46- Promesa

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Por mucho que Kentaro y Takafumi quisieran, la cena iba a ser muy incómoda con ellos preguntándole mil cosas a su hija, por lo que prefirieron dejarla comer en su cuarto con Akaashi. Al fin y al cabo, parecía llevar las cosas mejor cuando la chiquilla de pelo negro estaba cerca.

Seguía siendo raro el que Bokuto trajera a una amiga, ya que desde que era niña no acostumbraba llevar mucha gente a casa. Ni siquiera el chico rubio de su clase del que Kentaro se quejaba tanto apenas el curso pasado.
Takafumi comenzaba a tener algunas dudas acerca de lo que era correcto dejar pasar, pero, dada la situación, tampoco era algo para alarmarse en aquel momento.

En la recámara tenían arroz y atún a la plancha mientas hablaban. Bokuto seguía mucho más apagada que de costumbre, pero al menos, ahora estaba comiendo.
—Escuché que los chicos de Nekoma tendrán la sede del campamento este año.
Akaashi observó con detenimiento a la otra, sin entender muy bien la razón de su comentario.
—¿Crees que te dejarán ir a un campamento después de lo que ha estado pasando, Bokuto-san?

La albina levantó los hombros mientras revolvía el arroz con sus palillos. Ver a alguien fingir despreocupación tan mal comenzaba a molestarle a la morena.
—Tengo que ir.

Verla comer no era nada extraño, pero observar la forma en la que los delgados dedos sostenían apenas los palillos fingiendo tomar algo de comida sin que el tazón bajara ni un gramo era frustrante.
—¿Tus padres no estarán preocupados? ¿Siquiera has pensado en ellos?
Un suspiro bastante largo y la albina abandonó por fin los palillos.
Fingir —o al menos intentarlo— no tenía sentido si Akaashi no estaba creyéndoselo de todas formas.
—A veces me gustaría que fueras un poco menos observadora— Le dijo —¿Podríamos hacer como si esto no estuviera pasando e ir al campamento sin hacer preguntas?

Akaashi abandonó también su plato, no había forma de que pudiera cumplir con aquella petición, simplemente no tenía sentido.
Bokuto se preocupaba de sí misma tan poco algunas veces, pero anteponer el volley sobre sí misma todo el tiempo era un mal hábito que acababa de descubrirle.

—Bokuto-san ¿Podría preguntarte algo?
La albina no le respondió, miró hacia otra parte con la esperanza de que Akaashi desistiera, pero no lo hizo.
—Si Fuko o Yuki fueran a quién Furita golpeó ¿Crees que sería bueno que fueran al campamento?
—Ellas están en tercer año... Eso no es lo que...
—¿Si fueras la capitana, dejarías que asistieran?
Preguntó con determinación, la albina girándose para no verla a los ojos.
—Akaashi...
—¿Si fuera cualquiera de las de segundo?...
—No podría evitar que lo hicieran si ellas...
—¿Permitirías que yo fuera?
La cortó enseguida.

La albina guardó silencio, las mejillas infladas por la obvia respuesta que sabía que le daría a la pelinegra.
—Que te elijan para ser la capitana no va a cambiar porque vayas a un campamento o no.
Le sostuvo por las mejillas, haciendo que su cara no se girara hacía otra parte.
—Ver por tu propia seguridad no es algo egoísta.
Bokuto sintió opresión en el pecho, como si una pequeña aguja hubiese sido empujada hacia ella.
—No lo entenderías...— La miró con detenimiento —Esto lo es todo para mí. Ni Furita ni nadie puede quitarmelo.
Un largo suspiró resignado saliendo de lo más profundo de su pecho. La expresión triste en el rostro de la albina era algo que doloroso ver.

—Hagamos una cosa— Dijo la de ojos grises —Le preguntarás a Yuki si puedes ir. Si te dice que no, no insistirás y nos quedaremos en casa.

Una mirada severa escudriñó a la pelinegra, Bokuto no podía comprender el porqué a Akaashi no le gustaban aquellas cosas. Sabía lo que había pasado con ella en el pasado, pero no podía consolidar la idea de que frenará tanto su vida por ese motivo.
¿Acaso no planeaba asistir tampoco? Entendía que no quisiera ir a una fiesta, pero incluso había asistido al desfile de su madre, quedándose a dormir fuera de casa. ¿Por qué esto era distinto?

Hug me [BokuAka] Genderbender TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora