Nos metimos Kathy y yo en el coche de Marc, ella por supuesto delante de copiloto y yo atrás, totalmente aparte de su comversacion me puse a mirar por el retrovisor el coche de Trey, que se mostraba bien como Laura no dejaba de hablar y expresarse con las manos.
"Yo quería estar ahí..."
— ¡Ya estamos! -anunció el abriendo la puerta para salir.Cuando salí del coche vi el lugar donde estábamos, era una calle que desconocía, estaba un poco perdida.
— ¡Este lugar es increible! -Dijo Marc mientras con encontrábamos con Trey y Laura.
— Si... -le respondió Trey.- Vine un par de veces.
Miré el nombre del lugar "The philharmonic" un nombre raro y para nada español, entramos y el lugar; estaba decorado con algún un tipo de ideología inglesa, se veía antiguo y bonito, las paredes erán de láminas de madera y las mesas de una madera más oscura. Nos sentamos todos en una mesa, decorada con manteles pequeños de papel y vasos de cristal con cuberteria.
— Buenas noches. ¿Que desean tomar? -nos preguntó un camarero.
— ¡Cinco martinis! -respondió Kathy.
— Cuatro. -le corregí.- Cuatro martinis y una CocaCola.
— ¡Ay Eva, no seas vieja! -Me gritó ella a carcajadas.
— Tres martinis, un ronh con hielo y una CocaCola. -dijo después Trey al camarero.
El tipo anotó las comandas y se fue.
— ¡Hemos venido a beber Eva por Dios! -dijo Laura con tono de fastidio.
— Me dijo Kathy que no era así. -me apoyé en la mesa con un puño.
— A mi no me metas en esto Eva...-contestó Kathy a mi acusasion.
— Yo solo digo la verdad -sonreí.Nos trajeron la bebida y nos la tomamos, todos parecían pasárselo bien, menos Trey, que solo escuchaba la charla de los demás. Yo simplememte habian momentos en los que podía incorporarme en la comversacion, a veces debatían con cosas como que marca de movil es mejor o como se comen los cereales, si poniendo la leche o el cereal primero.
— Cooper... -Me dijo Trey enderezándose en el asiento interrumpiendo a los demás.- acompáñame a por más bebida.
He de admitirlo, le ilusioné un poco.
— Ok... -me dispuse a levantarme pero Laura me paró.
— Voy yo, tu tranqui, -Me dijo mientras cojia a Trey del brazo.- ¿vamos?
— Ya no tengo sed. -Respondió Trey sentándose otra vez.
Solté una carcajada y todo el mundo me miró. No era mi intención hacerlo pero no tuve de otra, ver como reaccionaba Trey a la petición de Laura me gustó demasiado.
— ¿De que te ríes? -Preguntó Trey curioso.
— De nada. -contesté con una sonrisa mirándolo a la cara.Pasó una media hora después de aquel numerito, y ya eran las once y media pasadas, Laura y Kathy estaban *achispadas* y yo ya tenía que irme a casa.
— Tengo que irme. -anuncié mientras me levantaba.
Trey y Marc me miraron y ambos reaccionaron.
— Te llevo. -Dijeron al unísono.
Se miraron el uno al otro y Trey habló.
— Lleva tu a estas dos borrachas, yo la llevo a ella que se donde vive. -soltó con tono autoritario.
— Eh... -Dije incomoda.- se irme yo solita.
Trey me fulminó con la mirada, lo que me indicó que me callara. Agaché la vista y me mordí los labios para evitar que notaran mi sonrrisa.
— Nos vemos mañana Marc. -Le dijo Trey a Marc mientras se levantaba.
— Si, chao. -Le contestó este y después me miro.- Nos vemos mañana Eva.
— Si, hasta mañana. -Le dije con una sonrisa.Salimos del lugar y caminamos a oscuras hasta el coche en silencio, Trey solo miraba en frente con las manos en los bolsillos y yo solo me disponía a seguirlo.
Desde aquel día no nos dirigimos la palabra, aunque si muchas miradas pero eso no quitaba la incomodidad de ese momento. Estábamos llegando a su coche y de rrepente Trey me hizo parar.
— ¿Porque no dices nada? -preguntó mientras me acorralaba en la puerta del copiloto.
— ¿Que se supone que debería decir?
— Pues... -se tocó el pelo nervioso y siguió.- algo.
— ¿Que quieres que te diga? -pregunté curiosa.
Se mordió los labios y miro hacia los costados, parecía nervioso, incluso pude que más que yo. Empezó a mover la pierna de arriba a abajo y finalmente me miro a los ojos.
— Cualquier cosa... -Respondió calmándose.
— ¿Lo del otro día... -Le dije bajando la mirada y poniendo mis brazos hacia atrás para apoyarme en la puerta.- que fue?
— No... no lo se... -Me respondió apoyando un brazo al lado de mi cabeza.
¿Que le debería decir? Se le veía igual o tal vez más confundido que yo, y eso me daba cierta seguridad para decir lo que de verdad pensaba.
— Me... me gustó. -confesé alzando la cabeza para mirarle a los ojos.
Brillaron de una manera que me encantó, como si fueran los de un niño pequeño al que acabas de decir que ira al parque de atracciones.
— ¿Seria extraño que yo sienta lo mismo? -Preguntó agachándose un poco.
— No se...
— ¿Y quien lo sabe Cooper?
— ¿Tu?
— Déjame... -Susurró mientras se acercaba más a mi.- Déjame probar una cosa...
Asentí y le mire a los ojos, otra vez me perdí en ellos, en ese negro tan peculiar que tanto me gustaba. Estampó sus labios con los mios, otra vez volví a sentir lo mismo que aquella vez en el coche; el pulso a cien, la piel de gallina y el corazón en la garganta.
Deslizó sus manos hacia mis caderas y yo no le paré, subi las mias hasta su nuca, undiendo mis dedos en su sedoso pelo color marrón oscuro, me empujo mas hacia el, haciendo que nuestros cuerpos se pegaran y provocando que aquel ormigueo que sentía antes se hiciese todavía mayor. Su lengua volvió a hacerse paso hacia mi boca y yo le respondí con el mismo gesto, ambos nos estábamos derritiendo en la boca del otro y el cada vez me apretaba más contra su cuerpo. Nos separamos un segundo para recobrar el aliento y nos miramos a los ojos, no se que expresaban los mios pero lo suyos mostraban mucha lujuria y un brillo..., un brillo tan peculiar que hizo que casi me desplomase, si no fuera el quien me estuviera sosteniendo.
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Tras nuestra supuesta verdad
Teen FictionEva Cooper, hija única de una familia de tres, junto a un pasado confuso incluso para ella misma. A la temprana edad de los trece años tiene que buscarse la vida, dado a ello tiene que ponerse a trabajar con la ayuda de carnets de identidad falsos...