La conversión del amor

60: Ni un omega menos.

-Deku¡ te prometo que cuando seamos grandes te regalare un anillo y seras mi esposa!

-Si Kacchan¡ si quiero ser tu esposo¡¡

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3 años después...

-Te dije que no podías ir a verlo¡¡¡

-Pero Kacchan¡¡ es nuestro amigo¡¡ me necesitaba¡

-Nadie te necesita Deku¡¡ deja de decir cosas como esas¡¡

Grito el pelicenizo de ocho años de edad empujando al peliverde quien se quedo mirando al piso con algunas cuantas lagrimas en los ojos para luego susurrar.

-Prometes que aun nos vamos a casar?

-Tsk, como sea.

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5 años después...

-Así que ahora eres omega Deku

-Eso es bueno no Kacchan? Ahora podre casarme contigo¡ seras mi alfa..

-Quien quiere ser alfa de un sucio omega como tu

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2 años después...

-Kacchan no¡ por favor Kacchan para.

Gritaba el peliverde mientras seguía recibiendo estocadas de aquel alfa en celo que estaba encima suyo.

-Callate Deku, te enseñaré a quien le perteneces.

El peliverde sintió una mordida en su nuca y comenzó a llorar, no quería ser marcado por aquel alfa.

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-Oyeron el rumor? Izuku Midoriya fue marcado por un alfa ¿Quien creen que sea?

-No lo se, debe ser muy afortunado, Izuku Midoriya es un omega bonito.

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-No me voy a casar con el imbecil de Deku

-No tienes elección Katsuki, eso te pasa por marcarlo.

-Es su problema por no usar el collar y provocarme¡

-Aunque así fuera debes hacerte cargo.

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3 años después...

-Bienvenido a casa Kacchan

Susurro el peliverde con la mirada baja para luego volver a la cocina, terminada la escuela tuvo que casarse y abandonar su sueño de ir a la universidad, por eso trataba de apoyar a su alfa para que al menos el cumpla su sueño.

-Por que los platos no están lavados? Que se supone que estuviste haciendo todo el dia¡

-Lo siento Kacchan¡ es que la lavadora se descompuso y tuve que lavar toda la ropa a mano...

-Genial... otro gasto más en esta maldita casa, más te vale conseguir parte del dinero para repararla por que si no te ira muy mal¡

Oyó un golpe en la sala y sus manos temblaron, rompió un jarrón y lentamente agradecía que todavía no lo había roto a él.

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Un peliverde de pecas en sus mejillas lloraba sentado en la taza del baño, veía aquella prueba de embarazo en sus manos, Katsuki le había dejado en claro que debía de cuidarse por que el no quería hijos, él quería tenerlo pero sabía que no estaba en condiciones, sabía que con su esposo no contaba en lo absoluto.