Ese día recuerdo que volvimos a casa y nos curamos los tatuajes. Les pusimos crema, los vendamos con papel plástico y también recuerdo que nos quedamos como toda una hora mirándolos.
Estábamos tirados en la cama, con nuestros cuerpos semi desnudos y tan solo nos crubria una manta, cuando de repente se puso derecho.
-Tengo que ir a un sitio dulzura... -Me dijo después de darme un beso tierno en la cabeza.
-A donde? -Le pregunté yo comfusa.
-Voy un rato a la casa de mis padres, -Dijo a pocos centímetros de mi.- ¿Quieres venir?
-No gracias. -Le dije rotunda.
Claro que no me caían muy bien, dado a la ultima cenita que habíamos tenido hacía unos días.
-Volvere pronto vale? -Me dijo mientras se abotonaba la camisa.
-Quieres que haga algo para cenar?
-Si tienes hambre hazte lo que quieras, pero por mi no hace falta.
-Ok.
-Tambien podrías decírselo al chef...
Le miré borde y creo que con tan solo verme entendió que no iba por el buen camino.
-Ok, nada de chefs. -Se corrigió en un suspiro.
-Nos vemos entonces. -Le dije esperándolo para darle un beso.
Se acercó y me dio ese bien merecido beso y después me dio otro en la mejilla.
-Nos vemos dulzura, intentaré no tardar.
Asentí sonriente y desapareció del cuarto.
Pasaron las horas, y de se las siete y media llegaron las once. Quería esperarlo hasta que llegase, acostarme con él y dormir juntos pero el sueño me ganó, y me dormí nada mas apoyar la cabeza en la almohada.Desperté por la mañana con él al lado, durmiendo como un bebé y abrazándome como si me fuese a escapar.
-Buenos días... -Le dije canturreando.
-Díez minutos más Eva... -Dijo retorciéndose.- es muy temprano...
-Tengo que irme a clases. -Dije intentando separarme.- Tengo que pasar por casa a por mis cosas.
-Ahgg... -Dijo a modo queja.- Te llevo.
-No hace falta, puedo ir yo.
-Te llevo. -Dijo de nuevo y se levantó de la cama.
Nos alistamos rápido y salimos de casa rumbo al parking, llegamos a su coche y nos pusimos en camino hasta mi casa.
Él estaba en silencio todo el camino, entre pensativo y cabreado... si, cabreado.
-Estas bien? -Le pregunté.
No respondió.
-Tierra llamando a Trey, te he preguntado que si estás bien. -Le volví a decir.
-Que? Ah si perdona... estoy un poco ido hoy. -Dijo como excusa.
-Estas bien?
-Si, si. No te preocupes. -Dijo y volvió a centrar su mirada en la carretera.- Ya hemos llegado.
Mire al rededor y en efecto, estábamos en la esquina de mi casa.
-Ok... ahora vuelvo.
Salí lenta del coche, como si me diese miedo entrar en mi casa. Y aunque suene raro, si me daba miedo.
Habri la puerta y entre directa a mi habitación, de repente me vino un flash Back de lo sucedido hacía apenas dos dias. Mi padre, cajas, sobres, fotos, dinero, mi madre... demasiadas cosas y demasiado ficticio, tanto como para no ser creíble pero eso era así, mi padre había regresado como del imfierno para volver a atormentarme, y el miedo en mi estaba asegurado. Intente no volver a pensar en eso y salí rápido de la casa de mi infancia.
Llegue al coche de Trey casi corriendo, y con el pulso acelerado. Supongo que Trey vio mi rostro porque nada más verme me agarró y acarició mi mano como diciendo "Todo estará bien". Por supuesto yo creía lo que decía, y me sentí bien al saber que él me lo estaba garantizando, así que simplemente respire hondo e hice lo de siempre, arrinconar mis miedos e ignorarlos.
ESTÁS LEYENDO
Tras nuestra supuesta verdad
Teen FictionEva Cooper, hija única de una familia de tres, junto a un pasado confuso incluso para ella misma. A la temprana edad de los trece años tiene que buscarse la vida, dado a ello tiene que ponerse a trabajar con la ayuda de carnets de identidad falsos...