Cap 42

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El día siguiente transcurrió con esa normalidad a la que ya estaba acostumbrada, obviamente esas preguntas que tenía no fueron respondidas, pero creia lo suficiente en él como para esperar paciente a que me las respondiera.
El trabajo en la cafetería fue suave, no habian demasiados clientes como para alterarse, ni demasiado pocos como para descansar, estuvo... apacible.
Trey había estado un poco raro desde la noche anterior, no digo raro en plan, mal conmigo, sino raro en plan... extraño, como si no quisiera mantener mucha comversacion conmigo, distante muchas veces, cosa que me extrañaba, porque si hasta yo estaba tranquila, con la nochecita que tuvimos, ¿porque él estaría alterado o preocupado?
-Eva? -Me dijo una voz conocida, sacándome de mi ensoñacion.
Me di la vuelta y ahí estava, Marc con sus dos cafés en las manos.
-Hola. -Le contesté con una sonrisa cálida.
-Quieres? -Me preguntó el pasándome el vaso de cartón.
Asenti y coji lo que me daba, porque vamos a ser sinceros, ¿quien coño no acepta una deliciosa taza de café?
-¿Te interrumpí en algo? -Me preguntó enarcando una ceja.
Negué con la cabeza y sonreí de la misma manera cálida.
-Perdida... en pensamientos creo. -Le respondí sincera.
-Pensamientos ¿eh? -Dijo mirando un segundo hacia atrás de mi, despues volvió a mirarme.- ¿Y pensamientos, malos o buenos?
Eso ni yo lo sabia, y me mordí el labio por acto de reflejo.
-No idea, la verdad. -Conteste otra vez sincera y con una sonrisa.
Tomamos un segundo nuestro café en silencio, y demasiado rápido me termine el mio.
Le di la vuelta al vasito dándole golpes en el culo, como diciendo... "¡¿Ya se a acabado?!"
-Que rápida eres. -Dijo señalando mi vasito de carton.
Nos reímos por la tontería que había hecho antes y nos quedamos otro segundo en silencio.
-Tienes... ¿planes? -Me preguntó de repente.
Y pues la verdad no tenía, Trey me había  dicho que tenía cosas que hacer del trabajo, Isa también tenía vida obvio y yo... pues miraría pelis en casa pero, si hay algo más que poder hacer... porque no, ¿no?
-No, ninguno. -Le respondí un poquito entusiasmada.
-No bebes ¿verdad? -Me preguntó.
Negué con la cabeza y sonreí al mismo tiempo.
-Te parece ir al cine? -Preguntó entonces.- Han sacado una nueva película hace poco.-Dijo después.
Y por supuesto, habían sacado una que yo me sabía, "Como entrenar a tu dragon cuatro", increíble, ¿verdad?
-"Joker". -Dijo
-"Como entrenar a tu dragón". -Conteste al unísono.
Nos miramos por contestar al mismo tiempo, y nos reímos.
-¿"Como entrenar a tu dragón"? -Me preguntó enarcando una ceja.
"Ahí viene lo de, !ES DE CRIOS EVA!"
Asenti esperándome eso pero...
-Claro, me gusta. -Contestó inesperadamente.
Me le quede mirando extraña, pensaba que me diría que parezco una cría o me haría ese comentario de aquella vez sobre mi ropa, "¿Y esa ropa Eva? ¿Te quedaste en los dieciséis o que?".
-Pensaba que me dirías algo como por mi ropa el otro día. -Le dije asincerandome.
-No, porque yo también miro de estas películas, pone: no ver desde los..., no hasta los... ¿Sabes?
Y por supuesto que lo sabía, por fin alguien que me entendía.
Sonreí de oreja a oreja y me brillaron los ojos por esa respuesta, y nos dirigimos hasta el parking.
Ya en el coche apunto de marchar le mande un mensaje a Trey "Por si las moscas", pensé.

Me estoy llendo con Marc al cine, te aviso cuando llegue a casa.

Le di a enviar y nos encaminamos con Marc hacia nuestro destino, el primer "Cinesa" que nos encontrásemos.
Llegamos al cine, y no estaba tan lleno de gente, estaba... normal. Intente pagar mi entrada pero joder, no me dejo.
"¡¿Porque coño esa manía de invitarme?!"
Y creo que lo leyó en mi mirada porque me dejó comprarle palomitas.
-¡No te las comas todas antes de empezar! -Le dije gritando en susurro una vez nos sentamos en la sala.
-No entiendo que manía con eso, ¿para que están entonces? -Dijo en mi mismo tono.
Me reí ante su respuesta, pero las palomitas siempre se comen mientras uno ve la peli.
-Te las comeras cuando empiece la película. -Le dije arrebatándole el bol de cartón.
Puso cara de morritos y yo me negué a devolvérselo, y tan pronto como se lo arebaté empezó la película.
-Has tenido suerte gordo! -Le dije en broma.
Me sonrió de manera astuta y empezó la película.

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora