EPÍLOGO

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Cinco años después

Trey.
Y por milésima vez, otra de estas cenas en las que tan solo tengo que sonrreir y decir, "Me alegro" para poder ganarme a un par de viejos gordos y tener socios en la empresa. Sinceramente, odio esto, si fuera por mi los mandaría a todos a tomar por culo, pero también es cierto que mientras mas "amigos" tenga, más contactos tendrá la empresa, y eso ya no solo implica fama, que es algo que me importa poco, sino que también dinero, y a montones.
Hoy no es como todos los demás, un restaurante no muy caro, más bien accesible, y mucha bebida y comida, lo único que lo estropea son estos bastardos.
-Trey, he oído que haréis más grande la empresa! -Me pregunta de repente Arturo, uno de estos viejos idiotas.
"Pon buena cara y responde como si fuera tu amigo Trey..."
-Asi es, Agencias Duarte tiene mucho futuro por delante, y más ahora que al fin pudimos comprar otro edificio en el centro de madrid. -Le contesto yo lo más amigable posible.
-Que muchacho más espabilado, así son los jóvenes de hoy en dia! -Grita entonces Marcos, otro de los viejos.
Y eso es lo que odio de estas cenas, que no son nada interesantes por eso lo unico agradable es la comida o bebida. De repente se acerca una camarera a servirme el café, y al terminarmelo de un sorbo, millones de recuerdos vinieron a mi cabeza.
-Le retiro ya el café señor? -Me dice entonces una chica de pelo negro con un tatuaje de una llave en la muñeca izquierda.

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora