Digamos que lo de ese trabajo fue un golpe de suerte ya que a la señora se le olvidó que estaba llamando desde el número de su "creo" Jefe.
¿Que tonta, no?
Asi que ahi estaba yo, con un pantalón tejano, una camiseta normalita color negro, con mis zapatos Nike viejos. No es que me haya costado la vida encontrar mi conjunto pero... intenté coger lo más, como decirlo... ¿formal?
Cuando llegué al edificio "Gracias al Maps del móvil perdido del tal Trey" me percaté de que aquello era muy, grande. Demasiado grande y lujoso también. Puerta giratoria de cristal (De estos de hotel cinco estrellas), un grandísimo venstubulo, todo de color blanco, algunos toques marrones y dorados. Detrás de una mesa larga se encontrabas varias personas que creo yo que serían asistentes o algo asi. Todos hablando por un pitillo en la oreja mientras decían algo como "Ahora lo atiendo" o "Deme un minuto".
Iba caminando hacia la mesa hasta que una señora, de más bien unos cuarenta y tantos años se me paro emfrente desde lejos caminando hacia mi.
— ¿Eva Cooper? -Preguntó la señora todavia desde unos tres metros de distancia de mi
— Si, yo misma -Le dije mientras me mira de pies a cabeza.
"Que borde por dios." Pensé durante unos segundos.
— Sígame, el señor Duarte la espera.
— Ok, muchas gracias señora...
— Tarashi, pero puede llamarme Tara
— Ok, gracias señora Tarashi.Así mismo, y yo con la cabeza bien alta pasaba por todas las oficinas de trabajo, no tenia ni la menor idea de que tendría que hacer, ni cuanto iba a cobrar, ni las horas... y no es que el papeleo se me dé muy bien pero bueno, a caballo regalado, no se le ve el dentado, ¿no?
Me fijaba en cada detalle, todo blanco "Que manía con ese color", con paredes en el suelo de metro y medio como si el piso fuese un laberinto bajito. Me hizo gracia, ver como todos los hombres pingüino salían de sus cajitas blancas para servirse un café.
Hasta que la tal Tara se paró, justo emfrente de una puerta transparente, totalmente transparente. Adentro se encontraba el hijo de puta, el que tan bien me caía, el tal Trey Duarte "Que dios quiera que me acepte y que sea mi futuro Jefe". Cuando alcé la mirada se quedo con la boca habierta, no sabia si por verme allí o por que tenia su movil en mano.
La tal Tara habrio la puerta, me dejó pasar y nos quedamos en medio de la puerta, yo con la cara lo más agradable posible.
— Señor Duarte, ella es la señorita Cooper, viene a hacer la entrevista de trabajo. -Le dijo Tara con tono tranquilo, hasta un punto apagado.
— Sí, dejala que... que pase. -Le contestó el señor capullo desde su silla mientras Tara asentía silenciosamente y se iba, dejándome sola.
— Hola... tu movil -Le dije acercándome a su mesa.
— ¿Con que no estaba eh?
— Me lo dio una chica... yo no lo encontré.
— Si solo venias para el movil, ¿porque le dice mi secretaria que vienes para una entrevista? -Me preguntó con tono borde
— Pues para eso vengo también señor...
— No te sabes nisiquiera mi nombre.
— Trey, Trey Duarte.
Se quedó un rato en silencio, creo que lo de saber su nombre no se lo esperaba, pero... ¿como no lo iba a saber si lo ponía en un cátelito detrás de el?
— ¿Que sabes hacer? -Me preguntó él sacándome de mi ensoñacion.
— Soy autodidacta.
— Ok..., ¿y esas pintas? -Me dijo mirandome de pies a cabeza- Pareces una cría de dieciséis años.
"Señor gilipollas eso es lo que soy" pensé.
— No sabia cómo venir vestida...
— Pues el atuendo obligatorio tiene que ser elegante, pero también formal. Tiene que informarse Eva.
Vaya por dios, todos me trataban como "Señorita Cooper" y ese venía a decirme secamente "Eva"
— ¿Esto es solo la entrevista no mi primer día de trabajo, no? -Le dije poniendo cara de póker- Por cierto, ¿que haré, horas?
— Ante de preguntar eso tiene que decirme con cuanto tiempo dispone, -Dijo rapidamente cogiendo una oja de papel- Y darme tu currículum.
"OH MIERDA EL CURRÍCULUM" pensé.
— Si, ¿se la puedo enviar por correo?
— Si, puede.
— Se la envio esta tarde entonces...
— ¿Cuantos años tiene? ¿Fecha de nacimiento?
— Tengo die... veinte años, y soy de Abril de 2000
"MIERDA CASI LA CAGO"
— Ya... ok -Dijo tecleando yo que se cosa en su ordenador- Venga mañana mejor vestida.
— Si, ok...
— Adiós
—Ade... Adiós, Adiós..
Nunca había estado más tensa, no sé si será por que el es el Jefe, porque me cae como el puto culo, o por que estaba muy, pero que muy bueno. Mi paseo hasta la puerta fue un poco... vergonzosa. Todo el mundo me miraba, como si fuera un bicho rraro, y no fue muy agradable que digamos.
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Tras nuestra supuesta verdad
Teen FictionEva Cooper, hija única de una familia de tres, junto a un pasado confuso incluso para ella misma. A la temprana edad de los trece años tiene que buscarse la vida, dado a ello tiene que ponerse a trabajar con la ayuda de carnets de identidad falsos...