Llegué hasta la cocina y me puse a mirar la nevera, ahí había de todo, era como un mini "Mercadona".
-¡Aqui hay de todo Trey! -Grité desde ahí.
Rebusque y pensé en hacer una pasta a la carbonara, era facil, pocos ingredientes y muy bueno.
-¿Te apetecen unos espaguetis a la carbonara? -Volvi a preguntarle desde la nevera, el seguia sin aparecer.
-¡Me tomaré eso como un si! -Dije, ya que no me contestaba.
Encontré un delantal negro y me lo puse, busqué cajones pero no encontraba nada, todo era liso.
-¡Trey! -Grité.- ¡¿Donde están las ollas?!
No contestó, era como si estuviera sola, y yo ya tenía hambre coño.
Me fui hasta el salón y no estaba ahí, después fui a su cuarto y me lo encontré sentado en una esquina de la cama, apollado en sus rodillas y sus manos entrelazadas.
-Que haces? -Le pregunté con una sonrrisa.
Me senté a su lado, y le pasé una mano por la espalda para sobarle, "tal vez se encuentra mal." Pensé.
Me acerqué mas a él para tocarle la frente y habrio los ojos.
-¿Estas bien? -Le volví a preguntar.
-¿No ibas a cocinar? -Me pregunto rápido.
-Llevo como media hora preguntándote qué quieres y donde están las cosas. -Le repliqué con astucia.
Se levantó y me agarro de la mano, llegamos a la cocina y me miro de arriba a abajo.
-¿Y eso? -Preguntó señalándome el delantal.
-Si hago algo, lo hago bien. -Le dije cerrando los ojos como quien no quiere la cosa.- Ademas, no quiero manchar tu camisa.
Me sonrió y me señaló el meson donde estaban la campana y los fogones.
Se adelantó y pico un botón táctil, y se habrio un cajón lleno de ollas y sartenes.
Me quede boquiabierta a tal tecnología y lo mire sorprendida.
-En mi casa... -Dije señalando ese cajón invisible.- Los cajones no tienen vida.
-¿Que vamos a hacer? -Quiso saber.
-Ponte a picar un ajo, después coje beicon y haz lo mismo con el. -Dije con total confianza.
-Si chef. -Respondió y me dio un beso rápido en la mejilla.Empecé a hervir los espaguetis y en cuanto Trey termino de picar lo suyo lo empecé a dorar.
-Pasame la nata porfi. -Le dije.
Me la paso sin decir ni mu, el solo observaba, no se si a mi, si a lo que hacía o como, pero en cuanto termino de hacer lo que le pedí solo se apoyó y observó.
-¿Puedes rayar queso? -Le dije con cara de corderillo.
-Claro que si dulzura. -Me contestó y se puso a hacer lo que le pedí.
"Me derrito cuando me dice eso por dios..."
Cuando terminó de rayar el queso, lo metí a la salsa para que se derritiese y cuando quedo listo lo mezclé con los espaguetis.
-Ya esta... -Murmuré.- ¿Donde vamos a comer?
-¿Esto será tipo cena romántica? -Me preguntó otra vez con cara pícara.
-¿Me ves tu con pinta de cena romántica ahora? -Le dije y acto seguido me señale entera con la chuchara de palo.- ¿Donde están los cubiertos?
Volvió a apretar un botón casi inexistente y se habrio un gran cajón con millones de cubiertos, cuchillos de todo tipo de tamaños, y lo mismo con tenedores y cucharas.
"Espera... como es que no vi cuando el saco su cuchillo y mi cuchara?"
Le agradecí asintiendo con la cabeza y coji dos tenedores.
-Y los pla... -Intente decir pero el ya había habierto un gran cajon con millones de platos.- Gracias. -Le dije volviendo a asentir con la cabeza.
Coji dos platos y le pedí a Trey que sirviera la comida en ellos.
-¿Y si no es cena romántica..., donde se te ocurre comer Calabaza? -Quiso saber.
-Tu solo sígueme con esa delicia.
Me fui hasta la sala con Trey detrás de mí y lo apoyé todo en la mesita de cristal.
-¿O eres demasiado fino para esto? -Le dije intentándolo picar.
Sonrió y me agarro de la cintura haciendo que me pegara a el.
Me besó incontables veces en la mejilla y nos sentamos dispuestos a comer.
-¿Quieres ver algo en la tele? -Me preguntó.
-Eh de suponer que tienes Netflix -Le dije obviándolo.
Encendió la grandísima pantalla plana, eso no era una sala normal, era un cine, y uno de estos pijos.
Me quede boquiabierta otra vez y él se dispuso a poner Netflix.
-¿Que quieres ver? -Me preguntó.
-¿Que tipo de pelis ves? -Quise saber.
-Muerte y destrucción.
-"Mulán". -Dije cojiendo el plato para comer.
-Esa peli es de niños.
-Pero hay muerte y destrucción, ¿no?
-Joder... -Dijo y soltó una carcajada.- ¿te gustan ese tipo de pelis?
-Si.
-¿No estas mayorcita ya?
-En la chapita de edades pone, "No apto para menores de...", no pone nada de "No apto para mayores de...".
-No esta Mulán.
-"Kung Fu panda". -Dije.
-Esa no...
-Si que tiene, la tres tienen. -Contesté. interrumpiéndolo.
Me hizo caso y nos pusimos a ver "Kung Fa panda" tres, y comimos por fin.
-Dios Eva... -Me dijo casi con la boca llena.- esto esta...
-Buenísimo. -Terminé de decir por el.
-Mas...
-Buen trabajo suchef. -Dije y alce la mano para chocar los cinco.
Me miro y se rio, pero hizo caso a mi petición, otra vez, y me chocó los cinco.
Terminamos de comer y seguimos viendo la peli.
-¿Donde hay cojines? -Le pregunté.
-¿Para? -Quiso saber el.
-Quiero acomodarme. Bueno si se puede....
Me lanzó un cojín sin que yo terminara de hablar, me puse dicho cojín encima de las piernas y me senté como un indio.
-¿Para eso me has pedido el cojín? -Me preguntó señalándome.
-¿Algun problema señor Duarte?
De un movimiento me puso entre sus piernas haciendo que me abrazara por la espalda, me quede tiesa un segundo y después volvió ese ya tan familiar ormigueo intenso.
-¿Ya estas cómoda dulzura? -Me preguntó haciendo que me estrechara mas a el.
-¿Tu lo estás? -Quise saber.
-Eso da igual.
"Da igual... !da igual mis ovarios en vinagre!"
Me moví y puse en marcha una de mis fantasías más antiguas, hacer que pusiera su cabeza entre mis brazos y acariciar ese sedoso pelo que tenía.
Obvio no me dejo y de un movimiento hizo que me volviera a poner entre sus piernas pero esta vez sentados los dos.
-Quieta ahi. -Me ordenó.
-Joder Trey...
-No estas haciendo caso a esa mierda pelicula. -Me dijo interrumpiendome.
-Para esto prefiero como estábamos antes.
-¡¿Y que me cojas la cabeza como si fuera un peluche?! No señorita.
Le mire poniendo morros.
-No. -Volvio a decir.
"Que no... eh?"
Intente levantarme pero el de repente se puso tenso.
-Me voy a casa, tengo que...
-Joder vale. -Dijo rindiendose
Nos volvimos a mover, y no pusimos de aquella manera que yo tanto quería.
Estaba siendo caprichosa, si, pero que le vamos a hacer, ¡tenia novio por fin coño!
Me puse a acariciar su pelo sedoso, brillante y me percaté de que era rizado.
-¿Te planchas el pelo? -Le pregunte.
-Me lo peino.
-Me gusta rizado, te ves guapo...
-Siempre me veo guapo dulzura. -Dijo y cojio mi brazo para que lo rodease.
Le besé tiernamente en la coronilla de la cabeza y note como su piel se ponía de gallina.
-Ya esta bueno. -Dijo y acto seguido se salió de entre mis brazos y me agarro de la cintura.
Me volvió a poner entre sus piernas y me apretó bien fuerte ahí, esta vez no estábamos sentados sino estirados.
-Quieta. -Me volvió a ordenar.
-Pero...
-Entonces pongo una película de terror. -Me dijo.
"Será cabron..."
-No te atreves...
Y si se atrevió, el muy cabron puso "La monja", y yo me separé de él de inmediato.
Me puse en la otra esquina con los brazos cruzados, cual niña malcriada y intenté ver la película.
-Oh... -Dijo con voz de pito.- se ha enfadado la niñ...
-Ni se te ocurra seguir Duarte. -Le dije con voz amenazadora.
-¿O que, dulzura?
Me levante y recoji la mesa, obviamente no le podía hacer nada a él, si solo con su simple tacto me comvierto en gelatina.
Me fui a la cocina cargada con todo lo que había en la mesita de la sala y me puse a lavar.
-No hagas eso... -Me dijo Trey con voz suave apareciendo detrás de mi.
No le conteste, joder, estaba cabreada, y ni yo entendía bien porque, solo... solo lo estaba.
-Ev... -Volvio a decir.
Apago el grifo y cojio mis manos, las seco con un trapo que mágicamente apareció en sus manos y me secó las manos con el.
Le mire con la cara de odio que tengo, con aquella tan expresiva y el solo se pegó a mi.
-Pondre tu película de dibujitos. -Me dijo.
Le mire como pidiendo mas.
-Joder... -Dijo con fastidio.- y me dejare menear como un peluche.
Sonreí satisfecha y me acerqué a darle un beso en los labios.
Cuando me separé me miro perplejo.
-Si asi va a ser siempre Ev... te aseguro que cumpliré todos tus caprichos. -Me dijo y solté una risita.
-Dejame terminar esto, esta todo hecho un asco. -Le dije mostrándole toda la cocina.
-Ya lo haremos mañana, va, -Me dijo estirándome del brazo.- vuelve a sofa caprichosa.
Le mire con cara de odio y suspire.
-Ok... -Le dije.
Sonrió satisfecho y volvimos al sofá.
Justo en ese momento mire la tele y apareció una señora blanca vestida de monja, sonó un grito y yo salté del susto.
-¡Joder! -Grité.
Trey alcanzó el mando y cambió la película a la que estábamos viendo antes.
-¿Porque no dejas que te de mimos? -Le dije queriéndole acariciar l cabeza.
-¿Porque sigues con vergüenza? -Me dijo señalando a mis piernas, obviamente cerradas como si me costara la vida en ello.
-Dejare la vergüenza si tu dejas que te mime. -Contesté.
-Sigue acariciándome el pelo enconces... -Me contestó y yo sonreí complacida.
Le volví a besar la coronilla y yo cumplí con mi parte del trato. Me senté más cómoda y intenté olvidar el hecho que ya mostraba más allá del muslo.
-Joder... -Soltó.
-¿Te eh hecho daño? -Le pregunté.
-No... -Dijo mirando mis piernas.
Mire a donde miraba y me puse colorada, intenté taparme y el me apartó la mano.
-¿Eva... -Dijo con voz ronca.- era un trato, no?...
Le mire sonrojada y suspiré.
-Pero es que...
Se dio la vuelta y me estiro de las piernas haciendo que me acercara a él, cosa que hizo que se me viera todo.
-Ah! -Grité.
Se acercó a mi y me besó, un beso lento pero ardiente.
-Tienes un cuerpo... -Me dijo un poco jadeante.- perfecto.
Me sonroje y alcé la mirada.
Le mire a los ojos y los vi, esos ojos negro que tanto me gustaban, que me llevaban a otra galaxia desconocida, que hacían que nada más importase y esta vez no fue él quien me empujó hacia el, fui yo la que me puse ahorcajadas encima suyo, esta vez si apoyandome por completo, rodee mis brazos por su cuello y hundí mis dedos en su pelo.
-Tu no sabes... -Me dijo a escasos milímetros de mi.- lo que me causas... ¿no Eva?
Negué con la cabeza y empecé a moverme.
-Joder... -Murmuró.
Le bese, le bese con ganas, el me devolvió el gesto con mucha lujuria.
No pensaba, simplemente... me dejé llevar y el por supuesto respondió afirmativo a mi petición.
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Tras nuestra supuesta verdad
Teen FictionEva Cooper, hija única de una familia de tres, junto a un pasado confuso incluso para ella misma. A la temprana edad de los trece años tiene que buscarse la vida, dado a ello tiene que ponerse a trabajar con la ayuda de carnets de identidad falsos...