50- ¿Qué está pasando?

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-¡Ya dije que lo siento!
Akaashi logró escuchar el alarido desde antes de poner un pie en el gimnasio.
Aquella voz chillante no podía pertenecer a otra más que a Kôtaro.
Saludo sin mucho ánimo y lo primero que vio fue a la mayor corriendo de un lado a otro, empapada en sudor.
-¡Akaashi!
Se acercó a toda velocidad, lamentándose en voz alta y saltando sobre la armadora, quién, por la obvia ley de gravedad, fue derribada por la bestial fuerza de Bokuto mientras corría.
Las cosas que llevaba entre las manos siendo esparcidas por todas partes

Desorientada y medio knokeada en la entrada, la morena estaba por preguntar que era lo que estaba pasando, pero una decidida castaña sonó un silbato desde el otro lado de la cancha.

-¡No he dicho que pararas!
Gritó Fuko con una mano en la cintura.
-Han sido 20 vueltas seguidas, mis piernas no lo aguantan - Se quejó la albina sobre ella, tirándole de la camisa con un tono entre agotado y desesperado -Ni siquiera puedo detenerme a beber agua, ella está...
-¡BOKUTO!
Volvió a gritar la de tercero y la albina no tuvo otra opción que continuar corriendo al rededor del gimnasio.

La pelinegra observó con notoria lástima desde el piso, ni siquiera había tenido oportunidad de cambiarse aún ¿Desde cuando había estado Bokuto corriendo? ¿20 vueltas seguidas?
Si sus cosas seguían cayendo por todas partes, algo iba a perdérsele inevitablemente.

-¿Eso... Es para el entrenamiento de hoy?
Preguntó con preocupación.
-Es solo entrenamiento correctivo- Dijo Fujimoto levantandose del banquillo para ayudarle -El entrenador se ausentó por hoy, pero dejó a las de tercero a cargo. Fuko se lo está tomando muy enserio con Bokuto por lo de ayer con Yuki.
Reunieron sus libros y lápices mientras la voz de Fuko daba órdenes al fondo.
-¿Qué le pasó a tu bolso?
Preguntó en su monótono tono la pelinegra de larga cabellera, sin mirarla.
-He tenido un accidente y ha terminado por romperse.
Dijo sin darle mucha importancia, aunque, en realidad, quería tanto ese bolso que ya comenzaba a pensar en formas para volver a unir la correa al resto de la tela.

-Deberías cambiarte antes de que Fuko comience a gritarte también.
Le aconsejó mientras miraba de reojo a la de tercero.
-¡Te escuché!
Gritó de vuelta la castaña, Fuji no le dió importancia en realidad.

-¿Dónde está Yuki?
Preguntó abrazando nuevamente la tela que contenía sus cosas.
Fuji levantó los hombros.
-Creo que había ido a dirección. Quién sabe. Pero espero que vuelva pronto, al menos antes de que Fuko nos obligue a levantar una estatua en su honor.

La morena se rió quedamente ante el comentario, Fuji podía ser divertida, pero su cara siempre inexpresiva no le ayudaba mucho.
Akaashi se mordió la lengua, realmente aquello era algo que le decían mucho a ella, no tenía caso sorprenderse porque la chica de segundo fuera reservada en ese aspecto.

Caminó hacia los vestidores, mirando de reojo como Fuko le lanzaba una botella de agua a la albina mientras ésta seguía dando vueltas.

Esperaba que Yuki llegara pronto.

*******

22 vueltas después, todo el equipo de volley estaba luchando con su respiración. Todo parecía ir normal una vez que su capitana había hecho acto de presencia, pero después del estiramiento cotidiano, la pelirroja las había hecho dar vueltas a la cancha sin detenerse.
Para ese punto, Bokuto ya estaba tirada boca arriba en posición de estrella.

Las de tercero no habían parado el cotilleo, Fuko no se despegaba de la pelirroja -más que de costumbre- desde que había puesto un pie en el gimnasio y Yuki parecía no notar lo mucho que estaba explotando al equipo.

-Tendremos un partido de práctica.
Dijo la capitana y algunos lamentos de dejaron escuchar por parte de las agotadas jugadoras.

-¿Fuji, Akaashi?
Las llamó. La de segundo tenía las manos apoyadas en sus rodillas, buscando oxígeno. Akaashi comenzaba a ver puntos de colores en su visión.

-Vamos tercero contra segundo y primero
Aplaudió para que todas se distribuyeran, pero el cansancio evidente dificultaba la formación de los equipos.
-¿Y dónde está Bokuto? ¿Faltó otra vez a la práctica?
Miró a Fuko y está le señaló el lugar donde llacía la albina.
Miró el temblor en sus piernas y el aparente calambre que estaba teniendo en la pantorrilla.
Suspiró y se dirigió a las demás con una ceja levantada.
-Bien, no siempre podremos depender de su ataque.
Se integraron al equipo y comenzaron el partido más rápido de toda la historia.

Casi todos los puntos eran por saques, ya fuera que estos no pasaran la red o que nadie fuera a recibirlos.
Aquello no estaba funcionando y todas comenzaban a notarlo.

Ni siquiera se había cumplido el plazo para que dieran las 5:00pm cuando Yuki dió la práctica por terminada.
Entre quejidos y lamentos, el equipo entero entró a los vestidores.
Akaashi apenas había podido cambiarse los shorts cuando Bokuto decidió que sus piernas eran el lugar más cómodo para quedarse dormida.
La pelinegra entonces había tenido que maniobrar para poder sacarse la camiseta y abrochar nuevamente el uniforme mientras la albina dormitaba sobre el banquillo.

La morena estaba agotada, había tenido un día sumamente pesado, pero podía notar perfectamente el clima pesado en el gimnasio.
Fuko y Yuki hablaban en voz baja entre expresiones serias. Quería preguntar, pero tampoco quería parecer una chismosa. Quizá alguien del equipo lo mencionaría después.

-Bien, nos veremos el próximo miércoles. Descansen adecuadamente y tomen un baño caliente en casa- Habló Yuki cerrando su taquilla -Akaashi, despierta a Bokuto y salgan un momento.

La morena asintió, removiendo a la babeante albina en su regazo, quién, entre su somnolencia, tomó la camiseta y comenzó a ponérsela sobre el uniforme de deporte.

-Bokuto-san...
Le llamó Akaashi, intentando sacarle la camisa que ya había comenzado a abotonar.
Quizá lo mejor sería que volviera a casa con esa ropa.

Se apresuró en levantarla, maniobrando entre sus languidas extremidades y los quejidos interminables de cansancio.
-Bokuto-san, es hora de ir a casa.
Dijo la morena, comenzando a desesperarse. A veces, la actitud infantil de Bokuto era difícil de sobrellevar. Ahora sumarle el agotamiento, era muy duro hacer las cosas por ella.

-¡No quiero!
Exclamó la albina siendo tirada del brazo por la otra para que dejara el banquillo.
Consiguió ponerla en pie, cargando casi todo el peso de la mayor.
Sin embargo, no podía cargar con Bokuto y su bolso desecho al mismo tiempo. Además de que, aunque la albina llevase encima sus cosas, era la pobre pelinegra la que soportaba todo.
-Yuki-san necesita hablar con nosotros, Bokuto-san ¿Podrías al menos intentar...?

Con las piernas como gelatina, la albina comenzó a andar por sí misma, apoyándose cada tanto en la morena cuando perdía el control e iba a caerse.

Llegaron entre tropezones a la entrada, donde las capitanas ya las estaban esperando entre serías miradas.

Akaashi sospechó más entonces. Yuki por lo general era una persona amable que pocas veces se molestaba, pero el hecho de verla tan callada y aparentemente intranquila.
Fuko por lo general lucía relajada o molesta con Bokuto, pero también estaba actuando mucho más dura que en otras ocasiones.
Que ambas cosas sucedieran al mismo tiempo, no auguraba cosas buenas.

Llegaron frente a ellas sin comprender que estaba pasando, Bokuto probablemente ni siquiera imaginaba que algo malo estuviese pasando, pero la tensión que se sentía en el aire podría asfixiar a alguien en cualquier momento.

-Yuki-san, Fuko-san
Esperó a que dijeran algo, pero ambas apretaron los labios, mirando hacía otro lugar.
Segundos enteros de total tensión entre ellas hasta que la pelirroja tomó aire, dejando salir la idea de golpe.
-No habrá campamento este año- Una seria expresión de cejas gachas en su rostro -No para Fukurodani.

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¡Hola a tod@s! He estado organizándome para poder actualizar como siempre. Espero disfruten el capítulo, nos leemos la siguiente actualización ✨
#PJ

Hug me [BokuAka] Genderbender TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora