Cap 52

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Al día siguiente, llegue al instituto con Zak, Trey no pudo llevarme por temas de trabajo. Cuando entre al instituto, la gente me miraba raro, de pies a cabeza y luego cuchicheaban cosas. Todo era muy extraño, y más para mi, que siempre me había mantenido bajo las sombras de los cotilleos.
-¿Que le pasa hoy a la gente? -Le pregunte a Zak susurrándole.
-Ni idea... -Respondió hundiendo los hombros.
Lara apareció por delante nuestro, mirándonos con cara de póker, y muy altanera. Zak puso muy mala cara al verla, y yo le seguí el gesto.
A ninguno de los dos nos caía bien.
-¡No sabia que tu novio era tan famoso Eva! -Me dijo pasándome una revista.
La mire extraña, y después mire de reojo a Zak, por supuesto, el tal vez entendía muchísimo menos que yo de lo que hablaba esa inútil.
Mire la revista, y la habri. Nada más en la primera página salia una foto de Trey y yo, besándonos apoyados en el Audi negro de Trey. Me entró miedo al cuerpo, no tenía idea de como habrían hecho eso, o de cuando era, pero de repente se hizo la luz
Por supuesto, esos sonidos de cámara el día anterior en el areopuerto, fueron los que hicieron eso.
Mire a Zak horrorizada y después a Lara.
-¿Que cosas no? -Me dijo con altanería.
"Mierda..., piensa Eva, piensa..."
-¿Quien dijo que la de ahí soy yo? -Se me ocurrió decir.
-Porque lo pone ahí abajo. -Me contestó señalando con el dedo.- "¡Por fin nuestro soltero más cotizado a encontrado su media naranja!" -Dijo leyendo la revista.- Y eso no es lo peor Evi. -Dijo con bordería.- "¡Su nombre es Eva Cooper, una apuesta joven de veinte años!" -Continuó leyendo.
Ahí si, por supuesto que todo estaba jodido.
-¿Veinte años Eva? -Me preguntó, soltando después una carcajada.
Ya me daba igual lo que pensara esa arpia, me daba igual lo que pensaran los demás. Lo que me hizo hundirme en miedo, fue que, si ya era algo público, podría la policía saber que yo en realidad soy menor, y no solo eso, sino meter a Trey a la cárcel por estar con una menor de edad.
La mire a la cara, mi expresión facial fue neutra, aunque por dentro el miedo se haya apoderado de mi, y me fui hasta clases, ignorando el resto de miradas que me perseguían.

Seguí así hasta las once menos cuarto, que salí por patas ignorando por completo que tendría que haber dado la dichosa carta de permiso a la secretaria.
Entre en el primero kiosco que encontré y vi miles de ejemplares de esa misma revista que me había mostrado Lara. La misma foto y las mismas palabras impresas en todas las segundas hojas. Compre uno y me fui corriendo hasta el edificio.
Cuando llegue, me fui directa hasta el despacho de Trey, ignorando por segunda vez todo y todos, ignorando a Laura que me miro extraño al entrar a paso fuerte por el ascensor, ignorando a Kathy que se acercó amablemente a saludarme y ignorando las millones de miradas extrañas de millones de personas vestidas de pingüinos.
Nisiquiera llegue al despacho de Trey, solo la veía desde lejos. Los cristales estaban trasparentes, y creo que el al verme se percató de mi actitud, porque al segundo puso los cristales opacos.
-¡¿Que coño es esto?! -Le pregunté cuando entré.
-¡Ni idea Eva! -Contestó con la misma alteración que yo.- Llegue tan tranquilo y me encontré con Tara entregándome esa misma revista.
-Estas fotos son de ayer. -Le dije después.
-Lo se. -Contestó calmado.
-En mi instituto lo han visto Trey... -Le dije con un nudo en la garganta.
Me miró con los ojos como platos y después cerró los ojos por un segundo, inhalando lentamente.
-Tranquila, lo solucionaremos. -Me contestó mientras se acercaba a mi.
-Trey si mi verdadera edad sale a la luz, te pueden meter en la carcel... -Le dije con un hilo de voz preocupado.
-No te preocupes por eso. -Contestó con la misma calma.
Joder, pues claro que me preocupaba. Y no entendía como él podría estar tan calmado...
-¿Como no me voy a preocupar Trey?
-Haz como si nada y ya esta, ¿déjamelo a mi si? -Me dijo como si nada.- Me ocuparé de que no lo sigan vendiendo.
-Eso ya da igual Trey, ya lo ha visto mucha gente.
-¡¿Joder pues que quieres que hagamos Eva?! -Dijo perdiendo los nervios.
-¡Yo que se Trey! -Le contesté con el mismo tono.- ¡Nisiquiera sabia que eras de estos tipos que salen en revistas!
Y es que en verdad no tenía ni puta idea de que él era una persona por así decirlo famosa. Sabia que tenia a su poder una grandísima agencia de aviones y vuelos, pero jamas había preguntado que habría más allá de eso.
-¡¿Como que no Eva?! -Me contestó.- Es obvio que si, ya no solo por el apellido sino por la empresa.
-¡Pues haberme hecho más caso cuando te dije que nadie supiera lo nuestro! -Le dije casi en grito.
Y es que era algo obvio. Yo no tenía ni idea de la imfluencia social que él aportaba, y si él lo sabía de antemano, podría haber aceptado lo de guardar lo nuestro en secreto.
-¡¿Y eso para que Eva?! ¡Dime! -Me dijo en el mismo tono.
-Pues por primero, para que a ti no te metan en la... -Intente decir.
-¡Ya te e dicho que eso no importa, pago la fianza y ya esta! -Me dijo en grito.
-Ya... -Le dije con voz suave y un nudo en la garganta.- Y que llamen a mis padres por estar con alguien mayor de edad, que se den cuenta de que ninguno de los dos está y al enterarse meterme en un puto orfanato. Me gusta tu idea.
Se quedó tieso, con los ojos como platos, perplejo ante mi comentario.
Yo no daba crédito, el solo pensaba en él y no me tomaba en cuenta, no se preocupaba por lo que me pudiera pasar a mi y eso, ademas de cabrearme me provocó un dolor de pecho extraño.
Salí de su despacho con la cabeza alta, no permití mostrar mis verdaderas emociones.

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora