61: Recuerdo

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Recuerdo el olor de tu cabello, esa mata verde a la que yo solía llamar arbusto, recuerdo que siempre dejabas huellas en mi almohada, recuerdo que yo me quejaba por los cabellos que se quedaban, te dije que cambiaras de shampoo, me dijiste que era natural que se te cayera.

Recuerdo tu canto en la ducha, se escuchaba por la ventilación hasta la habitación, recuerdo varias veces aplaudirte cuando salias envuelto en una toalla, recuerdo tu sonrojo y una sonrisa que se apreciaban cada vez que yo te silvaba.

Recuerdo ese olor matutino a café, solías dejar la cocina con ese olor pues eras muy torpe, a veces tirabas la sal, otras el café, se te caía la espátula y a veces se te quemaba el desayuno.

Recuerdo tu sonrisa apenada y el sabor de tu comida, no sabias cocinar y yo te solía halagar, dabas tu mejor esfuerzo y eso era de apreciar.

Recuerdo que te sonrojabas cuando me veías mientras me cambiabas, recuerdo que te tapabas la cara con una almohada pero no evitabas ver cuando yo comenzaba a bailar las caderas para provocarte.

Recuerdo tu beso de despedida, para después darme un bento hecho con amor, me sonreias y me decías "Que tengas un buen dia Kacchan", recuerdo como te despedias, acompañandome hasta la puerta y esperando a que me fuera.

Recuerdo cuando llegaba a la estación de policías, yo me dirigía a mi oficina, una foto tuya me esperaba en mi escritorio, y sin pudor me disponía a observarla como un tonto.

Recuerdo tus llamadas a la hora del almuerzo, yo charlaba contigo y luego me iba a patrullar, recuerdo que me decías "Ten cuidado Kacchan, vuelve pronto a casa", sonreía por aquel gesto y te decía que nada iba a pasar.

Recuerdo cuando llegaba a casa, algunas veces te encontraba durmiendo en el sillón, otras en tu galería pintando mil maravillas, recuerdo haber tenido que desvelarme lavando mi uniforme, con tus guerras de pintura yo no podía, algunas veces solo era la cara, otras hasta en mis botas llegaba, recuerdo que terminábamos pintados de mil colores, recuerdo que me abrazabas y me decías, con aquel tono meloso y humorístico, con una sonrisa y mil caricias "Bienvenido a casa Kacchan".

Al anochecer la cena preparaba, te gustaba verme cocinar mientras te sentabas en la encimera, yo solía robarte besos aprovechando los centímetros que crecias, solías poner una cara de molestia cuando hablaba de tu estatura, un metro con cincuenta y seis no se solía encontrar en Japón, y menos con un gigante como yo.

Recuerdo que me llamabas poste, por mi metro ochenta, aunque fuera una estatura normal a mi parecer, me gustaba verte sonreír.

A la hora de dormir solía cargarte hasta la cama, donde te arropaba y te besaba, solía pelear contigo pues no querías dormir, decías que ya estabas grande, no podría tener hijos contigo si te portabas así.

Recuerdo que mis amigos se burlaban de mi, que cuando me dijeron que buscara compañía se referían a una novia, no a un adolescente al cual adoptaría, si supieran que con la carita de niño que te cargas son veintiséis primaveras las que cantas.

Recuerdo que cuando lograba hacerte dormir iba a tu galería, tu forma de desordenar era algo que a veces me hacia desesperar, pinturas regadas por toda la mesa, cuadros sin terminas y esponjas húmedas en el piso que a veces solía pisar, iba y comenzaba a ordenar todo para que mañana pudieras continuar, acomodaba los cuadros terminados y otros los dejaba secando, recogía las esponjas y las exprima, las guardaba en el jarrón y luego las pinturas las tapaba y cerraba, te gustaba pintar con acrílicos y acuarelas, tu torpeza te ayudaba en ese lienzo, era arte lo que esas manos podían hacer, tanto que hasta llegaron a publicar una pintura tuya en un museo.

Recuerdo el dia que me lo contaste, tu estabas emocionado y yo solo podía felicitarte, cumplias tus metas y eso me alegraba por mi parte, te lleve a comer al mejor restaurante de la ciudad y luego te lleve a ver aquella pintura en aquel museo.

Sonreí y recordé el dia en que te conocí, yo era nuevo en esto de ser oficial, y patrullando te vi correr, correr a por un maleante que te había quitado tu morral, recuerdo verte agitado mientras corrias a toda prisa, tu saco te llegaba a las rodillas y se iba con la brisa, corrí a tu lado y atrape al criminal, al final te tuve que llevar a la comisaria para testificar, recuerdo terminar mi turno y estar comiendome un pan, luego tu te acercaste a mi presencia y con un sonrojo me agradeciste en un extraño acento, naciste de padres japoneses pero viviste en Irlanda casi toda tu vida, ahí yo comprendí el por que te han de robar, los turistas suelen confiar.

Te dije que no era para tanto, que ese era mi deber, al final tu me ofreciste ir a comer y pues no debía desaprovecha, era eso o conformarme con un seco pan.

Recuerdo que comenzamos a convivir, y al final a tu familia conocí, poco a poco te enseñe más del idioma, y tu como agradecimiento me regalabas cuadros, llego hasta el punto que una tuve que rechazarlo pues en mi casa ya no había espacio en ninguna pared, hasta una foto de mi abuelo tuve que descolgar para tu hermoso cuadro poder apreciar, sonreiste con timidez y me respondiste con calidez.

Nuestro primer beso ocurrió, luego de salir a comer, recuerdo que de la nada me paraste frente a ti y te vi de puntillas acercarte hacia mi y yo sin dudarlo me comencé a reír, tu te sonrojaste pues ni de puntillas me alcanzas, oh mi pequeño duende, cuanto te amaba, sentí como me jalabas hasta quedar delante de una banca, sonreiste y te me acercaste, para al final como un koala abrazarme, yo solo atine en sentarme en aquella banca y encima mío apreciarte, tu de nuevo te sonrojaste y yo solo te atrage para besarte, "valla pequeño duende, besas bien para ser tu primera vez", te sonrojaste y me gritaste y solo con mil besos pude callarte.

Recuerdo cada caricia que vivimos desde ese dia, recuerdo tu sonrisa, tus pecas, tu cabello, extraño ese olor de tu cabello, extraño los cabellos en mi almohada, las melodías en la ducha, el olor a café en la cocina, la galería esta vacía, no dejaste ni una de tus pinturas, ya no hay quien se despida de mi, ya no hay quien me espere para ir a dormir, ya no hay con quien haga guerras de pintura, ni con quien bromear sobre tu estatura.

Recuerdo nuestra ultima discusión, aquella que me partió el corazón "Iré a cumplir mi sueño Kacchan, cueste lo que cueste", me arrepiento de haberme reído en tu cara, recuerdo tus lagrimas brotar, pero no quería que de mi te llegaras a separar, fui un tonto verdad? Debí haberte apoyado, no debi haberte aprisionado, a la mañana siguiente tus cosas no estaban, solo una ya vieja carta.

"Lo siento mucho Kacchan, eres alguien muy importante para mi, pero mi sueño lo tengo desde los cinco años, prometo volver algún dia, y demostrarte que si lo logre, prometo ir con una sonrisa y restregarte en la cara mis millones que ganaré vendiendo cuadros, gracias por todo Kacchan, nunca te olvidaré, con amor, tu pequeño duende verde.

Psdt: Ni se te ocurra que alguien más ocupe el lado derecho de tu cama y deje cabellos en tu almohada, por que aunque ya no me quieras cuando vuelva, cada cuadro mío te dedicare y mi corazón siempre te lo daré, respeta mi presencia en aquella habitación, donde te di mi corazon".

Releo esa carta y no dejo de llorar, han pasado veintisiete años y yo no te e dejado de amar, nadie cruzo aquel umbral que nuestra habitación separa, nadie durmió en aquel lado derecho de nuestra cama, no deje que nadie se sentara en la encimera, y que nadie me esperara en casa, de la soledad adopte un perro, recuerdo que te encantaban, se llama pecas, en honor a tus lindas cruces en las mejillas, desearía que lo vieras, y que al menos le sonrieras.

Han pasado veintisiete años.... y yo te sigo esperando.

Fin.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

No pregunten que fue lo que hice, por que ni yo me se explicar, solo se que de buen humor no me suelo encontrar y esta es mi única forma que tengo para poderme expresar.

Gracias por leer, votar y comentar, espero poder verlos una vez más~

La conversión del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora