Sentía un nudo en mi garganta, como si tuviera ganas de llorar, Isavella estaba delante mío con dos maletas enormes y una mochila azul cielo.
De repente aparecimos en un aeropuerto y ella me miro al fin.
-Ya nos veremos Calabaza. -Me dice de repente con una sonrisa tierna.
Se dio la vuelta y se puso a caminar del lado contrario marchándose lejos.
Sin pensarlo dos veces la cara se me empapó de lagrimas, intente seguirla a donde sea que se estaba llendo pero estaba inmóvil, no me podía mover, tampoco podía gritarle, estaba... inutil.
Me quede sola en ese lugar, y de repente el entorno cambió, volviéndose oscuro, sucio y solitario y escuché su voz, tal como la recordaba, áspera, gruesa y llena de recuerdos dolorosos.
-¿Ahora estás sola, eh? -Dijo la voz de mi padre desde un lugar en el que no podía verlo.Me levante de golpe de la cama, tenía la cara empapada de lágrimas que inconscientemente deje caer, y en modo de reflejo llame a Isavella.
-¿Tia que pasa? -Respondió después de el segundo toque.
-Estas... bien? -Le pregunte un poco jadeante.
-Son las putas seis de la mañana Eva! -Me dijo ella a modo de queja.
-Eh... soñado contigo y... -Joder nisiquiera yo entendía porque la estaba llamando.
-Ok, vale. Estoy Evi. -Respondió después de manera dulce.
Sonreí de manera casi insconciente a su respuesta y me despedí de ella para dejarla dormir, pero antes de colgarme me quiso preguntar.
-¿Haces algo hoy? -Me preguntó antes de que pudiera colgar.
Y pues no tenía nada que hacer, y aunque quedarme en casa para mí sería un bien plan, no me apetecía en ese momento.
-No... -Le dije al final.
-¿Vallamos a hacer algo, te parece?
-¿Claro Isi, a que hora?
-Nos vemos por tu barrio, ¿si?, a las diez.
-Ok. -Dije colgando después.
Pues ese era el plan, quedar con Isavella, tal vez a comer o al cine, después volver a casa e ir al trabajo por la tarde.Y ahí estaba yo, en la esquina de enfrente de mi casa esperándola, con un poco de nervios, nervios que no tenía ni idea de donde salían ni porque.
La divisé a lo mejor, con unos tejanos azules y una camisa a cuadros abrochada hasta los dos ultimos botones, con su riñonera en el pecho como siempre.
-¡Vamos a tomar algo! -Me dijo con una sonrisa forzada cuando llegó hasta mi.
Me extraño su actitud, normalmente al vernos nos abrazábamos y nos contábamos lo que sea menos lo que iríamos a hacer pero, ¿porque ahora era diferente?
Ansenti en silencio con una sonrisa cálida y ella me devolvió el gesto, y nos dirigimos hasta la cafetería más cercana.
Y cuando digo, "la más cercana" no está bien, porque por ahí no hay nada más que bares de bebidas y cosas así, así que nos conformamos con uno de esos.
Entramos al lugar, apagado, con poca luz, al final del bar habían unas cajas de plástico amontonadas y un montón de cuadros antiguos de esos dé cocacola.
Nos pedimos dos cafés y ella un bocadillo de tortilla de patata.
-Estas rara. -Le dije al fin siendo sincera.
-Tengo malas, y buenas noticias. -Me dijo con otra sonrisa forzada.
La mire con preocupación y ella agacho la mirada en busca de la taza para darle un sorbo, y después de eso me miro al fin.
-La buena, primero la buena. -Le dije casi desesperada.
Asintió en silencio y dejó la taza en la mesa.
-Mi padre a conseguido un buen trabajo, con buen sueldo y podrá cambiarme a ese instituto que siempre quise, ¿recuerdas cual? -Preguntó ladeando la cabeza.
Y por supuesto que lo recordaba.
Ella siempre a querido estar en el extranjero, y siempre tuvo un sueño, estudiar fuera, siempre que tenía la oportunidad me contaba su gran meta, matricularse en el Charterhouse School, de Inglaterra.
La mire con preocupación, porque ya me temía lo que diría entonces.
-Me han matriculado en esa escuela, de Surrey, y nos vamos a finales de esta semana. -Finalizo con una sonrisa un poco triste.
De repente me pasó la imajinate de mi sueño, ella con dos maletas y la mochila azul en un aéreo puerto, pero intente no obviarlo.
Me tomo por sorpresa, pero no quería bajarle los ánimos, así que deje ese mal sentimiento a un lado y puse todos los puntos fuertes a relucir.
-Tia! -Le dije con emoción.- ¡Que vas a ser una pija de escuela cara! ¡Cumplirás tu sueño!
Me sonrió de manera agradable soltando el aire que estaba conteniendo, supongo que tranquila.
-¿Si verdad? -Dijo con un poco de emoción.- Es una oportunidad perfecta.
Asenti con intentando dar una sonrisa de alegría, pero no sabría decir si expresé bien eso.
-Cuando te vas? -Le pregunte al fin.
-Este viernes. -Respondió en un hilo de voz que casi no entendi.
"Este viernes..."
-Y Zak? -Pregunté con un poco de delicadeza.
-El y yo... llevamos unos días mal... -Me contestó sollozando.- y se lo ha tomado peor cuando le dije que me iba...
Empezó a llorar, unas lagrimas de cocodrilo como diría ella misma, yo me acerqué al instante y la acurruqué entre mis brazos abrazándola con todas mis fuerzas.
Ella lo estaba pasando mal con Zak, y yo... no lo sabia.
-Que pasó Isi? -Le pregunte en silencio acariciandole la cabeza.
-Lo encontré besándose con Lara... -Me contestó al fin entre sollozos.
Lara... esa hija de puta.
La típica salida, con esa típica ropa de puta, rubia con más rímel que pestañas, todo cortito de color rojo o negro, mostrando más chicha que otra cosa.
Zak siempre se había llevado supuestamente mal con esa tipa, pero... ¿y esto?
-Que capullo. -Solte al fin.
Ella respondió con un apretón, abrazándome fuerte por un segundo y después soltando un poco.
Le besé la coronilla de su cabeza y después nos separamos un segundo.
-No me habl desde antes de ayer... -Me dijo mientras se secaba las lagrimas.
Se las sequé con el pulgar y la mire con una sonrisa de tranquilidad.
-¿Tranquila si? -Le dije acurrucándome la mejilla con mi mano.- Si de verdad te quiere, volverá.
-Si de verdad me quisiera, no hubiera hecho eso Eva. -Me contestó un poco seca.
-Pienso..., que todos somos humanos, y que cualquiera se puede equivocar, -Le dije con voz tranquila.- pero es depende de cada persona lo que pasa después.
Me miro boquiabierta y esbozó una pequeña sonrisa.
-A ti estar con Trey te viene como anillo al dedo ¿verdad? -Me dijo ladeando la cabeza al final.
Le sonreí un poco divertida, y mire hacia afuera, simplemente por acto de reflejo y divisé el Audi negro de Trey.
Lo mire un poco sorprendida, pasaba de largo y intente dejarlo pasar.
-Que pasa? -Me preguntó Isa dándose la vuelta.
Bufé fuerte y mire un segundo hacia abajo, después me volví a fijar en ella.
-Nada. -Dije negando con la cabeza.
-Pues lo que te decía, ¿que tal con Trey? -Me preguntó de golpe y porrazo.
La mire un poco como diciendo... "Ai Isa..." y después le sonreí con ternura.
-Bien, ahí vamos. -Le dije siendo medio sincera.
-¡Como que, ¿ahí vamos?! -Me dijo casi en grito.
Sonreí otra vez con un poco de pesadez cerrando los ojos y mirando hacia abajo.
-Hablando del rey de roma! -Grito ella de repente.
Alcé la vista de nuevo y ahí estaba el, en vaqueros negros y camisa blanca, con los dos ultimos botones desabrochados.
Me puse tensa de repente, y le mire con un poco de cabreo.
-Hola. -Dijo el a secas.
-Que tal tio! -Le respondió ella con seguridad.
Se chocaron de puños y después se fijaron en mí ambos.
-¡Tranquilos! -Dijo ella moviendo las manos de ariba a abajo.- ¡No sería la primera vez que veo a dos personas besarse!
La mire borde y con los ojos como platos, de repente e hice lo mismo con Trey.-¿Que haces aquí? -Le pregunte.
Y ese tono... me salió directamente del alma, era la primera vez que me pasaba eso.
-Solo quería hablar contigo. -Me dijo al final encojiendo los hombros.
Le seguí mirando borde y después me acerqué a Isa.
-Es una pena. -Le contesté después.- Ya estamos nosotras dos ocupadas.
-Eva... -Intento decir Trey.
-Calabaza, yo tengo otras cosas que hacer ahora. -Dijo al final Isavella señalando hacia afuera.
La mire borde, mucho más borde que antes y después me volví hacia Trey con rabia.
-Ok. Pues nada. -Dije levantando un poco las manos.
-Va Ev... no te emfades. -Me dijo ella persiguiéndome hasta la barra para pagar.
Me acerqué y llame al señor para pedirle la cuenta.
Pague invitándola a ella, y intente salir del bar, obvio inútilmente.
-Chao Ev. -Dijo Isa despidiéndose.
Le sonreí forzadamente y me despedí asintiendo la cabeza, después me volví a mirar a Trey otra vez borde.
-Que? -Le dije con el mismo tono que antes.
-Perdon... ¿si? -Dijo al instante acercándose un poco.
Me aleje de él en modo de reflejo, y mire a mi alrededor, y tal como pensaba, todo el mundo nos miraba.
-Me voy a casa. -Conteste secamente.
Y así fue, salí de ese lugar librándome por fin de la mirada de todos aquellos ancianos que nos miraban de forma extraña.
Y tan rapido como salí de ahí, llegue a mi casa.
Trey me alcanzó y me cojio del brazo por el codo.
-Va Eva... -Me dijo con voz suave.- esto ya es una tontería.
"¡¿Como?!"
-Tonteria fue que te aparecieses en el cine, persiguiéndome como un psicopat< Trey.-Le dije dándome la vuelta y mirándole a la cara.
Suspiro hondo y se restregó la cara, después me miro... triste, parecía... triste.
Me extrañé por su expresión, lo que hizo que ladeara un poco la cabeza.
-Perdon... ¿si? -Volvio a decirme.
-No quiero que me vuelvas a llamar cria, Trey, ¿lo has entendido? -Le dije señalándole con el dedo índice.
-Ok... -Contestó en un suspiro.
Bufé bruscamente, a mi tampoco me gustaba estar emfadada, y mucho menos con el.
Alce mi mano hasta acunarle ma mejilla con el, después le sonreí tiernamente.
Suspiro otra vez, esta vez parecía aliviado, y me sorprendió con un abrazo.
Le respondí con el mismo gesto y nos undimos los dos en ese mismo abrazo.
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Tras nuestra supuesta verdad
Teen FictionEva Cooper, hija única de una familia de tres, junto a un pasado confuso incluso para ella misma. A la temprana edad de los trece años tiene que buscarse la vida, dado a ello tiene que ponerse a trabajar con la ayuda de carnets de identidad falsos...