34- ¿Promesa?

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La madre de Bokuto resultaba un ser fascinante para Akaashi. Durante la cena, apenas la había visto interactuar con su familia, pero era evidente que podía seguir ejerciendo un papel de autoridad sin problema alguno a pesar de no estar realmente presente durante mucho tiempo.

Esos ojos rasgados y finos gestos eran precisamente lo que la tenía embelesada con la mujer. Escucharla hablar de su trabajo había terminado por hacerla caer totalmente a sus pies.

Era pequeña pero decidida, sabía de lo que hablaba y aunque no había podido dar ni una sola aportación valiosa a la conversación, Akaashi había conseguido sacar una sonrisa a la mujer, quien había notado el interés de la chiquilla de ojos grises.
Había hablado solo un par de veces, pero eso fue suficiente para que el estómago de la pelinegra se volviera pequeño.

—Le has caído bien a mamá— Le dijo Bokuto mientras andaban hasta Fukurodani —Incluso te ha hecho una propuesta.
El camino no sería lo suficientemente largo para que la chica pudiera hablar libremente de lo muy asombrada que había quedado, así que se limitó a asentir con las mejillas sonrojadas.
—Es alguien increíble.
—Algunos me han dicho que es Dios— Rió —La veo despertar desde siempre, así que sé que es alguien mortal.
Metió las manos en los bolsillos de la chaqueta de deporte, protegiendo sus dedos de la fría ventisca.
—¿Irás al evento entonces?
Preguntó la albina, pateando una piedrecita de la acera. El aura infantil volviendo de a poco a ella, dulce y vivás como nunca debió dejar de ser.

—No me gusta mucho la atención sobre mi.
Respondió la morena subiendo en su totalidad el zipper de su chaqueta, el calor comenzando a acumularse en su frío cuello.

—Mi psicóloga dice que retomar las actividades es algo bueno
Miró al piso, mientras continuaba pateando piedrecillas del camino.
Akaashi levantó una ceja.
—¿Escoderse en el cuarto de escobas del gimnasio es tu forma de retomar actividades?
Preguntó sin meditarlo, haciendo sonrojar a la de mechones, quien no conseguía emitir ni una sola palabra entre los sonidos amorfos que salían de su boca con el desconcierto.
La morena simplemente rió.

La vergüenza que había sentido Bokuto se esfumó casi al instante, viéndose contagiada por el indescriptible sonido de la tenue risa de la pelinegra. Nunca iba a cansarse de escuchar ese dulce sonido.

El camino parecía tranquilo una vez que habían regresado a la normalidad, un silencio en el que sus pasos resonaban entre los pocos transeúntes que cruzaban su camino. Silencio que no permaneció mucho.
—Lo haré sólo si tu caminas esa pasarela conmigo.
Dijo mirando al frente decididamente.

Akaashi levantó la vista hacia la chica, entendiendo el significado tras sus palabras.
—No has querido tener un solo partido, pero piensas caminar delante de decenas de personas ¿si yo lo hago también?
La albina asintió
—También iré al campamento si aceptas.

Esta vez quién boqueo fue la morena.
—Pero... Tú... ¿Por qué?
Una sonrisa inocente fue el inició de su respuesta
—Si tú estás conmigo, nada malo puede pasarme— Se detuvo bajo una farola en medio de la calle —Akaashi, quiero recuperar el tiempo que he perdido lamentándome. Y tú eres lo que más quiero recuperar.

No sabía si era el tono decidido que empleaba o lo bien que sonaban todas las palabras que salían de su boca.
A ella le había tomado años volver a abrirse ante una persona, Bokuto simplemente había necesitado un empujón después de caer en lo más hondo y ahí estaba otra vez, pataleando fuera del abismo.
Quería esa fortaleza para si misma.

Suspiró, lágrimas de felicidad picándole en los ojos.
—Quiero ir al otro lado del mundo contigo si eso te hace feliz.
La rodeó con sus brazos, pegándola tan fuerte a su cuerpo que podía sentir el rápido latir de su corazón.

Hug me [BokuAka] Genderbender TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora