Capítulo 10

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   El lunes siguiente salí de casa de Isa con los nervios a flor de piel, era mi primer día en la empresa del "señor estupido" y me sentía muy nerviosa.
   
    Cuando llegué me paré emfrente de las puertas giratorias, cogí aire y entré:
    Todo estaba normal. Trajeados con maletínes de aqui para allá, chicas con pitillos en la oreja y un monton de "ahora le atiendo".
    Me encaminé hacia la última planta, y me topé con Tara.
   — Hola señorita Cooper. -Me dijo cojiendo una carpeta- Sigame por favor.
    La seguí hasta el final de la planta. Era un tipo de bar en el interior de un edificio. La barra era de color negro y las máquinas de café del mismo color, con toques plateados. Quede maravillada, si ya me gustaba la cafetera del bar, imagínate esa, moderna ultimo modelo, el sueño de toda... camarera, ahora también barista.
    Estaba tan maravillada que no me percaté de la aparición de una chica, alta pelo castaño y ojos marrones: rasgos latinos.
   — Hola -Me dijo tendiéndome la mano- Soy Laura.
   — Hola -Le contesté devolviéndole la mano dándonos un apretón- Soy Eva, encantada
   — Hola Eva. ¿Parece que vamos a ser compañeras a partir de ahora ehh..?
   — Si. Eso parece. -Le dije devolviéndole la sonrisa cálida que me daba.
   — Si te parece te muestro todo esto y después nos ponemos manos a la obra -Dijo poniéndose el delantal de cintura.- ¿Te parece?
   — Si, vamos.

    Estuvo media hora mostrándome los vestuarios, la función de la cafetera y una pantalla muy rara que tenía planos de toda la planta, y un cuadrado se encendía cuando alguien necesitaba algo para comer o tomar.
    Eso último era algo nuevo para mi, normalmente me maravillaba con la típica campanita que tocan para que atiendas pero la tablet te indicaba donde estaba el cliente y que tenias que llevarle si necesitaba algo.     Empecé con el trabajo, ansiosa por probar por fin esa magnífica máquina de café que me llamaba detras de la barra.

    El día fue bastante bien, Laura era muy colaboradora en todo y me ayudaba en lo que necesitaba. Era un trabajo de ensueño para mi, era tan...
   — Eva... - Me dijo Laura sacándome de mis pensamientos- La tablet pone que alguien quiere algo. -Me dijo pasándome la tablet, la cual tenía un cuadrado en rojo- ¿Te parece ir tú y así acostumbrarte a ello?
   — Si, le preparo las cosas y se las llevo.
    Me puse a hacer el pedido, Un café largo con poca leche y sin azucar, un bocadillo de jamón y queso con dos sobres de azúcar a parte. Una vez listo todo y puesto en una bandeja me dirigí al despacho del cliente el cual pedía esto.
    Me percaté que era el despacho de Trey Duarte, mi queridísimo Jefe. Piqué, y habrí la puerta.
    Se quedó un poco sorprendido por mi aparición y no me quito los ojos de encima.
   — Su pedido señor Duarte. -Le dije mientras dejaba las cosas en su mesa
   — Hoy era tu primer día... -Dijo casi en susurro- es verdad...
   — Si, era hoy. -Le contesté mientras recogía la bandeja y me la ponía debajo del brazo.- Nos vemos señor Duarte.
    "No me gustaba nada eso de llamar *Señor Duarte* a ese desgraciado"
   — ¡Espera! -Me gritó este desde su asiento- No me has devuelto mi movil, maldita sea.
    "¡Ay joder...!" Pensé.
   — Oh... -Le dije un poco avergonzada.
   — ¿Lo trajiste hoy, verdad? -Me dijo poniéndose de pie y mirándome directamente a los ojos con esos ojos sullos de ese color tan... negro.
   — No... -Le dije casi en silencio- Se me ha olvidado.
   — Joder... -Murmuró con la vista hacia avajo- ¿Donde está? -Me dijo alzando la mirada.
   — En mi... En mi casa.
    "¡Serás gilipollas Eva!" Me vino a la cabeza.
   — Espérame en la puerta al terminar el trabajo, y te llevare a casa para que me devuelvas el puto movil. -Me dijo enfadado, muy enfadado.
   — Si, ok...

    Con eso en la cabeza durante toda la tarde estuve atendiendo a los demás clientes, no podía ceerme que me aiga olvidado de su movil, otra vez.. ¡JODER!
    Se pasaron las horas y me percaté que ya era hora de plegar, así que recoji mis cosas, limpié la barra y me fui hasta los vestidores junto a Laura. Nos cambiamos y nos dimos los números la una a la otra. "Para quedar un dia de estos chica."  Me dijo ella, pero yo creo que más bien era un: "Me das pena porque no tienes amigos por aqui."

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora