Cap 58

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No tardamos mucho en llegar al estudio, aunque eso parecía más una barbería. Tenía un nombre raro, "ELIJAH", raro y demasiado largo para mi gusto.
-Que sitio más raro... -Dije nada más entrar.
-Dicen que tanto su barbería como sus tatuajes son buenos, así que elegí este. -Dijo el así como si nada.
El sitio era grande, muy grande, con una entrada pequeña, demasiado pequeña. Como era de esperar, todo era blanco, y el suelo tenía detalles negros. Había una gran fila de sillones negros con espejos delante para cortar el pelo, y al fondo otro salí que supuse que era la sección de tatuajes. Sin previo aviso se nos acercó un señor, alto y de pelo negro, rapado a lo español, tipo degradado y lleno de tatuajes.
-Usted es Trey Duarte ¿verdad? -Le dijo este a Trey estrechándole la mano, con una sonrisa de oreja a oreja.
Mire a Trey, y puso su cara de "Soy un adulto responsable que no se rebaja a tu nivel". Me daba gracia cuando se ponía así, era tan diferente con los demás que conmigo... eso me encantaba.
-He escuchando grandes cosas de este lugar, espero no nos decepcionéis. -Dijo el de manera seca y profesional.
Me reí a lo bajo y le mire negando con la cabeza.
-Por supuesto que no señor Duarte, -Le dijo este un poco nervioso- ¿Que quiere que le tatuemos?
-A nosotros dos, por si no lo ves, no vengo solo. -Dijo Trey señalándome a mi.
Me dio un poco de vergüenza que trate al pobre chico así pero de cierta manera me hacía sentir especial.
-Lo siento mucho, señorita... -Dijo mirandome.
-Eva Cooper. -Le contesté de manera amistosa.
-Señorita Cooper, ¿que se quieren hacer linda pareja? -Nos dijo entonces aquel tipo.
-Queremos un candado y una llave. -Dijo Trey- Yo el candado y la señorita las llaves.
Me puse un poco nerviosa cuando se refirió a mi como "Señorita" pero que le íbamos a hacer ¿no?
-Les hago los dibujos y se los muestro, ¿les parece bien?
-Por supuesto. -Contestó Trey.
-Tomen asiento entonces.
Trey me cojio de la mano y me llevo a una sala (Que era igualmente todo de blanco) y nos sentamos en unos sillones marrones, no muy alejados el uno del otro.
-Con que... señorita... ¿mmm? -Le dije intentando contener la risa.
-No me juzges dulzura, tengo una reputación que mantener. -Me dijo en el oído.
No pude evitar reírme y me apoye en su hombro. Estaba nerviosa por los tatuajes y a medida que pasaba el tiempo ese pequeño dolor en el estómago se iba haciendo mayor.
Unos segundos despues, volvió a aparecer aquel chico con dos ojas.
-Aqui teneis los dibujos, si no os gustan o queréis sugerir algún cambio me lo comentáis. -Dijo y nos dio los papeles.
En uno, había una llave simple con decoraciones sutiles pero elegantes, eran como millones de alfileres rodantes por la parte de abajo de la llave, un toque encantador pero serio. El candado era casi igual, pero con una disimulada forma de corazon, que si no te fijas no te enteras. Ambos eran preciosos y yo ya me moría por tener esa pequeña llave pegada en mi piel.
-Me encanta... -Dije sin pensar.
-De verdad? -Me dijo Trey.
-A ti?
-Me gusta... -Dijo con una sonrrisa tierna, de repente cambió la expresión a serio y miro al chico.- Nos lo haremos.
-En que zona? -Preguntó.
Ambos me miraron a mi y me sentí un poco angustiada, pero pronto pude calmarme un poco.
-En la muñeca izquierda. -Dije del todo segura.
-Yo en el pecho. -Dijo Trey después.

Y así mismo, nos metimos en una salida del fondo, cubierta con cristales por la parte de arriba, con dos sillones de piel negra y una camilla en frente, todos los colores que podrías imaginar en una mesa al lado y por supuesto una máquina (no muy grande) postrada en la ya dicha camilla. No mentiré, me vino el miedo insofacto, porque la idea de hacerme un tatuaje ya daba miedo, pero la idea de hacérmelo con Trey, eso era aparte de enternecedor, muy, pero que muy aterrador.
Nos tatuaron a los dos en la misma sala, al mismo tiempo. A él le tatuó una chica, de pelo rosa por la puntas y como no, cubierta por los brazos te tatuajes y de piercings por la cara. No digo que no me guste, pero hay un punto en el que deja de ser bonito a ser excesivo ¿verdad?
No se como le habría ido a Trey, si le dolía o no, pero a mi, me dolió, demasiado. Eso era como clavarte mil pinchazos en un mismo lugar, demasiado juntos y demasiado grandes, pero no mentiré, me gusto. Me llamareis mazoquista pero me gusto, todavía no tengo idea de porque, pero así fue.
Nos cubrieron de papel plástico, a mí en la muñeca y a él en el pecho, y nos fuimos a la caja. Yo estaba entre contenta y adolorida, mientras Trey, solo se mantenía serio, hasta que salimos del lugar.
Caminamos un poco hasta llegar al coche, me habrio la puerta para entrar y después se sentía el, totalmente callado y serio, no me estaba dando buena espina y me estaba comenzando a rallar. Se sentó en el asiento de piloto y se dio la vuelta para mirarme.
-Dejame verlo... -Dijo entonces como un gruñido.
Estire la mano y el la sostuvo con delicadeza, y lo miro con mucho cuidado.
-Te gusta? -Pregunté después de un largo silencio.
Alzo la vista y cuando me fijé le brillaban los ojos. Esos ojazos de color negro se convirtieron en una enorme galaxia y no fui capaz de sostener mi risita.
-Me encanta Eva... -Dijo como si fuera un niño.- Mira, mira. -Dijo y se bajo el cuello de la camiseta para mostrarme el suyo.
Era precioso, me encantaba ver como ese dibujito que antes era de papel ahora estaba incrustado en su suave y fuerte piel, y me encantaba saber que también tenía que ver con la mía.
Alcé la mano y lo acaricié con cuidado, con una sonrrisa tierna.
-Me ancanta... -Dije como si fuera un suspiro.
De un movimiento rápido se apropió de mi, rodeando con fuerza mi pecho, en un abrazo fuerte y aferrando su cara en mi.
-Te quiero tanto... -Dijo en un suspiro.
Eso era algo nuevo de Trey, lo había visto emfadado, triste, contento pero ¿cariñoso? Eso nunca.
-Tambien te quiero... -Le contesté devolviéndole el abrazo.

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora