La conversión del amor

23: el secreto

Había pasado ya una semana, una semana desde que su mejor amigo murió, Todoroki Shoto.... un magnate en lo que a tierras se tratara, murió de un paro cardiaco, siempre le dijo que guardar rencor hacia su padre le terminaría matando, pero no esperaba que se hiciera realidad.

Parecía que Shoto, ya había anticipado su muerte desde hace unos meses, dejo un testamento, y fue grande su sorpresa al enterarse que el estaba incluido.

Había heredado la mitad de su mansión y uno de sus tantos terrenos, con la condición de que cuidara de su esposa, que quedo viuda y desamparada, esta había heredado toda la fortuna de su difunto marido junto con algunas propiedades de sus difuntos padres.

-Señor, llegamos- Hablo el cochero, Kirishima Eijirou.

-Gracias- Katuski Bakugou, bajo del carruaje y se dirigió a la casa donde toco la puerta.

La ama de llaves abrio la puerta, reconoció a Katsuki de todas las veces que su jefe hablaba sobre su gran amigo.

-Le avisare a la señora Todoroki sobre su presencia-

El ama de llaves dejo a Katsuki en la sala de estar y subió por las escaleras en busca de su señora. Katsuki siempre fue un hombre demasiado observador y apenas llegar se dio cuenta de muchos detalles.

El pueblo mas cercano era demasiado calmado y todos se conocían entre si, al llegar a la residencia pudo darse cuenta que el jardinero era demasiado dedicado con su trabajo, pues había flores y plantas de todo tipo, bien cuidadas y ubicadas estratégicamente para que por cualquier lado en el que vallas sintieras un ambiente de alegría debido a los colores cálidos de las flores, la casa era grande, demasiado, hasta se podría decir que era el triple del tamaño de su casa anterior, era de un color rojo vino, en la entrada se podía distinguir el toque de su amigo, algo simple, dos pilares sosteniendo el techo de la entrada con relieves tallados donde en la base se podían distinguir llamaradas, en cambio en el techo se distinguían copos de nieve, si estuviera con el ahora mismo, le estaría dando una gran introducción de su ¨humilde¨ morada, y abría agregado diciendo que esos dos pilares representaban la confianza, el amor y el equilibrio, lo necesario para proteger y fortalecer a una familia.

Cuando la sirvienta la recibió se dio cuenta que tendría que hacer algunos cambios, para empezar la entrada era demasiado llamativa, con cuadros con fotografías de paisajes, y un florero con flores naturales, en la sala de estar había una chimenea que en ese momento se encontraba apagada, encima de la chimenea había un cuadro donde ahí se encontraba su difunto mejor amigo, con una expresión seria como era en su normalidad, pero se podia distinguir en sus ojos brillosos que en ese momento se encontraba muy emocionado, pero tal fue su sorpresa al ver el retrato de su esposa a su lado, era la primera vez que la veía, y sin duda podia asegurar que era hermosa, tenia cuatro pecas en sus mejillas, unos ojos esmeraldas con unos cabellos verdosos rizados, es hermosa, poseía una sonrisa pura, mientras sostenía un boquete de rosas blancas junto con unos guantes rosas y un vestido rosado con decoraciones blancas.

-Disculpe la demora-

Ahí la vi, en el umbral de la puerta, su nariz y sus ojos estaban rojos, sus labios hinchados y se podia ver que había estado llorando por dias.

-Katsuki Bakugou, gusto conocerla señora Todoroki-

-El gusto es mío, señor Bakugou, Izuki Todoroki, para servirle-

Hablaron por un buen rato sobre la distribución de bienes y el como habrían cambios en la casa, o al menos en su parte correspondiente que no se hallaba decidida, la señora Izuki pidió quedarse con el segundo piso, pues ahí se encontraban sus mayores tesoros y recuerdos junto a su amado difunto esposo, Katsuki acepto y hablo sobre cambiar la entrada, a lo que la señora Izuki se negó rotundamente, no permitiría que un desconocido venga a cambiar su casa, por mas que este a cargo de el por petición de su marido como ultima voluntad, aunque ella podia estar bien solo.