Capítulo 11

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El día siguiente fue normal, aunque en el trabajo no paré de atender clientes en diferentes oficinas. Trey pidió tres veces lo mismo, el mismo café con el mismo bocadillo. Esas tres veces "Gracias otra vez a mi cojonuda suerte" tuve que ir yo.
Estaba con una bandeja en la mano, acabando de limpiar una mesa que algun guarro de oficina había dejado.
   — ¡Camarera! -Me gritó alguien a lo lejos.- ¡Aquí!. -Me dijo levantando la mano.
Me di la vuelta, era una chica con el pelo rubio de bote y oscuro por las raíces rubias.
   — ¿Si? -Contesté llegando a ella.
   — ¿Me puede traer dos cafés? -Me dijo señalándose y señalando a su compañero, un chico con el pelo castaño y gafas negras. Me sonó familiar pero no me atreví a decir nada.
   — Ahora mismo...
   — Kathy. -Me respondió.- Y este es Marc. -Dijo señalando otra vez a su compañero.
   — Hola. -Me dijo este mirandome de pies a cabeza.- ¿Eres nueva no?
   — Si, empecé esta semana. -Les dije estrechando la mano con ambos.- Soy Eva.
   — Eva Encantada. -Me dijo Kathy.
   — Ahora les traigo los cafés. -Les dije dándome la vuelta para irme.

Estaba preparando el pedido, sirviéndolo y repitiendo lo mismo varías veces durante mi horario de trabajo en la empresa.
Había terminado mi hora en la cafetería. Laura y yo nos fuimos al vestuario y ello rompió el silencio.
-Vente a tomar algo Eva. -Me dijo quitándose la camiseta del uniforme poniéndose otra de calle.- Vamos a ir a tomar algo con unos amigos. Vente con vosotros va...
   — Bueno... -Le dije con duda.
Supongo que por eso se puso más pesada, y siguió insistiéndome más.
Tendria que haber dicho que no, haber dicho que no tenía dinero o que no tenia tiempo, pero como soy la buenaza de Eva Cooper mi respuesta fue.
   — Vale... -Dije cojiendo la mochila y caminando a la puerta del vestuario- Pero solo un rato.
   — Te lo prometo. -Me dijo ella con cara pícara mientras me sigue hasta la puerta.

Salimos del vestuario, ella con un pantalón negro con una camiseta verde palo. Yo iba casual, con ropa de calle, pero no me vi tan madura como Laura.
"¿Cuántos años me sacará? ¿Cinco?"
Llevaba unos tejanos azul oscuro un poco desteñido por la parte de las rodillas, una camiseta negra ceñida al cuerpo de tirantes y una camisa a cuadros encima de color rojo claro. No estaba orgullosa de ello, sabía que tenía que venir más formal para este lugar pero, después del trabajo podia ponerme lo que me venia en gana ¿no?
    — ¡Pero si eres tú! -Me dijo una voz que yo ya conozcia.
    Alcé la vista y me encontré a Kathy junto a Marc. Los reconocí al instante.
   — Hola... -Les dije timida.
   — La he invitado a venir con nosotros -Les dijo Laura mirándolos a ambos.- ¿Os parece bien no?
   — Pues claro. -Respondió Marc mirándome- Así nos conocemos un poco, ya que nos veremos a diario. ¿No Eva?
   — Si...

Nos subimos al coche de Marc, Kathy estaba en el asiento de copiloto mientras yo y Laura estabamos sentadas atrás, cada una en una ventanilla. De fondo sonaba la radio que emitía la canción "Sola" de Luis Fonsi, una canción demasiado romántica para mi gusto.
Nos encaminamos por unas calles que me empezaron a sonar mucho, era cerca del bar donde trabajaba.
   — Ya estamos. -Anunció Marc aparcando y abriendo la puerta después.
Salimos del coche todos, y nos paramos justo en frente del bar donde trabajaba.
"Oh mierda..."
   — Este sitio me gusta mucho. -Dijo Marc abriendo la puerta.- Mi padre es el propietario.
"Espera que...?, había oído hablar del hijo de Totoro, pero pensaba que era un... niño"
   — Me lo mencionaste un día, -Dijo Kathy entrando en el bar.- Es el bar típico español.
   — Me recuerda a mi abuelo, Marc -Le dijo Laura riéndose y mirando a su alrededor.
   — Pues que buen gusto tiene tu abuelo. -Le respondió este mirando a la mesa del final.
    Esperaba no ser reconocida, o que por lo menos no se acercasen a mi, pero resultó ser imposible.
   —  !Eva cuanto tiempo! -Gritó Eric viniendo hacia mi para darme un abrazo.
   —  Hola señor... -Le dije en silencio rogando a que no pregunten (caso imposible una vez más)
   — Veo que ya conoces a mi hijo.
   — ¿Ya os conoceis? -Preguntó Marc, mirándonos sorprendido.
"¡Que no lo diga, que no lo diga!"
— ¡Trabajaba aquí hace menos de una semana! -Le respondió Eric.
"A la mierda todo".
— ¿Como es que no lo dijiste Eva? -Marc me miraba incrédulo.- Que bien escondida la tenías eh papá...
— Si no vienes nunca Marc. -Le respondió este ofreciendo una palmada en la espalda.

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora