Cap 60

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Ese día en el instituto fue un poco extraño, la gente hablaba a mis espaldas, y mis amigos actuaron extraño siempre que me acercaba.
Estaba apunto de irme, ya que pronto tenía que ir a trabajar. Así que salí de clase y me diriji a recepción donde se encontraba Ruth para darle la nota de "mi madre".
-Asi que de esa asquerosa manera te ganas la vida... -Me dijo la vieja arpia.
-Perdon? -Le contesté, intentando se lo más amable posible.
Se agachó un poco y sacó una a de abajo de su mesa. Ponía una titulo grande y extravagante: "La media naranja de nuestro soltero más deseado?"
-No me cuesta imaginar la de cosas que debes de hacer con ese adinerado.
-Mira... -Intente decir, cabreada del todo.
-No tranquila, si lo se, es la forma más fácil de ganarte la vida, ¿verdad? -Me dijo con cara de lasco.
Claro, de lejos se veía eso, una joven acostándose con un hombre adinerado ¿para que? Obviamente pare meterse su dinero en el bolsillo, pero él y yo no éramos así, nosotros nos queríamos, pero que digan eso, y tan a la cara, no solo me daba rabia, sino también tristeza, y no me preguntéis porque.
Después de un segundo callada intenté hablar pero la vieja verde me callo al instante.
-Vino tu madre hace unos días, y me dijo que venía solo para pagar el resto del curso. -Dijo entonces.- Yo le pregunté que porque tú, una jovencita que todavía tenía todo su futuro por delante se faltaba tanto a clases, ¿y sabes lo que me respondió?: "No tenía ni idea que se estaba faltando a clases, yo nunca le firme ninguna nota." -Dijo poniendo voz de pito.
Eso me estaba llendo grande, no me lo esperaba para nada, y mucho menos lo que me había dicho, que mi madre se había aparecido por el instituto a pagar el resto del curso.
Me quede sin habla, con el corazón a cien, apunto de saltarme del pecho y un pitido agudo en los oídos cual película de terror.
-No te menciono nada tu madre? Ni te ha regañado? -Me preguntó entonces.
Baje la cabeza y apreté fuerte los puños.
-Me lo imaginaba... -Sigio diciendo pensativa.- Vete, tu amante debe de estar esperándote en la cama.
Esa vieja me estaba cabreando, ya me daba mala espina nada mas la había conocido pero en ese momento, en ese mismísimo instante, esa mujer habia llegado a ser la persona que más odiaba.
Por supuesto lo que más me daban ganas de hacer era apoyarme en su mesa y decirle lo más altanera posible: "Pues si vieja de mierda, me acuesto con ese dios griego, adinerado y con casa enorme, me da lo que me da la gana y además tiene un miembro viril increible." Pero... ¿Que hice? Te preguntaras. Pues simplemente...
-Ya. Adios. -Contesté secamente y me fui.
Me ardía la sangre, no podía pensar en otra cosa, esa asquerosa mujer me había tocado la moral de una manera increíble, y la revista... no dije nada de la revista.
Nisiquiera la había pasado por alto, y todo por esa bruja arpia.

Entre tanto endurecimiento y rabia, llegue al edificio y subí directa a la cafetería. No estaba de humor, y creo que se notaba a la legua porque Laura no me dirijio la palabra en todas las horas que estuve ahí.
Estaba limpiando las mesas de la cafetería, y Laura lavando unos cuantos trastos de la barra. Era muy silencioso y a causa de eso no paraba de pensar en Ruth, lo que me había dicho y en lo que pensaba de mi. Bueno, a mi me daba absolutamente igual lo que pensara de mi esa bruja arpia pero que pensara eso de Trey, que se acostaba con una chica joven porque si, y después le pagaba cual puta... me provocaba arcadas de solo pensarlo.
Volví a la barra y acomodé algunas cuantas cosas y me metí en el vestuario. Laura me siguió y se sentó a mi lado.
-Haber, voy a suponer el porque estas con ese humor. -Dijo entre suspiros.- Es normal Evi, estas saliendo con una persona famosa, que te esperabas?
Por supuesto no le estaba prestando mucha atención pero cuando escuché "Persona famosa" no se porque se me espabiló la mente.
-Que? -Pregunté comfundida.
-Que es normal todo esto de paparatzzis y esas mierdas cuando estas saliendo con una persona tan llamativa para la gente.
-Lo dices por las revistas? -Dije cuando caí en lo que me decía.
-Pues claro tonta, si es por eso por lo que estas así, ¿no?
-Que? No..., no es eso... -Contesté pensativa.
Pero en efecto, era otro de mis problemas. Las personas de mi instituto lo sabían, si lo sabían personas del instituto lo sabrían sus padres y profesores, de eso pasaría a personas que lo contarían a otras personas para que lo subiesen a otra puñetera revista y terminaría conmigo en un orfanato o casa de acogida y con Trey o entre rejas o sin un monton de billetes.
-Entonces que te pasa? -Me preguntó después de un silencio Laura.
-Bueno, solo una mala tarde y ya esa.
-En fin... salgamos de este muermo y vallamos a tomar algo. -Dijo demasiado animada.- Hoy Marc a estado preguntando por ti, y Kathy también.
-Marc? -Le pregunté comfundida.
-Si, el mismo.
-Ah... mejor salgamos primero, ya veremos qué hacemos después. -Le dije mientras me ponía de pie para cambiarme.
-Por cierto... te has hecho un tatuaje? -Me preguntó de repente.
Y claro, mis ojos se fueron directo a la pequeña llave que tenía tatuada en la muñeca. No lo había mirado en todo el día, y fijarme en él después de todo ese cabreo hizo que se me calentara el corazón y sonreí tiernamente.
-Si, me lo hice con Trey. -Le contesté con el tono de voz más tranquilo.
-Es bonito... -Dijo y empezó a acariciarlo.
Sonreí tierna y nos cambiamos al mismo tiempo.
Salimos de vestuario ya cambiadas y nos encontramos con Trey en la puerta.
-Hola... -Le dije con una sonrisa.
Por supuesto no se me había ido el cabreo del todo, pero intente disimularlo.
-Bueno yo me voy! -Gritó laura y despararecio por el ascensor.
-Nos vemos! -Le respondí de vuelta.
Trey estaba extraño, no había habierto la boca y me miraba de una manera rara.
-Oye, te pasa algo o que? -Le pregunté del todo sincera.
-A ti si que te pasa algo. -Me dijo.
-De que hablas?
-Hoy no viniste tú a servirme el café, por primero, y cuando vino Laura me dijo que si habíamos peleado, porque estabas extraña.
Me vino un escalofrío al cuerpo, por supuesto no quería que el se enterase de mi estado de humor, y hasta ahora no entiendo por qué, pero él, ni mas ni menos que por un comentario se enteró.
-Bueno... solo fue una mala tarde y ya, nada del otro mundo. -Le dije mirando hacia un lado.
-Eva... es por las revistas que están circulando? -Me dijo con tono suave
mientras cogía mi mano.
Por supuesto también era por eso, las personas no paraban de hablar a mis espaldas y además la vieja esa me había insinuado como prostituta, por supuesto que era por esas puñeteras revistas.
-No... no es eso... -Le mentí.
-Cuando mientes no miras a la cara. -Me dijo mientras se agachaba un poco para mirame.
"Joder... este tío me tiene calada" fue lo primero que se me vino a la cabeza.
-Ok... -Dije y le mire a los ojos.- esa puñetera revista no para de rondar por mi instituto, incluso la vieja de recepción dicho cosas desagradables y no sabes lo que me a costado contenerme a decirle sus cuatro cosas. -Le dije explotando.
-Ven, este no es lugar para hablar de eso, si? -Dijo y me arrastro con él hasta el ascensor.
Llegamos hasta el parking, y nos metimos en su coche. Estaba serio, no mostraba otra emoción, y me estaba empezando a arrepentir en el alma haberle dicho él porque de mi animo. Nos metimos en el coche sin mediar palabra y se hizo un silencio casi matador.
-Anoche, hable con mis padres por eso, porque por supuesto tenía las sospechas de que habían sido ellos. -Dijo después de unos minutos de silencio.                                                                            Estaba apretando el volante con los puños, incluso se le relataban las venas de la fuerza.

Intente hablar pero él me callo.
-Por supuesto, fueron ellos. Contrataron a un paparazzi para que nos siguiera y por supuesto hizo su trabajo. Recuerdas ese sonido extraño en el areopuerto?
Y claro que lo recordaba, nos habíamos metido en el coche segundos despues porque él había puesto su cara de "Esto no me gusta un pelo" y yo le seguí porque también sabía que ese sonidito no era del todo normal.
-Si... me acuerdo. -Le contesté agachando la cabeza.
-Pues fue el. -Dijo y escondió su cara entre sus brazos todavía puestos en el volante.- No se como he sido tan idiota...
No me gustaba verlo así, tan cabreado con el mismo, ademas no todo fue por el, también fui yo la culpable por haber aceptado esa dichosa cena con sus padres.
-Yo también tengo parte de culpa Trey, -Le dije mientras le acariciaba el pelo.- si te hubiera echo caso y no hubiera aceptado esa cena con tus padres...
-Ellos igualmente habrían mandado a alguien para investigar por el asunto Eva.
-Ya pero...
-Son unos viejos inútiles que no tienen más interesante que hacer que meterse en la vida de los demás. -Dijo elevando la voz.
-Tranquilo, no pasa nada, siempre i cuando nadie diga mi verdadera edad. -Le dije intentando calmarlo.
Pero por supuesto no lo conseguí, no solo porque fue difícil sino porque yo de calmada no tenía nada. Estaba asustada por que alguien de mi instituto dijese algo o se fuese de la lengua, que las personas del trabajo superan mi edad y todo irse a la mierda en cuestión de segundos.

Tras nuestra supuesta verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora