Que Akaashi luciera como acabada de salir de un partido era extraño. Sus mejillas sonrojadas y el aparente "accidente" con sus pertenencias era algo que no podría haber imaginado en su hija.
Eso le recordó a Keiji siendo un bebé, con sus juguetes y la papilla por todas partes cuando solo la había dejado un segundo para hacer pis.Pero distinto a la felicidad destructiva de un bebé, la adolescente delante suyo parecía preocupada.
—¿Ha pasado algo?
Bajó completamente, logrando divisar el arnés averiado del bolso
—Oh...— Dijo con pena —Supongo que era algo viejo de todos modos.
Recogió la pieza e intentó buscar alguna manera de arreglarlo.Sus ojos repasaron con calma la tela mientras Akaashi parecía estar a punto de desmayarse.
—No te preocupes, podemos comprar uno nuevo este fin de...
—Golpee a un chico y ahora el equipo no puede ir al campamento.
Interrumpió súbitamente, alzando la voz como pocas veces.Su madre la miró con confusión.
—¿Qué tú hiciste qué?
Preguntó con un tono entre molesto y preocupado.
—Sé que dijeron que no podía hacerlo.
Se apuró a explicar.
—Keiji...
—Pero el comenzó, y fue hace muchas semanas, pero una chica de la academia...
La menuda mujer se tocó la frente con frustración.
—Le dije a tu padre que era una mala idea que tú...
—Mamá, él está bien. Solo están tergiversando las cosas.
—Dios, Keiji...
—No fue nada grave. Sólo... Fue un puñetazo... ¡Pero el comenzó!— Habló mientras su madre se giraba en dirección a su recámara, siguiendo sus pasos —Y ahora el equipo no puede ir al campamento ni jugar porque la escuela nos retiró los fondos.
La mujer se dejó caer en la cama, aún conservando el bolso entre las manos, Akaashi quedándose en pie con los brazos cruzados.
—Akaashi Keiji...— Le riñó —Tenías muy, muy, muy prohibido golpear a cualquier compañero. ¿Ves los problemas en los que estás metida? Les dije a ti y a tu padre muy claramente que esas cosas...
—Ese chico es quién lastimó a Bokuto.Hatsu se quedó en silencio por unos segundos.
—Ay... Keiji...
Se quejó, cubriéndose el rostro.
La morena jugó con sus dedos, quedándose de pie contra el marco de la puerta. Ahora estaba más relajada que cuando había entrado, mucho más. Así que podía analiza la situación con detenimiento y darse cuenta de que, en realidad, tenía suerte de no haber sido suspendida. Sin embargo, el equipo no tenía por qué pagar las consecuencias de sus impulsivas acciones.Miró a su madre suspirar sobre la cama. El ceño fruncido una vez que quitó las manos de su rostro. Sabía lo que se venía, solo esperaba a que le dictara sentencia rápidamente.
—¿Eso quiere decir que estaré castigada?
Preguntó justo cuando la bola de pelo blanco entró a la habitación, haciendo que su madre pusiera toda su atención en él.—¡Saca a ese pequeño delincuente de aquí!— Dijo con un enojo tan tierno que causaba gracia —La última vez que se paseó por aquí dejó mis sábanas hechas un desastre con sus pequeñas patitas.
Se levantó, tomando al gato justo en el momento en el que se acercaba tranquilamente a la cama, dispuesto a afilar sus garras contra la tela.Kimchi era uno de esos mininos molestos pero adorables. Pocas veces sacaba las garras para atacar, pero sus instintos felinos hacían rabiar a la siempre serena mujer.
Akaashi simplemente no lo entendía. Su habitación estaba en orden, sus cortinas intactas. Quizá era sólo que el gato se divertía metiéndose con las pertenencias de su madre.—Toma, déjalo en tu habitación, donde mis cortinas estén a salvo— Le dejó al animal entre los brazos —Hablaremos de esto después jovencita. Llamaré a tu padre y veremos qué hacer.
La mujer prácticamente la echó de su habitación, cerrando la puerta tras ella y dejando a la pelinegra en medio del pasillo con un remilgoso gato queriendo bajar de sus brazos.
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Hug me [BokuAka] Genderbender TERMINADA
Fanfic¿Y si fueran chicas? Bokuto era feliz con su vida, al menos hasta que Konoha le insinúa que no tiene amigas fuera del club de volley. Akaashi tiene un propósito claro después de haber ingresado a Fukurodani: Recuperar su vida. He aquí la historia de...