dormir.
ESTÁS LEYENDO
Tras nuestra supuesta verdad
Teen FictionEva Cooper, hija única de una familia de tres, junto a un pasado confuso incluso para ella misma. A la temprana edad de los trece años tiene que buscarse la vida, dado a ello tiene que ponerse a trabajar con la ayuda de carnets de identidad falsos...