Bokuto sabía que no todo podía ir perfecto de la noche a la mañana.
Había escuchado algunos rumores sobre una turba furiosa en la entrada de la dirección y sólo rogaba a los Dioses por qué su madre no estuviera involucrada en aquello.
Sin embargo, dentro de sí misma, sabía que una cosa como aquella no sólo involucraría a Bokuto Takafumi, sino que, muy probablemente, estaría siendo encabezada por ella.Le había preguntado a todo el equipo y sus compañeros, pero nadie era capás de darle algún indicio de lo que había pasado.
Los profesores tampoco tenían noticias sobre algo, pero en cuanto todas sus clases terminaron, justo en la entrada, aparcando el bonito Lexus negro, la mujer de gafas costosas la esperaba con toda la pinta diplomática de un general.
—¿Que haces?
Preguntó subiendo al auto mientras el sonido del motor encendiéndose hacía de ruido de fondo.
—Tenía algo de tiempo, así que quise pasar por mi hija a la escuela.
La mujer cubría sus ojos, pero la sonrisa de satisfacción en sus labios color carmín era algo con lo que no podía fingir.
—Iremos a cenar esta noche. Tú y yo ¿Qué te parece?
La albina miró a su madre conducir felizmente.
Era aterrador.—¿Sólo tú y yo? ¿Papá no vendrá?
—Nop— Dijo sin tomarle más importancia —Tu padre estará en casa mirando la TV, así que nosotras podremos ir a algún sitio lindo.La albina infló las mejillas.
—¿Tengo que ponerme uno de esos vestidos de cóctel?
—¡Oh, no no! Nada tan formal. Estoy harta de los restaurantes cinco estrellas
Se rió, deteniéndose en una luz roja y mirando hacía la albina.
—Será una noche de chicas— Dijo con una sonrisa mucho más sincera —Invité a Hatsu-chan y Akaashi a venir con nosotras.
La luz verde apareció, así que Takafumi no pudo ver la reacción de Bokuto, quién parecía haber dejado de funcionar del todo al escuchar aquello. Titubeando un poco antes de asimilar que solamente se trataba de un cena.—Hatsu-chan... ¿Hablas de la mamá de Akaashi?
Preguntó, intentando averiguar desde cuándo su madre había comenzado a tener ciertas "confianzas" con la madre de SU Akaashi.Mientras tanto, Takafumi asintió al cuestionamiento.
—¿Desde cuando tú y ella...?
—Kou ¿Ahora no puedo tener amigas?
Preguntó con un deje bromista, sin embargo, la albina se sonrojó.
—Me refiero a que... Ustedes apenas y han hablado...
—Digamos que... El tiempo no es algo sumamente importante cuando encuentras a alguien.
Bokuto miró con extrañeza a la mujer que le había dado la vida, puesto que era una combinación extraña de palabras la que había usado, casi como un rebuscado refrán amoroso.—Creí que estarías con Xian mientras estuviera en Japón.
—Está demasiado ocupada ahora con nuestro caso— Intentó restarle importancia —Así qué... ¿Comida china o ramen?********
Ver a sus madres saludarse como si fueran amigas de infancia era extraño. Pero escuchar hablar tan animadamente a Takafumi y Hatsu era entretenido.
Akaashi y Bokuto apenas habían podido entablar un poco de conversación entre ellas en la entrada, cuando sus madres habían monopolizado la charla.
Habían optado al final por ir a un sitio de comida coreana, en donde el pequeño apartado en su mesa había unido a las cuatro mujeres en una cena nada incómoda en la que hacían cumplidos por su apariencia e intercambiaban algunos tips de vida en general.
Era un poco cómica la forma en la que habían pasado rápidamente de hablar sobre el tráfico a mencionar la marca del shampoo que Hatsu solía usar.
De hecho, para las adolescentes resultaba un tanto interesante el intercambio, ya que, tanto Keiji como Kôtarou habían descubierto que sus madres habían hablado entre sí durante bastante tiempo antes de aquella cita.
Habían hecho un cuarteto interesante para el resto de comensales, sobre todo cuando la primera botella de alcohol había sido bienvenida a la mesa, incluso antes de haber ordenado la cena.
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Hug me [BokuAka] Genderbender TERMINADA
Fanfiction¿Y si fueran chicas? Bokuto era feliz con su vida, al menos hasta que Konoha le insinúa que no tiene amigas fuera del club de volley. Akaashi tiene un propósito claro después de haber ingresado a Fukurodani: Recuperar su vida. He aquí la historia de...