Cap 23

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Cuando llegamos al bar, pedimos algo para comer y beber, fue algo tan agradable que por un momento pense que era mentira o un sueño. Isavella se comportaba tan natural como siempre, Trey nunca le pregunto su edad, cosa que agradezco mucho, Isa no se pasaba preguntando cosas tan solo nos ponía en aprietos de vez en cuando preguntando cosas como "¿Que te pone de Eva?" o "Si te pasas con ella te las verás conmigo.".
Salimos del bar y fuimos a dejar a Isa a su casa, y nos quedamos Trey y yo a solas.
-Valla con tu amiga -Me dijo entre risas.
-Es la mejor ¿no? -Conteste sonriéndole.
Me miro de reojo y volvió a fijarse en la carretera.
-Trey... -Le dije rompiendo el silencio.- ¿te importaría si... si no hacemos que lo nuestro... se note mucho?
-Por que lo dices? -Contestó.
-Pues... -Conteste mirando hacia abajo.- no quiero llamar la atención...
Se quedo callado hasta que llegamos a la esquina en donde me deja siempre. Salimos del coche los dos juntos, y me acompañó hasta la puerta de mi casa.
-Porque? -Me pregunto cogiéndome de la cintura y acercándome a él.
-No... no lo se. -No podía contarle que podría enterarse alguien que conocía y no se me ocurría nada para poner de excusa.
"Putos ojos sullos... ¡me imnotizan por completo!"
-Mañana te vengo a recoger a las once e inpunto. -Me confirmó dándome un beso rápido.
-Pero...
-Te estoy confirmando no preguntando "Calabaza" -Me dijo con una sonrisa.
Sonreí al escuchar mi famoso mote salir de sus carnosos labios.
-Por cierto... -Me dijo apollandose a la pared.- porque ese nombre?
-Cuando era pequeña, me caí de cabeza en una calabaza. -Contesté sonriendo al bonito recuerdo.
-Me gusta.
Le mire y nos abrazamos, fue un acto tan sincero y tan noble que hizo que se moviera algo en mi interior.
-Adios.
-Chao...
Se dio la vuelta y se fue hasta su coche con las manos metidas en los bolsillos, cuando me di la vuelta yo para entrar en casa pero la sangre se me heló cuando vi a David, aquel hombre que tanto miedo me daba, justo delante de mi en la penumbra de la noche apollado en la puerta que había al lado de mi casa.
-Que bonito! -Me dijo mientras aplaudía y se acercaba a mi. Yo no me podía mover.- Solo venía a infórmate linda.
-A informar de que? -Le pregunte en cuanto me vi capaz de hablar.
-Un regalito. -Me dijo tendiéndome un sobre.- Por cierto, hace tiempo que no ves a tu madre verdad?
Se me heló la sangre por segunda vez al darme cuenta de ello, normalmente no la veía, venía muy tarde y cuando me iba temprano ella estaba en su cuarto. Pero si el me decía eso de "Hace tiempo que no ves a tu madre" tiene que ser por algo y me inundo el miedo.
-Por... porque? -Le pregunte tartamuda.
-Es de ella, -Contestó señalando el sobre.- hasta me das pena lindura...
-No debes, no quiero verte. -Conteste con valor.
-No quiero hacerte daño Eva, si es lo que crees.
-Dejame entrar en casa. -Le dije con mi último aliento casi en susurro.
Se apartó de delante mío y se alejó un poco.
-Si necesitas cualquier cosa preciosa, sabes a quien llamar. -Me dijo antes de irse.
"Serías la última persona a la que llamaria." Pensé.
Se fue alejando en la oscuridad, seguía dándome el mismo miedo de antes y me calmo un montón ver que se alejaba.
Entre en casa con el sobre que me dio en la mano, y me fui directa a mi cuarto para leerla.
Me puse el pijama después de ducharme, me tumbe en la cama y me dispuse a leer aquella carta.

Mama:
Eva, entiendo que después de leer esto me odies pero también quiero que entiendas que yo ya no puedo seguir con esto.
Desde que paso lo de tu padre intenté hacer todo lo posible por mantenernos unos años más, no dure más de tres, no me vi capaz de mantenerte y hacer que seas tan feliz como lo eras antes de todo. Maduraste tan rapido que entiendo que yo sea ahora solo una carga, así que me voy. Por favor no contactes conmigo, no quiero acordarme de nada de lo ocurrido y olvidar, y apartarme lo mas que sea posible de ese lugar. Se que estaras bien.

Pdt. Cuidado con el.

No pude evitar romperme a llorar después de leer eso, en pocas palabras, mi madre me había abandonado.
Yo no se lo que esperaba que hiciera, tan solo soy una adolescente que muchos describirían como niña todavia . A esta edad debería estar metiéndome en problemas, salir, salir con chicos. cualquier cosa menos... esto. ¿Que mi madre no pensaba en mi? Eso era decir poco, se había ido sin importarle lo que yo pensaba y sin un atisbo de arrepentimiento por lo que lei.

Tenía la garganta hecha un nudo, la cara empapada y hecha una bola encima de mi cama. Sabia que mi madre no se encargaba de mi, sabía que no hacía nada para que yo sintiera ese amor materno del que todo el mundo habla y el que yo tanto añoraba, sabía que ella estaba muy asustada pero para eso está la familia ¿no? para apollarse. Pero ahora ella... me a dejado, sin pensar en nadie mas que, ella.
Releí y releí la carta, cada vez haciéndome más daño que la anterior y me fije en la post data: Cuidado con el.
Cuidado ¿con quien, exactamente?
Le di vueltas a la cabeza y me acorde a aquellos mensajes y cajas que recibí, ¿y si eran de "el"?

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora