40- Enfrentamiento

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La música resonaba inclusive Enel fondo del salón, los reflectores y luces de la parte exterior era cegadora.
Las maquillistas estaban trabajando los últimos detalles antes de salir a escena.
Bokuto desfilaría antes que ella y le daría luz verde acerca de cualquier inconveniente

Estaba sumamente nerviosa, las piernas le temblaban casi tanto como en su primer día de clases.
Se había acostumbrado a las zapatillas, por suerte, sus conjuntos no requerían de mucha extrabagancia ni utilería.
Tenían un enorme reloj apuntando los segundos en los que debían hacer su aparición.
Treinta segundos en escena antes de cambiarse, seis cambios.
La recomendación de Bokuto sobre la ropa interior comenzaba a cobrar sentido en cuanto la primera modelo regresó, deshaciéndose del conjunto con prisa y poniéndose el siguiente.
Ahora entendía por qué el maquillaje era tan neutro, sin demasiados colores para no requerir retoques que les llevarán mucho tiempo.

La organizadora llamó a Bokuto, quién simplemente tomó su lugar en la fila y salió de forma despampanante .
Dos minutos más y sería su turno.
Su estómago gruño en protesta por el nerviosismo.
Los números del gran reloj comenzaron a moverse cada vez más rápido para ella.

—¿Lista?
Preguntó una de las organizadoras internas antes de que la modelo que había salido antes llegara para el cambio.
Akaashi tomó un largo respiro antes de asentir y salir para la que sería su primera pasarela.

Los flashes estallando directamente en su cara apenas había puesto un pie delante de la pista principal. La tela traslucida que arrastraba era mucho más ligera de lo que en un principio aparentaba.
La pelinegra podía sentir el calor de las luces y su cara subiendo la temperatura debido a las bases de maquillaje que le habían aplicado previamente.
Sentía que comenzaría a sudar a mares en cualquier momento.

La primera vuelta se había llevado toda su respiración, los pulmones le quemaba por dentro hasta que consiguió estar tras bambalinas de nuevo, siendo tironeada para quitar y colocar las nuevas prendas.

El pudor que había conservado toda su vida había quedado reducido a nada mientras se quedaba en ropa interior  delante de todas aquellas personas.
Colocarse el nuevo conjunto y esperar los arreglos en el peinado le habían dado un par de segundos par respirar, pero no para asimilar lo que pasaba a su alrededor.

Acababa de desfilar delante de todas esas cámaras, probablemente para una de las franquicias de moda japonesa más prometedora de los últimos diez años.

Ahí de pie, esperando su turno nuevamente para subir al entarimado, podía ver a Bokuto sonreír con suficiencia y hacerle una seña con el pulgar antes de tornarse completamente profesional y comenzar a caminar con un derroche de seguridad típico en la albina.
Era tan elegante y distinguida. Ni siquiera los ángeles de Victoria's Secret con su estrafalaria lencería y alas de pedrería podrían competir contra el mentón alto y las perlas decorando el cuerpo entero de la chica.
Un descubrimiento total, una revelación. Akaashi apenas podía verla regresar sobre sus pasos girando y sintiéndose dueña de la pasarela, cuando ya volvía a ser su turno de subir.
Tenía miedo de tropezar y hacer el ridículo, o golpear con la utilería a otra modelo, pero ya estaba ahí, recordaba por qué lo estaba.

Una larga toma de oxigeno después, ya estaba tirando los hombros hacia atrás como le habían enseñado aquellas semanas y avanzaba con determinación hacia el ojo del huracán.
Su corazón latía con fuerza, intentando recordar como era que debía dar la vuelta y posar, como llevar un pie frente al otro en linea recta sin agachar la cabeza.
Cada segundo pasaba volando frente a sus ojos y cuando menos lo esperaba, el desfile estaba por terminar.

Bokuto a unos pasos delante de ella en la formación y Takafumi agradeciendo a los presentes por su presencia, indicaban que a todo el trabajo había terminado. Los aplausos del público mientras regresaban en formación hacia el back stage decían que lo habían conseguido con éxito.
Vino espumoso y copas tintineantes era todo lo que se escuchaba una vez que todas habían entrado al camerino.
—¡Takafumi-san! ¡Takafumi-san! La prensa ha comenzado a aglomerarse, piden que de algunas entrevistas.
La mujer de ojos pequeños se giró hacía su asistente, poniendo la mirada seria.
—Kenta
Paseó su mirada entre Akaashi y Bokuto antes de volver a mirar a su esposo.
El fornido hombre a quién el engominado brillante lo hacía lucir aún más guapo estaba distraído con la copa que apenas le habían ofrecido, pero apenas escuchó a la diseñadora rechazó tristemente la bebida, entregándosela a una de las chicas mayores de edad. Tendría que seguir en sus cinco sentidos por lo que sea que se ofreciera, así que lo mejor sería resistir.

Hug me [BokuAka] Genderbender TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora